Canelo no hace nada que ya muchos campeones del pasado hicieron: tomar un respiro para pelear ante un rival que en el papel no representa peligro.
Restan pocos días para que suba a escena el choque entre Canelo Álvarez y Edgar Berlanga, y será esa la única oportunidad que tiene el retador para demostrar que posee los méritos para estar allí. En el interín, le guste o no, le importe o no, se seguirán escuchando los reclamos de quienes afirman que el boricua pasará a la lista de los que se sacaron la lotería con una oportunidad inmerecida.
Esa lista es larga, y variados son los sobrenombres en ella, aunque todos apunten en la misma dirección: taxista, bulto, ganapán, journeyman en inglés...Son obreros del ring, que en la mayoría de las ocasiones sirven para alimentar carteleras, engordar el resumé del rival, servir de comidilla al público, y de paso ganar algún dinero para sí mismos.
Para muchos, el boxeo es un medio de sustento, y no hay nada de malo en trabajar honrosamente para ganarse el pan de cada día.
Súbele una rayita, y ahí comienzan las objeciones: ¿Por qué el Campeón X se enfrenta al Infeliz Z, cuando todos queremos verlo romperse el alma frente al Aspirante Y?
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Las respuestas también son variadas. Quizás se trate de un 'tune-in' para calentar motores con vistas a un próximo rival de mayor renombre. O tal vez se trate de una defensa obligatoria, en este mundo de múltiples organismos y campeonatos a tutiplén. O para pelear "en casa, frente a mi gente". Tal vez para mantenerse ocupado y en forma. O si, también para generar un dinerito extra.
La práctica no es nueva ni exclusiva. Muchos grandes nombres del pasado recurrieron a ella, fueron criticados en su momento... y no pasó nada. Sigue y se perpetúa.
-- El gran campeón mexicano Julio César Chávez cerró su gloriosa carrera con marca de 107-6-2. En su decimoséptima pelea, invicto, se enfrentó en Tijuana a José Reséndez, quien al momento había perdido 29 de sus 45 peleas. Luego ganó su primer título mundial ante otro grande, Rubén Castillo y apenas cuatro peleas más tarde, en combate no-titular, venció al tico Roberto Collins, quien según BoxRec subió esa noche al cuadrilátero con 15 derrotas en 17 peleas.
En 1989-90, ya con marca de 65-0, Chávez tuvo una racha de victorias ante oponentes de récords tan disímiles como Ramón Aramburu (0-1, se retiraría con 0-2), el boricua Sammy Fuentes (21-6), Alberto Cortés (44-0), el afamado primer choque contra Meldrick Taylor (24-0-1), Akwei Addo (5-3) y Russell Mosley (4-3).
-- El fenecido Muhammad Ali fue, sin lugar a duda, una de las más grandes figuras del deporte, en todos los tiempos, ámbitos y manifestaciones. En octubre de 1975 registró una de sus más épicas victorias -el cierre de su trilogía frente a Joe Frazier, la recordada "Thrilla in Manila".
¿Su próxima pelea? Cuatro meses después, en San Juan, Puerto Rico ante "El León de Flandes" Jean Pierre Coopman, un torpe belga que apenas atinó el 4.5% de los 88 jabs que lanzó antes de ser noqueado en el quinto asalto. "Nada de qué vanagloriarse; él no es un gran peleador", diría el propio Ali tras su triunfo.
-- Roberto Durán es, para muchos, el mejor peleador latinoamericano de todos los tiempos. Tras atemorizar al territorio en las 135 libras, subió para arruinar el invicto de Sugar Ray Leonard y se inmortalizó como uno de los Cuatro Grandes de las divisiones intermedias junto a Leonard, Marvin Hagler y Thomas Hearns.
En 1996, ya en las postrimerías de su carrera y con 108 peleas profesionales de experiencia, hizo un combate de regreso a su patria Panamá. El rival seleccionado: Ariel Cruz, al momento con 3-13 (se retiró con 8-25). Una década antes, con marca de 78-6, Durán enfrentó y venció a Jorge Suero (0-2, se retiró con 0-4). ¿Cuál fue su pelea inmediatamente anterior al legendario triunfo ante Leonard en 1980? Apenas cuatro meses antes, con impresionante récord de 70-1, el "Mano de Piedra" superó a Wellington Wheatly (7-2-1).
El tiempo dirá dónde queda el nombre de Edgar Berlanga en el complejo historial del boxeo.