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Mirco Cuello volvió al gimnasio

Arroyo Seco es una ciudad de veintidós mil habitantes ubicada al sur de la provincia de Santa Fe, a unos 32 kilómetros de la ciudad de Rosario. Aunque nacido en Villa Constitución, Mirco Cuello se considera “arroyense” pues allí ha vivido prácticamente toda su vida.

Ya puso a su ciudad en el mapa boxístico con sus actuaciones como olímpico (fue medalla de bronce en los Juegos Para la Juventud y representante olímpico en los Juegos de Tokio) y profesional, pero el sábado 1ro de febrero volvió a hacerlo, ahora con letras mayúsculas.

Cuando iba por el último round frente al mexicano Christian Olivo, logró una victoria contundente en todo sentido. No sólo por la manera en que la definió -finalmente fue nocaut técnico faltando un minuto- sino porque, tras haber sufrido una caída en el segundo round, era visible que iba perdiendo la pelea por puntos. Así lo expresaban las tarjetas con 88-82, 86-84 y 87-83, todas a favor del mexicano.

La única forma de llevarse el triunfo era noquear en esos tres minutos finales. Y Mirco lo logró, provocándole dos caídas a su rival con tremendos ganchos -el último al plexo-, en una noche para el estallido y el recuerdo. El referí Nick Flores detuvo la pelea faltando un minuto para la campanada final.

Y ahora ya vuelvo al gimnasio”, nos dice, desde su casa en Arroyo Seco. “Con mi papá Darío y Mariano Carrera, volvimos a la Argentina con mucha fiebre y sintiéndonos tan mal que recién ahora, diez días después. empezamos a recuperarnos”, dice.” No sabemos qué pasó. Pero no solamente estuvimos mal sino que encima con mi papá contagiamos a unos cuantos aquí en Arroyo Seco, fue como recuerdo de viaje, Ja”. Se ríe hora, pero la pasaron mal.

“Pero ya estoy lo suficientemente repuesto como para volver a los entrenamientos”, afirma, desde su casa. Padre de dos hijos, un varón, Nael y una nena, Sherel, está solo a siete cuadras del domicilio de su padre, donde está el gimnasio. Estuvo viviendo con su madre, Bettina. Es el martes 11 de febrero y a solamente diez días de su triunfo, vuelve al gimnasio. Tiempo de balance…

En pelea se te notó como desenfocado. ¿Estarías gestando algo de los que le ocurrió después? Digo: la tos, altas temperaturas, flojedad total...

“Vaya uno a saber, es posible, pero es cierto, no anduve nada bien. En pelea me sentía medio raro, como si estuviera distraído o algo así. Ojo, no es ninguna excusa, ¿eh? No le quitemos mérito a Olivo, que hizo una muy buena pelea y me complicó mucho, pero lo cierto es que no anduve bien y esta pelea dejó muchas enseñanzas…”

El combate fue eliminatorio para hallarle retador al campeón pluma WBA, el inglés de Liverpool Nick Ball (21-0-1, 12 nocauts).

Se llevó a cabo en el T-Mobile Arena de Las Vegas y fue transmitido, como toda la velada, por ESPN KNOCK OUT.

Yo disfruté mucho de la victoria, porque la pelea estaba prácticamente perdida y ganarla como lo hice no es fácil. Cuando se sufre es cuando más se valora lo logrado. Pero también es cierto que esto obliga a repasar muchas cosas”, dice Mirco, que ahora suma 15 combates, todos ganados, con 12 nocauts.

¿Y qué cosas no te gustaron?

“Estuvimos viendo muy atentamente la transmisión de ESPN KNOCK OUT. Tuve muchas lagunas y vimos que tengo que ir trabajando más en la defensa y cortar los caminos. Se nota que Olivo me estudió mucho y salía bien a los costados”, dice Mirco.

“Además hay otro detalle”, nos dice luego su padre, Darío (52) su entrenador de toda la vida. “Y es que aunque lo estudiamos mucho al Kiki, él hizo una pelea diferente a la que esperábamos, señal de que nos estudió muy bien. Y vean como son las cosas, porque Mirco ha definido muchas veces en los primeros rounds. Si hubiera noqueado de arranque no habría faltado el que dijera que Olivo era un paquete más, pero no, para nada. Fue un gran rival. No se olvide que hasta lo tuvo por el suelo a Mirco”.

Eso ocurrió en el segundo round cuando Olivo, ahora con una marca de 22-2-0, con 9 nocauts, lo tomó bien con una larga derecha semi cruzada a la cabeza.

“Fue como un flash, una explosión”, cuenta Mirco. “Empecé muy lento, me costó mucho arrancar y encima, aprovechando eso, me metió esa derecha que no solamente me tuvo por el piso sino que me alteró todo el esquema. Me dejó una preocupación extra, de que no me agarrara de vuelta. Si, fue un error mío, pero él fue muy rápido también”, admite.

“Fue la primera experiencia de tanta concentración fuera del país”, afirma Mariano Carrera. “Tal vez por ahí pasó también esa desconcentración, entrenar en un gimnasio diferente, con boxeadores de todo tipo… Incluso haber volado a los Estados Unidos la Nochebuena, 24 de diciembre, que en el avión fue una noche más. Creo que tenemos que hacer mucho foco en eso, aunque físicamente trabajó mucho, pero hicimos cinco semanas de preparación y para un campeonato mundial tiene que ser mucho más extenso. Y no olvidemos la presión que da una pelea eliminatoria, nada menos”.

Gilberto Jesús Mendoza Jr., presidente de la Asociación Mundial de Boxeo, dijo en ESPN.com que si el campeón WBA Nick Ball tiene ya otros planes para defender su corona, Mirco podría pelear por un campeonato Interino y que esa pelea se podría llegar a ser en Buenos Aires.

Recordar que la pelea entre Mirco y Olivo fue declarada como eliminatoria en la división pluma para hallar un retador obligado al inglés Ball.

¿Te das cuenta de que estás muy cerca?

“Si, claro. Leí lo que dijo Gilbertico. Ball es bravo y peleador, pero por eso mismo me gusta, porque viene al frente”, dice Mirco.

“Es muy mañero y peligroso, pero creo que a Ball se le puede ganar”, afirma el padre. “Mirco siempre fue muy detallista y eso a veces le juega en contra, quiere que todo sea perfecto y no siempre es asi, creo que algo de eso le pasó con Olivo”.

Don Darío, antes de entrenar a Mirco, entrenó a dos de sus hijas, Eliana -que hizo 85 peleas como amateur y 6 de profesional- y Milena. Luego vino Mirco. “Siendo un niño empezó con el taekwondo. Siempre fue un ganador y logró varios títulos. Es hincha de Rosario Central. Y, jugando al fútbol, también anduvo bien, pero después le gustó el boxeo. Entonces le dije que, cuando cumpliera 14 años, tenía que definirse por un deporte. Se quedó con el boxeo y hasta ahora, mal no le fue… ¿Qué le parece?”

Mariano Carrera, que fue representante olímpico en Sidney y campeón argentino y sudamericano, también lo entrena a Mirco, cuando este pasa su concentración en Buenos Aires. En el gimnasio Funes, Carrera aporta lo suyo.

En los descansos de a pelea con Olivo se lo notó enérgico. “Estaba fuera de foco, no sé lo que le pasó, pero logró superarlo, aunque tarde, porque la pelea estaba prácticamente perdida” afirma Mariano. “Eso sirvió para demostrar que tiene estado físico, pegada y condiciones de sobra. Habrá que tomar esta actuación como una llamada de atención para el futuro, sin olvidar que Olivo fue un tremendo rival; todo es experiencia y hay que saber sacarle rédito a este tipo de situaciones”, afirma.

“Gané, eso es lo importante, pero también hay mucho que mejorar y eso hay que tenerlo en cuenta”, dice Mirco. “Sobre todo porque mis futuros rivales también van a estar enterados de mis errores. Por eso vuelvo rápido al gimnasio, porque todavía tengo muchas cosas para hacer en el boxeo y estoy dispuesto a lograrlo”.