Julio César Chávez Jr. (50-3-1 con 32 KOs) regresa este sábado a la acción luego tras más de dos años de ausencia. Su última pelea fue en Las Vegas, Nevada, en mayo del 2017 cuando cayó ante Saúl 'Canelo' Álvarez.
Enfrentará al colombiano Evert Bravo (25-10-1 con 19 KOs) en San Juan de los Lagos, Jalisco, en una pelea que, en caso de derrota, podría ser la última de su carrera. El propio Chavez así lo confesó, “si pierdo me retiro".
De todas maneras, es muy difícil imaginar una derrota de Chavez Jr. Ha mostrado mucho entusiasmo en preparar esta pelea, ha cumplido un extenuante campamento en Tijuana bajo las órdenes del entrenador Rómulo Quirarte, se notan las mejoras en su físico y sobre todo parece motivado en este momento de su trayectoria.
“Sé que estoy obligado a ganar, la presión estará toda sobre mí, pero quiero ser campeón mundial de nuevo y con esa idea, trabajaré muy duro, algo que no hice en mi carrera en los últimos años”, reconoció.
Su propio padre, el legendario Julio Cesar Chávez, ha seguido muy de cerca la preparación de su hijo y dijo entusiasmado que lo ve “al Jr.” con muchas posibilidades de victoria, para ir luego por una oportunidad titular.
Los dos rivales cumplieron este viernes con la báscula en la plaza de Armas del municipio, donde Chávez marcó 175.2 y Bravo 174.6 libras.
El colombiano ha ganado dos de sus últimas seis peleas y en la más reciente, realizada en junio, noqueó en cuatro rounds a Luis González. Pese a sus números negativos, Bravo ha enfrentado oposición de alto nivel. Entre ellos Alfredo Angulo, Roamer Angulo, Yunior Younan, Sean Monaghan y Alejandro Berrío, entre otros.
Bravo se ha movido entre las 168 y las 175 libras, siendo dueño de un estilo clásico, de guardia alta, aunque endeble, amigo de utilizar el jab y la derecha volada. Cuando intenta otra cosa, se complica, queda siempre expuesto a los contragolpes.
No por un acaso de sus diez derrotas, nueve fueron por la vía rápida. En general es lento y sufre ante hombres que ponen presión, como fue el caso del “Perro” Angulo. Lo llevó a puro madrazos sobre las cuerdas y allí lo destruyó tan temprano como en el segundo asalto.
Lo de Chávez es una incógnita por su larga ausencia, pero aun así es de esperar una victoria contundente del mexicano. Su estilo de boxeo parece el adecuado para liquidar rápido al colombiano y a los golpes de poder que podrán entrar a voluntad en el territorio de Bravo, seguramente, le darán una victoria por KO en los primeros episodios.
Regresar y ganar con autoridad, sin duda, es una obligación para el nacido en Culiacán, Sinaloa. La expectativa pasa por escuchar su anuncio una vez finalice la batalla.
En estos días mucho se ha especulado sobre el futuro de Chavez luego de esta pelea y si bien se ha manejado con insistencia alguna pelea en 168 libras, ese peso parece muy difícil de ser alcanzado por el mexicano por ello es de esperar que vaya en busca de algún título en 175 libras, la división semipesada donde parece sentirse más cómodo desde lo físico.