Lo primero que se viene a la mente cuando escuchas la palabra asma es que seguramente es un impedimento para practicar ciertos deportes, y ni siquiera nos tenemos que referir a los de alto rendimiento.
Sin embargo, cuando escuchen esta historia de Teófimo López, la joven sensación del boxeo mundial y flamante campeón peso Ligero de las 135 libras, seguramente tendrán que cambiar esa percepción.
Teófimo, de apenas 22 años, representó a Honduras en los Juegos Olímpicos de Río 2016 y apenas en diciembre pasado se consagró como campeón de la Federación Internacional de Boxeo al noquear en dos episodios a Richard Commey en el Madison Square Garden de Nueva York. Actualmente está en Arkansas, tratando de entrenar como puede, mientras espera finalmente que todo esto de la pandemia del coronavirus se acabe y pueda empezar a entrenar en forma para su esperada pelea con Vasiliy Lomachenko, a quien no sólo espera ganar, sino también noquear.
"Estamos esperando la fecha (para Lomachenko), yo estoy en Arkansas, no en Nueva York", dijo Teófimo a ESPN. "Como has podido ver en las noticias, Nueva York no la está pasando bien, y yo con asma, lo del coronavirus es algo muy malo para mí, así que he tratado de estar alejado, lo bueno es que la familia está bien", añadió.
La charla giró en torno a la posible pelea con Lomachenko y cómo tratar de ajustarse a las circunstancias sabiendo que no van a pelear el 30 de mayo como esperaba Top Rank. Si bien es joven, López ha tenido que adaptar su vida de tal manera que puede practicar un deporte que ama, pero que requiere muchos sacrificios y donde el máximo acondicionamiento físico, aquello que se supone que alguien con asma no podría lograr, es básico.
"Tengo asma desde los cinco años, así que prácticamente toda mi vida he tenido asma", confesó Teófimo. "Pero gracias a Dios estoy aquí y celebro cada día. Tener asma es difícil, sobre todo cuando estás en invierno y verano. Hay máquinas y cosas así que ayudan a tranquilizar mi pecho, pero también corriendo bastante, comiendo bien, muchos vegetales, fruta, tomando mucha agua, con cosas así, he podido salir adelante", explicó.
Hoy todo es felicidad porque la enfermedad no le ha afectado, o al menos no se nota cuando sube al ring. Ha noqueado a 12 de sus 15 rivales como boxeador profesional, y sabe que tiene condiciones para llegar muy lejos si mantiene ese mismo eje de la disciplina y pasión por el deporte. Pero antes, hubo días duros.
"Tres veces estuve a punto de morir. La última vez fue cuando tuve 11 años, estaba en los amateurs, peleé en diciembre con un morenito, y no sé qué pasó, pero me enfermé, y después de la pelea estuve en el hospital. Luego de una semana los doctores me dijeron que, si no hubiera ido al hospital, hubiera muerto en ese momento", recordó López, quien nació en suelo estadounidense, pero lleva sangre hondureña y española en sus venas.
Pero con el paso del tiempo, y ciertas medidas, se dio cuenta que más allá de que el asma le perjudicara para boxear, es el boxeo el que le está ayudando a lidiar con el asma. "Me ha ayudado, claro, en cada deporte hay que hacer sacrificios y en el boxeo hay que hacer bastante trabajo, pero yo siento que el deporte del boxeo me ha ayudado con mi asma, también la comida, claro. No es fácil, nosotros tratamos de trabajar con todo y esto que tengo. Gracias a Dios que está conmigo y puedo hacer el deporte que amo, imagínate, ser boxeador, con 15 peleas, y campeón mundial, es increíble", sentenció López.
Ni el asma y las dificultades que provoca al respirar han sido impedimento para que López haya llegado a los Juegos Olímpicos, y tampoco el practicar el boxeo y haber llegado a ser campeón del mundo.
Por cierto, un campeón que promete y mucho, pues no son pocos los que creen que ante Lomachenko, o cualquier otro boxeador de alto calibre, son capaces de lograr más hazañas como las que ha estado haciendo cada vez que suena la campana.