Si en los papeles la pelea era pareja, con un pronóstico que parecía complicado, en la práctica no fue así. En Indio, California, Brian "El Boxi" Castaño, de Argentina, debía ganar o ganar para seguir en carrera y aspirar a mucho más. Enfrente, el brasileño Patrick Teixeira, cargaba una mochila similar. Pasó de ser campeón Interino a regular sin combatir, cuando la WBO lo consagró luego de que el mexicano Jaime Munguía decidió pasar a la división de los medianos.
Era la primera defensa de Teixeira y la oportunidad para Castaño de volver a ser campeón, toda vez que la WBA lo despojó de su corona en un trámite oficinesco muy poco claro.
Castaño es entrenado por su padre Carlos. Lo conduce Sebastián Contursi, el mismo que manejó la brillante carrera de Marcos "Chino" Maidana y cuenta con la preparación física de Matías Erbin, quien también trabajó, y mucho, con Lucas Matthysse.
A los 31, tiene una campaña invicta de 18 peleas con 17 triunfos (12 antes del límite) y un empate (Erislandy Lara, en Brooklyn, 2 de marzo 2019).
El argentino volvió a brillar, ganando por puntos ampliamente. Teixeira, que ahora queda con 31 ganadas (22 KO) y 2 derrotas, no pudo imponer su mayor altura (1,82m contra 1,71 del retador) ni complicar la pelea con su condición de zurdo.
Desde el primer asalto, como se preveía, Castaño puso presión en base a una izquierda sólida, una derecha larga que conectó toda la noche en la media y corta distancia y una determinación tremenda. Subordinado desde el comienzo, el hasta ese momento campeón no pudo prácticamente en ningún momento de la pelea, asumir ni la iniciativa y mucho menos el control.
Obligado a retroceder, Teixeira la pasó mal cuando Castaño lo puso contra las sogas. Sobre todo porque con ráfagas de cuatro y cinco golpes combinados –uno de los sellos distintivos de "El Boxi"- quedaba ahogado y sin salidas.
El tema era mantener semejante ritmo durante los 12 rounds y en ese casillero el argentino se sacó un 10, porque al contrario de otras peleas –en donde hasta con lógica, decayó un poco en los asaltos intermedios-, en Indio mantuvo la presión toda la noche.
Fue en el octavo en donde mermó un poco su rendimiento y ello le permitió a Teixeira tomar el control, pero no fue más que un espejismo que duró muy poco, ya que luego volvió a ser Brian el dueño del ring.
De hecho, en el último capítulo se lo vio flojo de piernas a Patrick y por un momento, apareció la imagen de Cedric Vitou, quien luego de sufrir un gran castigo, terminó perdiendo por KOT en el último asalto. Fue una gran labor de Brian en París, marzo de 2018.
Pero aguantó de pie Teixeira, que se mantuvo estoicamente soportando semejante asedio, como todo un campeón. Así que, cuando sonó la campanada final, no podían quedar dudas: 120-108, 119-109 y 117-111, todos para Brian, ahora flamante campeón WBO, en una noche en la que, como decían los viejos periodistas, tuvo "todas las luces prendidas".
Bienvenido al grupo, Brian, al grupo de los campeones mundiales argentinos, del cual fue separado únicamente por un trámite, ya que no perdió su corona en un ring.
Inteligente, veloz, de grandes combinaciones de manos, este hombre que, en el terreno amateur se anotó una victoria frente a Erroll Spence Junior, da la sensación de que todavía tiene mucho por ofrecer.
Pero hoy es hoy, que festeje Castaño, tiene derecho. Hizo sencillo lo que parecía complicado y ganó de punta a punta una pelea que necesitaba para mostrarse a fondo ante el público norteamericano.
Parecía difícil. Lo hizo fácil. Ni más ni menos.