La historia de ambas franquicias es basta y sus enfrentamientos en playoffs, mismos que datan desde 1938, han otorgado batallas memorables, pero la realidad es que en las últimas fechas, en instancias definitivas, los New York Giants gozan de buenos números ante los Green Bay Packers.
El amuleto de la suerte para los de la Gran Manzana en su búsqueda del trofeo Vince Lombardi parece tener un toque especial en Wisconsin, ya que para conseguir sus últimos dos anillos tuvieron que visitar el Lambeau Field, pero contaban en las laterales con la experiencia de Tom Coughlin y ahora se tendrán que recargar en Ben McAdoo quien fungiera como entrenador de alas cerradas y mariscales de campo en Green Bay antes de recibir la oportunidad en New York.
Los Packers tampoco son ajenos a este tipo de similitudes. Su último campeonato de la NFL (2010) llegó después de una racha similar a la que presumen en este momento --seis victorias-- pero en esa ocasión sus seis éxitos de forma consecutiva ya incluían los playoffs e iniciaron ante su rival de este fin de semana, por lo que, si creen en cábalas, pueden aferrarse a estas creencias.
Si nos basamos en meros términos estadísticos, entonces he aquí las razones por las que será una batalla que no debemos perdernos.
Uno de los principales dolores de cabeza en el año para los Packers ha sido la defensiva secundaria, misma que ha sufrido múltiples bajas por lesión y que ante los Giants no será la excepción. Jugadores como Sam Shields y Demetri Goodson están en la lista de reservas lesionados; Quinten Rollins sufrió una conmoción ante los Detroit Lions en la Semana 17 y está en duda para el compromiso, al tiempo que el esquinero de segundo año, Damarious Randall, presenta una molestia en la rodilla y podría jugar, pero ha sido uno de los blancos favoritos a lo largo de la temporada.
Fueron la penúltima unidad de la NFL en lo que a yardas permitidas se refiere, pero sólo un rival en sus últimas cinco cinco presentaciones fue capaz de superar las 300 yardas por aire.
Enfrente tendrán a uno de los mejores receptores en la historia de los Giants, Odell Beckham Jr., quien en 2016 se convirtió en el segundo jugador desde que se fundó la franquicia que termina el año con más de 100 pases atrapados (el otro fue Steve Smith en 2009) y 1,367 yardas, cifra que sólo superan Victor Cruz (1,536 en 2011) --quien también estará en el emparrillado el domingo-- y el mismo egresado de LSU con 1,450 la campaña anterior.
Invirtiendo los papeles, ambas unidades también tienen todos los argumentos para brindar una memorable batalla.
Aaron Rodgers cerró la campaña con 40 pases de anotación --líder de la NFL en este departamento-- y 246 intentos de pase desde que sufrió su última intercepción (Semana 10 ante los Tennessee Titans). En ese lapso sumó 2,018 yardas, 18 envíos a las diagonales y sólo en un compromiso no tuvo envíos de touchdown (vs. Chicago Bears).
A su vez, la defensiva de los Giants, comandada por el profundo Landon Collins, fue la segunda que menos puntos permitió (284) y sólo fueron superados por los Denver Broncos en pases de anotación en contra (15).
Deteniendo la carrera también fueron sobresalientes ya que concedieron 1,417 yardas en total, tercer mejor registro en la liga empatados con los New England Patriots y en 10 partidos dejaron al rival en 100 yardas por tierra o menos.
De tal manera que los Packers buscarán su primer triunfo de playoffs en casa ante los Giants desde 1961 cuando el Lambeau Field recibía el nombre de New City Stadium con jugadores como Bart Starr, Paul Hornung, Rom Kramer, Y.A. Tittle, Charlie Conerly entre otros en el campo.