DAVIE -- El cambio inició cuando comenzaron a correr juntos en la temporada baja. No más círculos cerrados, decidió un grupo de jugadores de los Miami Dolphins; querían transformar los entrenamientos tradicionales en actividades que desarrollaran un vínculo para el equipo. Se aseguraron de reunirse entre ellos, ofensiva y defensiva.
Este cambio fue parte de un intento por ser muy distintos a los Dolphins del 2017. Luego de tres semanas, hay mucho aquí que es bastante diferente a los Dolphins del 2017.
No hay un rostro de este equipo de los Dolphins, y eso es intencional. Ya no está Ndamukong Suh, alguna vez el defensivo mejor pagado de la NFL que llegó con una reputación de golpeador y a menudo pasarse de la raya. Ya se fue Jarvis Landry, el líder en recepciones de la NFL en el 2017 que se convirtió en el centro emocional de Miami, para bien o para mal.
Ellos fueron reemplazados principalmente por veteranos de más de 30 años de edad, reservas y jugadores de primer año. No muchos pensaron que esto funcionaría.
Pero de alguna manera los Dolphins se han convertido en un mejor equipo en el 2018. Eso parece evidente en tres partidos de esta campaña, sin importar lo que suceda el domingo cuando Miami (3-0) visite a los New England Patriots (1-2), el equipo que ha ganado los últimos nueve títulos de la AFC Este.
"Sólo somos un grupo de chicos que no son los mejores de la liga. Salimos juntos y tratamos de jugar el mejor fútbol americano posible", declaró el receptor abierto de los Dolphins, Albert Wilson. "Nos estamos divirtiendo. Salimos sin presión".
Hasta ahora, la búsqueda del entrenador en jefe Adam Gase de cambiar la cultura de los Dolphins ha funcionado. Lo ha hecho sin ninguna súperestrella ni grandes personalidades. No hay bombos y platillos en Miami. Pero es exactamente lo que quería. Tiene un equipo que está convencido.
"Es la hermandad, química y la actitud", indicó el receptor abierto Jakeem Grant. "Salimos y sentimos que somos una de las mejores ofensivas de la liga. Salimos y jugamos de esa manera".
Se puede ver eso cuando los Dolphins realizan elaboradas jugadas de truco para touchdown o cuando se animan cuando el mariscal de campo Ryan Tannehill enfrenta a un defensivo en un acarreo.
Miami ha adoptado la mentalidad de "nosotros" en lugar del "yo". Eso queda claro cuando vemos a Grant correr a toda velocidad campo abajo para chocar las manos con Wilson en medio de una recepción de touchdown --como ocurrió el domingo pasado-- o cuando varios jugadores de los Dolphins se juntan para "celebrar con una fotografía" luego de uno de los touchdowns de Wilson.
"Es cuando tienes un chico aquí, un chico allá que no están en la misma página como imagina el equipo, ahí es cuando tienes problemas", sentenció Gase. "Hemos tenido eso. Pero ya no más".
La defensiva de Miami no ha extrañado a Suh gracias a jugadores jóvenes y en ascenso como los linieros defensivos interiores Davon Godchaux, Vincent Taylor y Jordan Phillips, quienes están jugando con el veterano recién llegado Akeem Spence. Xavien Howard y Minkah Fitzpatrick han mostrado destellos de su potencial de estrellas en la defensiva secundaria. El apoyador Kiko Alonso está jugando posiblemente el mejor fútbol americano de su carrera.
Tannehill ha tenido uno de los mejores meses de su carrera. El cuarteto de receptores veloces ha abierto la ofensiva y ha permitido que las jugadas creativas de Gase fluyan de nuevo.
"Disfruto ver a estos chicos jugar juntos. Pelear los unos por los otros", indicó Gase. "Amo cuando veo a los chicos de la defensiva, vienen conmigo y si estamos teniendo problemas, muchos de ellos dicen, 'Te cubrimos la espalda. No te preocupes. Lo recuperaremos [el balón]'. Veo mucha más interacción entre la ofensiva y defensiva durante un partido, y es bueno verlo".
El receptor abierto Kenny Stills agregó: "Cuando las cosas no van bien, no ves a los chicos en la banca criticándose o insultándose. Es más, 'Está bien, vamos a hacer que algo pase para nosotros'".
Este equipo de los Dolphins también es más duro. No sumaron muchas estrellas ofensivas de renombre, sin embargo, sumaron algunos tipos duros respetados, como el receptor abierto Danny Amendola y el corredor Frank Gore.
"Me gusta la manera en que hemos respondido en la primera parte de la campaña", refirió Amendola. "Me gusta la actitud que trae a las instalaciones el coach Gase todos los días y en los partidos a la ofensiva los domingos. Eso me mantiene en marcha todos los días".
Gore agregó: "Me gusta Gase. Es realmente inteligente. Sabe exactamente cómo atacar las defensivas".
Es demasiado pronto para predecir qué tan lejos pueden llegar los Dolphins. Su calendario es manejable por gran parte de octubre y noviembre si pueden sobrevivir a los próximos tres partidos (en New England, visitando a los Cincinnati Bengals y recibiendo a los Chicago Bears). Es fácil ver a Miami, por lo menos, en el panorama de playoffs para diciembre.
Gase llevó a los Dolphins a los playoffs en su primer año como entrenador en jefe. Ahora parte de su brillo está de vuelta tras una tumultuosa temporada en el 2017.
Los Dolphins tienen algo de ese brillo, también. Su confianza está por los cielos y parece haber un cambio de cultura.
Stills agregó, sonriendo: "Definitivamente nos alimentamos de su energía".