Recuerdo cómo empezaban los cuentos de mi infancia. "Érase una vez...", una conferencia de la NFL cuyos equipos llegaron a ganaron el Super Bowl 13 temporadas consecutivas, hasta que un equipo de uniforme azul y naranja rompió el hechizo. Ahora existe un embrujo diferente. La "otra" conferencia ha ganado el Trofeo Lombardi en 13 de las últimas 19 temporadas, con la temida, y odiada 'Legión del Mal' sumando seis de esos títulos. Pero, la antigua conferencia podría tener un repunte en el futuro inmediato.
¿Será tan solo un cuento de hadas, o la NFC está lista para dominar otra vez?
NFC Este
Entre 1982 y 1995, esta era la división más dura de la NFL. Tres equipos, Washington, Dallas y los Gigantes, ganaron ocho campeonatos. Los tiempos han cambiado. Philadelphia por fin ganó su título en 2017, pero en la actualidad, sólo ellos y Dallas tienen argumentos para contender.
Sin intenciones de agraviar a los fans de NYG y Washington, ninguna de estas gloriosas franquicias llega con expectativas de postemporada a 2019. La mejor opción de quarterback para Washington es Case Keenum, quien tuvo una campaña brillante con Minnesota, pero que revirtió a su nivel de suplente en Denver. Ningún receptor se ha establecido como arma de peligro. Adrian Peterson y Derrius Guice podrían ser buenos corredores, pero sólo si existiera la certeza que Trent Williams regresaría como tackle izquierdo. Una defensiva que fue promedio, pinta para ser promedio otra vez a pesar de excelentes jugadores en la línea.
Del lado de NY, tienen al jugador más electrizante de la NFL en Saquon Barkley, pero sus mejores receptores no estarán disponibles un rato por suspensión o por lesión. Quizás con una buena línea ofensiva podrían compensar las carencias. Falta ver si la edición 2019 es de mejor nivel.
La realidad es que en el Este, el título se definirá entre Philadelphia y Dallas.
Ningún quarterback de la NFL tendrá más presión que Carson Wentz. Recordarán que en el 2017 se perfilaba como serio candidato a ser el Jugador Más Valioso de la NFL hasta que se lesionó la rodilla, dándole paso a "San" Nick Foles, el hijo prometido que llevó a las Águilas a su primer triunfo en el Super Bowl. La directiva de Philly dejó ir a Foles y le dio un contrato millonario a Wentz. Ahora se espera que Wentz madure como jugador y alcance las metas y expectativas que estableció Foles.
A favor de Philly está el hecho de que tienen posiblemente a la mejor directiva de la NFL. Han sabido manejar las restricciones de la nómina, buscan refuerzos año tras año y anticipan carencias futuras. Este año firmaron a Desean Jackson y a Malik Jackson, hicieron un canje por Jordan Howard y en el draft seleccionaron a Andre Dillard y Miles Sanders. La ofensiva debe ser prodigiosa. La defensiva debe mejorar con más profundidad en la defensiva secundaria después de todas las bajas en 2018. El punto débil podrían ser los linebackers y el ataque terrestre que ha sido flojo con Jim Schwartz.
En el momento de escribir esta nota, en Dallas no se habían resuelto las extensiones de contrato de Zeke Elliott, Dak Prescott y Amari Cooper. Este tipo de distracciones no ayudan a un equipo que tiene el talento para llegar por lo menos al Juego de Campeonato de Conferencia. La llegada de Cooper les dio nueva vida en el cierre de temporada. Se espera el regreso de Travis Frederick para que la línea ofensiva retome su lugar como la mejor en la NFL. Defensivamente fueron expuestos por LAR en playoffs, y no hicieron gran cosa para corregir la situación. La contratación de Robert Quinn no es suficiente y estará suspendido un par de juegos.
Entre estos dos equipos, tengo que ir por el entrenador en jefe que ya alzó el trofeo Lombardi y un quarterback que, aunque esté bajo presión, tiene mucho talento y mejores armas a su disposición. Dallas debe calificar, y podría hacer ruido en los playoffs, pero lo hará como comodín.
1: Philadelphia, 2: Dallas, 3: NYG, 4: Washington
NFC Norte
La apodan la división de los moretones y en 2019, estos se harán presentes. Dos de las mejores defensivas de la liga Chicago y Minnesota son parte de este grupo, y Green Bay y Detroit deben mejorar considerablemente en ese departamento. Acá también juegan quarterbacks capaces de comandar ofensivas prolíficas. Los cuatro equipos se reforzaron bien en el draft y en agencia libre. Saldrán chispas cada vez que se enfrenten entre sí. Además, enfrentarán a la Oeste de la AFC y a la Este de la NFC. Dos, o quizás tres equipos de la Norte podrían clasificar, pero lo duro del calendario se reflejará en el registro final y, con la excepción del primer juego del campeón de división, tengan que ser visitantes en postemporada.
Chicago llega como el favorito porque se espera que Mitch Trubisky continúe son crecimiento como pasador, sepa leer mejor las defensivas rivales y tome mejores decisiones. En el 2018, tuvo destellos, pero hubo una racha de partidos en el cierre de temporada en los que Matt Nagy tuvo que simplificar la ofensiva. Nagy asegura que este año, Trubisky es otro y que ya domina el sistema. El grupo de receptores es sólido, pero no espectacular. Vi jugar a David Montgomery en el Big 12, y si responde a las expectativas, hará una mancuerna letal con Tarik Cohen. La defensiva tiene coordinador nuevo en Chuck Pagano, que usa un sistema similar al de Vic Fangio, pero con una filosofía más agresiva. No deben de perder continuidad. Tendrán también a Cordarelle Patterson regresando kickoffs y a Cohen regresando despejes. Ambos tienen la capacidad de anotar en cada regreso. Queda la duda del pateador, que será Eddy Pineiro.
Minnesota tuvo una temporada por demás difícil, empezando con el fallecimiento de Tony Sparano antes de la temporada. La línea ofensiva fue un desastre por esquema, lo que es de entenderse, y por lesiones. No protegieron ni abrieron huecos para los corredores. Estadísticamente Kirk Cousins estuvo bien, pero las estadísticas no ganan partidos. Se ganan rindiendo en los momentos de presión. Hubo diferencias filosóficas respecto al tipo de ofensiva que querían ser y John DeFilippo, el coordinador ofensivo, fue despedido antes de finalizar la temporada. Los receptores principales son excelentes, Stefon Diggs y Adam Thielen y ahora tendrán dos alas cerradas peligrosas en Kyle Rudolph e Irv Smith. La línea ofensiva debe ser mejor con la llegada de Josh Kline y la selección en primera ronda de Garrett Bradbury. La defensiva ha sido la carta de presentación de Mike Zimmer. Perdieron a Sheldon Richardson pero trajeron de regreso a Shamar Stephen.
Green Bay estrena entrenador en jefe después de casi doce años con Mike McCarthy. Matt LaFleur es head coach gracias a Sean McVay, pero no es McVay. McVay empezó con Jon Gruden y luego continuó su aprendizaje con Mike Shanahan y Jay Gruden. Siempre fue precoz y creativo. No le vi mucho a LaFleur con Tennessee. No vi un cambio positivo en el accionar de Marcus Mariota. Si Rodgers, en el 2018, hacía lo que quería con McCarthy con quien había ganado un campeonato, ¿qué no hará con LaFleur? Ya se han escuchado rumores de diferencias de opinión respecto a jugadas y la potestad de Rodgers de cambiarlas en la línea. Talento hay, pero LaFleur no ha demostrado que tiene el nivel, la autoridad y el control necesario para comandar a un equipo con un quarterback veterano de gran nivel. La defensiva debe ser de muy buen nivel, y podría terminar entre las diez mejores de la liga. Es por eso por lo que digo que podría haber tres equipos en playoffs de esta división.
Detroit será uno de esos equipos que nadie querrá enfrentar. Anticipo que sean un equipo que busque establecer el ataque terrestre para dominar el tiempo de posesión. Tendrán una línea defensiva imponente con Damon Harrison, A’Shawn Robinson, Trey Flowers, Mike Daniels y Da’Shawn Hand. Están todavía a un año de ser contendientes.
1: Chicago, 2: Minnesota, 3: Green Bay, 4: Detroit
NFC Sur
¿Será la tercera la vencida para New Orleans? Fueron eliminados en 2017 por "el milagro de Minneapolis" y en el 2018, por el "robo en el Superdome". Lo fácil sería escogerlos por varias razones: Drew Brees/Sean Payton, continuidad de un ataque ofensivo que ha sido dominante desde que llegaron Brees y Payton en 2006. La defensiva vino de menos a más con Dennis Allen, pero Atlanta podría dar la sorpresa.
Hace un año Atlanta fue mi candidato al Super Bowl por la NFC. No me arrepiento de esa selección, tenían una gran defensiva y la ofensiva era prolífica. Como suele suceder, las lesiones a jugadores clave mandan por la borda a los mejores vaticinios. Keanu Neal, Ricardo Allen, Deion Jones estuvieron fuera si no toda, gran parte de la temporada. Devonta Freeman no se recuperó del todo de su lesión y no fue efectivo. Los guardias titulares sufrieron bajas y quedaron fuera de acción. Matt Ryan tuvo que correr por su vida, pero aun así completó 69 por ciento de sus pases, con 35 touchdowns y sólo siete intercepciones. El grupo de receptores es impresionante.
Carolina podría ser el caballo negro, pero al igual que a Andrew Luck, los múltiples golpes que ha recibido a lo largo de su carrera le están cobrando factura a Cam Newton. Empezaron con marca de 6-2 el 2018, pero cuando Newton empezó a tener dificultades con el hombro, se desmoronaron. Christian McCaffrey es un arma letal, pero necesita que los receptores que fueron selecciones altas --D.J. Moore, primera ronda en el 2018 y Samuel Curtis, segunda ronda en el 2017-- empiecen a rendir más.
Tampa Bay es un caso interesante. Bruce Arians ha sido coach del año dos veces. Su impacto en Arizona fue inmediato y después los llevó a un campeonato de conferencia. Aún con la inconsistencia de Jameis Winston, fueron la mejor ofensiva de pase de la liga en yardas por pase. La línea ofensiva quedó a deber y el ataque terrestre fue mediocre. No hicieron muchos cambios en estos departamentos. Todd Bowles tuvo éxito como coordinador defensivo en Arizona, y eso le valió ser el head coach de Jets. Harán la transición al sistema 3-4. Arians ha tenido éxito con quarterbacks como Peyton Manning, Ben Roethlisberger, Andrew Luck y Carson Palmer para nombrar algunos. Su reto más grande será Winston.
Voy contra la corriente y espero que las lesiones no me hagan quedar mal otra vez. Voy por Atlanta que ya debe haberse recuperado de la cruda del Super Bowl LI, y porque vi una baja de rendimiento de Drew Brees debido a inconsistencia en el centro de su línea ofensiva. Carolina podría sorprender si Newton aguanta, pero temo que está muy tocado.
1: Atlanta, 2: New Orleans, 3: Carolina, 4: Tampa Bay
NFC Oeste
Sean McVay declaró que fue superado como coach en el Super Bowl. Creo que fue un poco duro consigo mismo. La defensiva de Wade Phillips fue excelsa contra Brady y los Pats, pero la ofensiva, cuyo diseño revuelve alrededor del ataque terrestre con Todd Gurley, jugó muy por debajo de su nivel. Aun así, Jared Goff pudo haber sacado el partido, pero el escenario le quedó grande. Gurley regresa, pero no sabemos cuánto pueda durar. Seguramente le darán menos jugadas. Para eso retuvieron a Malcolm Brown y seleccionaron a Darrell Henderson en la tercera ronda. Tendrán más producción de las alas cerradas Tyler Higbee y Gerald Everett. La defensiva pasó a otro nivel en playoffs cuando Ndamukong Suh decidió jugar, pero no fue retenido. Llegan un par de veteranos en Clay Matthews, que ha venido mucho a menos, y Eric Weddle, que sigue siendo uno de los mejores safeties de la liga. Aaron Donald fue incontenible, y no veo una baja en su nivel de juego.
Seattle volvió a sus raíces enfatizando el ataque terrestre con poder y con una defensiva sólida. Russell Wilson recibió el contrato más alto de la liga y eso nunca es bueno cuando se busca reforzar un plantel que necesita refuerzos. Fue capturado en 51 ocasiones detrás de una línea ofensiva que tuvo problemas otra vez. Doug Baldwin optó por el retiro y su reemplazo, DK Metcalf, sufre lesiones por el momento, y ha demostrado que está muy verde todavía. Creo que Seattle da un paso hacia atrás esta temporada.
En San Francisco, esperan que Jimmy Garoppolo justifique la fe que le tuvieron cuando lo firmaron como el quarterback del futuro antes de 2018. Tendrá a tres corredores de peligro a su disposición en Tevin Coleman, Jerrick McKinnon y Matt Breida. Dante Pettis, reclutado en la segunda ronda del 2018, tuvo sólo 27 recepciones, pero cinco fueron para anotación. George Kittle fue el ala cerrada con más yardas por pase. Del lado defensivo tendrán a cinco jugadores en la línea defensiva que fueron selecciones de primera ronda del draft. En teoría la defensiva debe ser de buen nivel. La presión la tiene su coordinador Robert Saleh.
En Arizona veremos el experimento del 'Air Raid'. No le tengo mucha fe a Kliff Kingsbury como entrenador en jefe. Su sistema anota puntos. En el colegial, las defensivas rivales sonreían y se sentían satisfechas cuando las ofensivas de Klingsbury anotaban "solamente" entre 30 y 39 puntos. Pero llega a una organización mediocre. No tiene defensiva. La línea ofensiva fue mediocre y la trataron de reforzar con el canje por Marcus Gilbert, firmando a J.R. Sweezy y esperando el regreso de lesiones de Justin Pugh y Mason Cole. Kyler Murray es un talento especial. Jugó detrás de una gran línea en Oklahoma y fue letal. Es peligroso corriendo, pero es un excelente pasador. Tiene el respaldo de David Johnson, y lo van a usar. En el Air Raid, los corredores tienden a ser prolíficos. Pero temo que esté bajo asedio constantes y con la presión de descontar ventajas permitidas por su defensiva.
No veo mucho cambio respecto al año pasado. San Francisco podría dar una sorpresa, pero no creo que le alcance para llegar a playoffs.
1: LAR, 2: Seattle, 3: San Francisco, 4: Arizona
La siguiente semana mis pronósticos para playoffs y el Super Bowl.