Tuvieron que pasar tres semanas para que los Cleveland Browns realmente comprendieran el significado de ser un equipo del que se tienen altas expectativas en la NFL.
Eso, o simplemente adoptaron la actitud de “Sólos Contra el Mundo” para callar bocas y la primera que cerraron fue la de un rival que, en días anteriores, aseguró sentirse “fastidiado” por escuchar sobre las expectativas de los Browns.
“La victoria es agradable, (pero) sigan echándonos a la basura. No lo olvidaremos”, dijo Baker Mayfield tras la victoria sobre los Baltimore Ravens.
Los Browns, de visita, callaron a los Ravens con paciencia, con formaciones abiertas y pases cortos y de mediana distancia de Mayfield, lo que le permitió a Nick Chubb encontrar espacios y regodearse con carreras largas, incluidas dos para touchdown de 14 yardas y la escapada de 88 que el marcador 30-18 en el último cuarto.
Esa explosión terrestre y de la ofensiva en general de los Browns se dio hasta la segunda mitad, lapso en el que, prácticamente, jugaron al estilo Ravens al forzar tres pérdidas de balón, dos en intercepciones, y frenar en una ocasión a Baltimore en conversión de cuarta oportunidad con 8:53 tras la larga anotación de Chubb.
Mientras su ataque hacía ver mal, y en su casa, a la defensiva los Ravens, la defensiva de Cleveland obligó a Lamar Jackson a hacer lo que, al parecer e irónicamente no le gusta tanto hacer al quarterback de Baltimore: lanzar el balón.
Jackson corrió en cinco ocasiones en la primera mitad y sumó 34 yardas, pero, 29 de ellas fueron en una escapada. Desde ese momento, Cleveland sometió al hábil pasador de Baltimore, quien sólo pudo correr en cuatro ocasiones más en la segunda mitad para 27 yardas.
Jackson sólo lanzó seis veces en la primera mitad y luego de que Chubb puso a los Browns arriba por 12 puntos con su escapada y ya cuando el ataque de los Ravens era predecible, completó siete de 12 pases para 119 yardas, dos touchdowns y una intercepción.
Cincuenta de esas 119 yardas llegaron en el pase de touchdown a Willie Snead IV con 30 segundos por jugar, jugada prácticamente inútil que cerró la cuenta en el marcador.
El sello de un buen equipo, al menos de uno que desea ser contendiente, como Cleveland, es aprender a sacar provecho de los errores del rival, forzados o no forzados, y los Browns convirtieron en 10 puntos dos de sus tres robos de balón, puntos que les ayudaron a sacar una cómoda ventaja y evitaron cualquier intento de respuesta de los Ravens.
El talento que tiene el coach Freddie Kitchens en sus manos es innegable. Su trabajo es explotarlo de forma consistente, pero el desempeño del equipo debe elevarse naturalmente por la capacidad en el campo de sus jugadores, no por sentirse ofendidos por lo que dicen de ellos.
Ya veremos en las próximas semanas si los Browns aprenden a ganar consistentemente porque tienen la capacidad de hacerlo o sólo porque los mueve el orgullo.
El receptor de los Arizona Cardinals subió al segundo lugar de la lista de más recepciones en la historia de la NFL, luego de atrapar el pase 1,326 de su carrera en los minutos finales del duelo ante los Seattle Seahawks.
Con 1:34 por jugar en el último cuarto, Fitzgerald atrapó el pase corto y recorrió 14 yardas para dejar atrás a Tony Gonzalez y quedar sólo detrás del también miembro del Salón de la Fama, Jerry Rice, quien sumó 1,549 recepciones en su trayectoria.
En el duelo ante los Seahawks que perdieron los Cardinals por 27-10, Fitzgerald atrapó cinco pases para 47 yardas.
En su carrera, Fitzgerald suma 16,579 yardas (segundo detrás de Rice: 22,895) y es sexto en la historia de la NFL con 118 touchdowns por recepción.