Durante un cuarto de siglo, los Chiefs intentaron volver al Super Bowl con un quarterback salido de los 49ers y, aunque no como esperaban, la fórmula funcionó con Alex Smith y Patrick Mahomes.
No se puede culpar a los Kansas City Chiefs por intentarlo. En los años 90, adoptaron a tres quarterbacks de los San Francisco 49ers y ninguno pudo llevarlos hasta el Super Bowl, pero en 2017, un cuarto pasador gambusino, Alex Smith, fue clave para cumplir con el objetivo como mentor de Patrick Mahomes en su primer año en la NFL.
En el Super Bowl LIV, el destino quiso que los Chiefs enfrentaran a su principal proveedor de quarterbacks y en la edición LVIII volverán a medirse a los 49ers en la disputa por el Trofeo Vince Lombardi.
Después de que San Francisco cambió a Joe Montana a Kansas City previo a la temporada 1993, los Chiefs decidieron que la escuela ofensiva de los 49ers, desarrollada por el legendario coach Bill Walsh y que ganó cinco anillos de Super Bowl, sería un buen proveedor de quarterbacks para su propia causa y detràs de Montana desfilaron Steve Bono y Elvis Grbac entre 1995 y el 2000 y aunque los resultados fueron buenos en temporada regular, éstos se tradujeron en fracasos en Playoffs para Kansas City.
Fue hasta que el último quarterback que llegó a Kansas City directo desde San Francisco en 2013, Alex Smith, también en un cambio, que la inversión en pasadores gambusinos dio resultados a los Chiefs, aunque de forma indirecta y en un papel no previsto.
En 2017, luego de que el coach Andy Reid reclutó a Patrick Mahomes en la primera ronda del draft, Smith mantuvo su puesto como titular y al mismo tiempo, adoptó el papel de mentor del novato, pese a que sus días en Kansas City estaban contados.
Para Mahomes, quien en su segundo año como titular llevó a los Chiefs al Super Bowl y suma cuatro viajes en cinco años al juego por el título de la NFL, el impacto de Smith en su desarrollo es invaluable.
“(Alex) fue extremadamente importante para mí por la forma en que trabaja y es todo un profesional, un gran quarterback y un gran ser humano”, dijo Mahomes previo al Super Bowl LIV. “Me enseñó mucho sobre cómo organizar una semana de trabajo y hacer un plan de juego y luego, cómo leer coberturas por pequeños detalles, por ejemplo, cómo se alinea la defensiva y eso me ayudó mucho en la primera parte de mi carrera, incluso, hasta ahora me da lecciones invaluables”.
No fue en el campo, pero la inversión en quarterbacks de los 49ers dio los resultados esperados luego de varios intentos.
Los Chiefs se quedaron cerca de volver al Super Bowl en 1993, la primera campaña de Montana con el equipo, al caer en la Final de la AFC. De hecho, los 49ers también fueron eliminados en esa instancia en la NFC.
De haber llegado al juego por el título de la NFL a la siguiente temporada, Montana habría enfrentado a su ex equipo en el máximo escenario.
Montana tuvo marca de 17-8 en temporada regular y 2-2 en Playoffs con Kansas City. En 1994, su último año en la NFL, los Chiefs volvieron a cerrar un trato con los 49ers, en esta ocasión por Steve Bono, quien fue el tercer quarterback en San Francisco en los últimos años de Montana con el equipo del Área de La Bahía y conocía bien el sistema ofensivo que Kansas City instaló para Montana.
Bono tomó la titularidad en 1995 tras el retiro de Montana y guió a Kansas City a terminar con marca de 13-3 y la primera siembra en Playoffs en la AFC, sólo para protagonizar una de las derrotas más dolorosas en la historia de los Chiefs cuando sufrió tres intercepciones en el duelo que los Indianapolis Colts ganaron por 10-7 en la Ronda Divisional.
El experimento con Bono terminó en 1996 sin boleto a Playoffs. Los Chiefs terminaron con récord de 9-7, pero volvieron a voltear a San Francisco, donde un pasador de nombre Elvis Grbac, suplente de Steve Young con los 49ers, había mostrado buenas cosas cuando se le necesitó como titular.
A diferencia de lo que hicieron con Montana y Bono, los Chiefs contrataron a Grbac como agente libre en 1997.
Grbac comenzó los primeros nueve juegos de la campaña y ganó siete, pero una lesión le hizo perder varios juegos. Fue sustituido por Rich Gannon, quien ganó cinco de seis encuentros y así nació una controversia que terminó con otra dolorosa derrota para los Chiefs, que ese año volvieron a terminar con récord de 13-3 y la primera siembra en la AFC en Postemporada.
Cuando Grbac regresó de su lesión para el último juego del calendario regular, el coach Marty Schottenheimer decidió devolverle el trabajo como titular y mandar a Gannon a la banca.
Los Chiefs volvieron a caer en la Ronda Divisional, ahora ante los Denver Broncos, y Grbac no pudo regresarlos a Playoffs en las campañas de 1998 y 1999, tras las cuales terminó su carrera en los Baltimore Ravens.
La controversia creada por Schottenheimer concluyó tras la temporada 1998, cuando Gannon firmó como agente libre con los entonces Oakland Raiders, a quienes llevó al Super Bowl en la campaña de 2002.
No estaba destinado que los Chiefs volvieran al Super Bowl con un ex quarterback de los 49ers al mando de su ofensiva, pero, aunque de manera indirecta, otro ex pasador de San Francisco, Alex Smith, jugó un rol importante para que lo lograran luego de 50 años con Mahomes al mando.