¿Verá la AFC Sur un nuevo campeón divisional tras un breve periodo de dominio de Houston?
La AFC Sur es una división que suele tener un recambio regular entre sus campeones, y el 2020 proyecta para coronar a un equipo nuevo una vez más.
Con un contraste interesante de quarterbacks y situaciones de plantilla, las franquicias de este sector esperan un año competitivo.
¿Es Deshaun Watson un quarterback con calibre de Super Bowl?
Muchos pasadores inferiores a Watson han disputado, y ganado, un Super Bowl. Desde esa perspectiva, no hay ningún motivo para creer que Watson, un quarterback del Top-5 o Top-8 en la NFL, no pueda lograrlo, si hablamos de condiciones individuales.
Watson es un ganador nato. Falta ver en qué termina la carrera colegial de Trevor Lawrence en Clemson, pero al momento, Watson es el mejor jugador en la historia de esa escuela.
Los Texans creen firmemente en su pasador, y por ello le brindaron una extensión de contrato por 160 millones de dólares y cuatro años. Según ESPN Stats and Information, Watson es solamente uno de 11 pasadores en la historia de la liga en lanzar para 70 pases de anotación o más en sus primeros tres años, a pesar de que solamente jugó siete partidos en su campaña de novato.
Para Houston, tener a Watson de su lado lo significa todo. No olvidemos que es la misma franquicia que eligió primero global --en el primer draft de su historia-- a David Carr, antes de convertirlo en uno de los quarterbacks más capturados en la historia de la liga, y también es la misma franquicia que alguna vez apostó por nombres como Tom Savage o Brock Osweiler. Los Texans entienden lo que tienen en Watson, y por ello era importante retenerlo a como diera lugar. El siguiente paso es rodearlo con el mejor talento disponible, y aquí, no estoy seguro de que Houston haya hecho un gran trabajo este año.
Más allá de las virtudes como pasador que indudablemente posee Watson, se trata de uno de los jugadores más dinámicos en la liga. Es capaz de crear jugadas donde parece no haber nada. Encima de eso, se ha establecido como uno de los líderes indiscutibles del vestidor.
Watson seguirá desarrollando la buena química que posee con el receptor abierto William Fuller, al tiempo que debe acostumbrarse a jugar con el corredor David Johnson y los receptores abiertos Brandin Cooks y Randall Cobb. En términos generales, se trata de una buena colección de talento, pero ninguno de ellos está a la altura del receptor abierto que el equipo traspasó hace algunos meses.
Junto al ya legendario J.J. Watt, Watson es uno de los pilares en la franquicia de Houston.
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¿Pueden los Indianapolis Colts confiar en Philip Rivers a sus 38 años de edad?
Rivers es el primero en admitir que está consciente de las críticas en su contra por el nivel mostrado en años recientes. También, está plenamente convencido de que tiene suficiente juego todavía, y que puede llevar lejos a los Colts.
La familiaridad de Rivers con el head coach Frank Reich, quien fue su coach de quarterbacks (2013) y coordinador ofensivo (2014-2015) con los San Diego Chargers, fue uno de los motivos principales por los que Rivers eligió Indy una vez que su carrera con los Bolts terminó. Curiosamente, ninguno de los dos años de Reich como coordinador de Rivers fueron particularmente grandiosos para Rivers. En el '14, lideró a la NFL en intercepciones, con 18, y en el '15, el equipo terminó con una marca de 4-12.
Las armas a disposición de Rivers en Indianapolis tampoco se parecen demasiado a lo que estaba acostumbrado. Algunos de los mejores años de Rivers llegaron con receptores de gran tamaño, incluyendo a Vincent Jackson, Malcom Floyd y, más recientemente, Keenan Allen. Por supuesto, el mejor socio a lo largo de su carrera, fue el ala cerrada Antonio Gates.
En Indy, el mejor receptor es T.Y. Hilton, quien mide 4 pulgadas menos que Allen, el más bajo de los enlistados anteriormente. Es cierto que Rivers tuvo mucho éxito lanzando a objetivos bajitos, como Danny Woodhead, también, pero el árbol de rutas saliendo desde el backfield no es el mismo que para un receptor abierto en el perímetro.
Si el receptor novato Michael Pittman Jr. logra un ajuste rápido al juego profesional, podría convertirse en una buena opción entre receptores abiertos, y se esperaba un rol importante del ala cerrada, Jack Doyle, también. Pero no hay duda que será un ajuste para Rivers lanzar a Hilton.
Lo mejor que tendrá Rivers a su disposición, sin lugar a dudas, será la línea ofensiva. De hecho, se trata de la mejor línea ofensiva con que haya jugado Rivers en su carrera, y una unidad que viene de una temporada del 2019 donde fueron el único grupo de titulares que inició los 16 partidos de la campaña juntos.
Para un quarterback que siempre tuvo movilidad cuestionable, no hay mejor ayuda que esta. La apuesta de Indy está muy clara. Rivers a una renta de un año, y de ahí pensar en un quarterback el año que viene. Dependiendo de cómo lo haga Rivers, será el quarterback a elegir. Si Rivers enseña que todavía le queda un año o dos más, después del 2020, Indy puede buscar a un prospecto a desarrollar en el draft, sin necesidad de lanzarlo de inmediato a la titularidad. Si Rivers fracasa, entonces los Colts estarán buscando a alguien que inicie desde la Semana 1 del 2010, y otro veterano agente libre podría ser opción.
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¿Qué necesita la defensiva de los Jaguars para volver a alcanzar su nivel de élite?
La caída de los Jags ha sido estrepitosa desde que aparecieron en el Juego de Campeonato de la AFC al término de la campaña del 2017.
En aquel momento, armados con una defensiva de élite y lo que parecía un juego terrestre dominante, se antojaba que un pasador regular --no Blake Bortles-- y algunas mejorías en el arsenal aéreo podrían ser suficientes para dar a Jacksonville su primera aparición de Super Bowl.
Lamentablemente para la afición, los Jaguars se han dedicado a despedazar aquella plantilla, a partir de es momento. Curiosamente, el equipo también se ha encargado de devaluar sus activos antes de desprenderse de ellos, mediante sus declaraciones mediáticas y el manejo de las relaciones dentro de la organización. Los ejemplos más recientes son el corredor Leonard Fournette, cortado hace algunos días, y el ala defensiva Yannick Ngakoue, quien fue traspasado a los Minnesota Vikings, donde aceptó una reducción salarial significativa.
Antes, en este mismo receso de temporada, los Jags canjearon a Calais Campbell a los Baltimore Ravens. Y durante la temporada del 2019, traspasaron al esquinero Jalen Ramsey a Los Angeles Rams.
En total, después de los recortes de plantilla del sábado por la noche, restan 12 jugadores en la plantilla de los Jags que eran parte del equipo subcampeón de la Conferencia Americana. Solamente seis de ellos sin titulares: Dede Westbrook, Brandon Linder, A.J. Cann, Cam Robinson, Abry Jones, Myles Jack y Jarrod Wilson.
En este punto, el problema ya no solamente es el talento perdido para la defensiva, sino en general. Es demasiado tarde para Ramsey, Campbell, Ngaouke, A.J. Bouye, Tashaun Gipson, Paul Posluszny y muchos otros. La clave, es muy sencilla, al menos en un primer paso. Tiene que ver con que la gerencia de este club encuentro el modo de evitar la fuga de talento.
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¿Podrá Ryan Tannehill demostrar que el 2019 puede ser la norma, y no la excepción?
Después de unas primeras siete temporadas muy poco inspiradoras con los Miami Dolphins para iniciar su carrera --incluyendo una borrada por completo tras romperse el ligamento anterior cruzado en una jugada durante un campamento de entrenamiento-- Tannehill disfrutó una resurrección profesional en su primer año en Tennessee.
Firmado para ser, en principio, suplente para Marcus Mariota, Tannehill terminó por arrebatarle el puesto titular y se convirtió en una de las piezas importantes que permitieron a los Titans meterse a los playoffs por primera ocasión bajo el mando del head coach Mike Vrabel.
¿Cuál fue la clave de este nuevo Tannehill? Bueno, Tannehill supo aprovechar al máximo el juego terrestre dominante de Derrick Henry. El índice de pasador de Tannehill en jugadas con engaño de carrera fue de 140.6 el año pasado, el más alto en la liga, de acuerdo a datos de Pro Football Reference. Todo eso ocurrió al tiempo en que impuso marcas personales en porcentaje de pases completos (70.3 por ciento) y yardas por intento de pase (9.6). Llama la atención sobre todo este último número, después de que en toda su estadía con Miami jamás marcara por encima de 7.7.
A partir de lo que logró Henry --quien fue el líder corredor de la NFL con 1,540 yardas-- Tannehill pudo aprovechar por aire la preocupación de las defensivas rivales y el número de oportunidades en que lanzó contra cajas de ocho defensivos.
El primer paso para que Tannehill consiga un desempeño similar en el 2020 ya lo dio el equipo. Tennessee firmó una extensión contractual por cuatro años y 118 millones de dólares con el quarterback, y algunas semanas más tarde, alcanzó un acuerdo por cuatro años y 50 millones de dólares con Henry. Con el backfield intacto, el siguiente paso será crear algunas variantes a partir de lo que funcionó en el 2019, porque el que no avanza y se queda estático, en realidad está retrocediendo. Es un caso similar al de Baltimore, que igual que Tennessee, seguramente enfrentará defensivas mejor preparadas para lo que vieron en todo el año pasado. Esas variantes serán esquemáticos para los Titans, dado que en términos de personal, el arsenal aéreo a disposición de Tannehill se mantiene sin cambios importantes respecto al año pasado.