En la AFC Oeste, los campeones los Chiefs no están listos para renunciar al dominio divisional
Mientras los campeones reinantes del Super Bowl, Kansas City Chiefs, ponen la mira en repetir, el resto de la AFC Oeste busca el modo de recortar distancias.
En el caso de los Denver Broncos, Las Vegas Raiders y Los Angeles Chargers, el primer paso será terminar de definir su situación de quarterback, a pesar de que cada una de estas tres franquicias se hallan en etapas distintas del proceso.
¿Ha hecho Drew Lock lo suficiente para ganarse la confianza total de los Broncos?
Hablando solamente en términos de partidos oficiales jugados, la respuesta honesta es no. Jugó solamente cinco partidos como novato, hacia la recta final de la temporada, ganando cuatro de ellos. También completó el 64.1 por ciento de sus pases, lanzando para 1,020 yardas con siete touchdowns y tres intercepciones.
Si extrapolamos esos números a una temporada de 16 encuentros, obtenemos una proyección de 3,264 yardas con 22.4 touchdowns contra 9.6 intercepciones, cifras extremadamente respetables para una campaña debut. Desafortunadamente, las cosas no funcionan así. Hay que tener en cuenta que, por más impresionante que fue la victoria sobre los Houston Texans en la Semana 14, los otros tres triunfos fueron ante equipos con marca perdedora: Los Angeles Chargers, Detroit Lions y Oakland Raiders. No es sencillo medir con precisión la mejoría de un equipo con triunfos de final de temporada. Los Miami Dolphins, por ejemplo, también cerraron de manera positiva su temporada pasada, y de poco les valió en términos de progreso sustantivo para su plantilla.
No todo el avance de Lock se puede medir solamente en esos cinco partidos del año pasado. El trabajo de receso de temporada también cuenta, incluso en un año atípico como el actual. Aquí, los elogios no han parado para Lock, quien se ha ganado la confianza de sus coaches y el respeto de sus compañeros. Poco a poco, al pasador de segundo año le va acomodando un poco mejor el traje de líder, y no hay mejor herramienta para elevar el juego individual que recibir ayuda del resto de los jugadores, lograr que jueguen para ti.
Los fiascos recientes de Brock Osweiler y Paxton Lynch dejan un muy mal sabor de boca en Denver. Esta vez, sin embargo, la situación parece distinta. El proceso con Lock parece ser, de acuerdo a los reportes salidos del campamento de los Broncos, más disfrutable y disfrutado que los dos anteriores.
La muestra para juzgar a Lock todavía es pequeña, pero el equipo hizo todo lo posible por darle armas con las cuales podrían crecer juntos. Eso garantiza que Lock tendrá una mejor oportunidad para triunfar, y más paciencia en el proceso.
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¿Cuáles serían expectativas realistas para Patrick Mahomes en términos estadísticos durante el 2020?
En su primer año como titular de tiempo completo, cuando el propio Mahomes admitió que no aprendió realmente a leer las defensivas hasta media campaña del 2018, el quarterback de Kansas City se despachó con una de las temporadas más impresionantes de las que se tengan noticia para un pasador de NFL. Completó el 66 por ciento de sus pases, tirando para 5,097 yardas con 50 touchdowns y solamente 12 intercepciones.
El año pasado, hubo una regresión numérica. Aunque el porcentaje de pases completos se mantuvo prácticamente sin cambios (65.9 por ciento); su yardaje se redujo poco más de 1,000 yardas a 4,031; y los touchdowns se cortaron casi a la mitad, a 26. Las intercepciones también se vieron recortadas, de manera dramática, a cinco.
Por supuesto, no podemos olvidar que se perdió dos encuentros luego de una lesión de rodilla que parecía, en primera instancia, algo mucho más grave. Después de la lesión, Mahomes tardó un poco en volver a entrar al ritmo al que rápidamente nos acostumbró, y eso fue notorio en los partidos de la Semana 11 y 12, ante Los Angeles Chargers y Oakland Raiders, respectivamente, cuando en ambos casos completó menos del 60 por ciento de sus pases y tiró por debajo de las 200 yardas. Solo tiró un pase de anotación en cada uno de esos juegos, aunque ambos terminaron siendo victorias (el primero de ellos, en la Ciudad de México).
El cierre de temporada regular tampoco fue el mejor. Nuevamente lanzó por debajo de las 200 yardas y solamente un touchdown. El año previo, no tuvo un solo partido por debajo de las 243 yardas, y solamente en dos de los 16 encuentros, no lanzó múltiples pases de anotación. En comparación, fueron siete partidos sin pases de anotación, o solamente uno, en el 2019.
El problema de esos números, es que en realidad no hay problema. Mahomes dejó la vara tan alta respecto a lo que debemos esperar de él, que buenos partidos para cualquier otro quarterback decepcionan cuando se trata de él. Aun así, hay que decir que era esperado que no igualara sus números del 2018. Creer que se pueden entregar esa clase de totales todos los años es ingenuo.
Si Mahomes vuelve a entregar una temporada regular como la pasada, en términos estadísticos, ¿será una decepción? No, para nada. Habiendo dicho eso, no puedo imaginar una mejor campaña para reventar los récords de yardas en una temporada (5,477) y touchdowns en una temporada (55) que impuso Peyton Manning en 2013 por parte de los Chiefs.
Piénsenlo. En una temporada sin trabajo de receso de campaña, los equipos con mayor continuidad organizacional y de plantilla se verán favorecidos sobre aquellos que sufren mayores cambios. Este es el caso de Kansas City, algo raro considerando que vienen de ganar el Super Bowl. Las armas están allí, también, con Tyreek Hill, Travis Kelce, Mecole Hardman, Sammy Watkins, y el corredor novato Clyde Edwards-Helaire. Mahomes cumplirá 25 años de edad antes de la Semana 2, lo que significa que debemos ver un pasador más maduro, y más entendedor de lo que ve por parte de las defensivas. Y, por si fuera poco, el calendario de temporada regular no luce dramáticamente complejo.
Seamos claros: el objetivo principal aquí es ganar otro Super Bowl, no quepa duda de eso. Pero, si en el camino, Mahomes estampa su firma en algunos de los récords más llamativos del libro de marcas de la NFL, ¿por qué no?
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¿Cuánta seguridad debe sentir Derek Carr al frente de la ofensiva de los Raiders?
Una de las posibles alternativas sería un cambio en la posición de quarterback. Carr impuso marcas personales en el 2019 en porcentaje de pases completos (con un notable 70.4 por ciento), y en yardas por pase (4,054). También, puede presumir de tres invitaciones al Pro Bowl en sus seis años en la liga. El problema de Carr es que, en cinco de esas temporadas, ha tenido marca perdedora. Tarde o temprano, el número que más importa va debajo de la letra "W".
Se habló mucho alrededor de los Raiders en la primavera y verano que la presencia de Marcus Mariota no era solamente como suplente, sino alguien que compitiera francamente por el puesto titular. Algunos observadores del equipo insistieron que el juego de Mariota se acoplaba mejor al funcionamiento que espera Gruden de su ofensiva.
Ciertos o no estos rumores, Carr ha tenido un poco de suerte en el 2020. Al no haber trabajo de receso de temporada gracias a la pandemia de coronavirus, Mariota realmente nunca pudo entrenar con el equipo hasta que inició un campamento muy modificado. Eso mantuvo a Carr con la ventaja. Ahora, Mariota ha aterrizado en la lista de reservas lesionados del club con un problema pectoral, marginándolo por lo menos por tres semanas.
Entre más demore Mariota en poder competir al 100 por ciento, mayores oportunidades habrá para Carr de volver a ganarse la confianza de los Raiders, y evitarse el mismo destino que sufrió el propio Mariota a manos de Ryan Tannehill con los Tennessee Titans el año pasado. Contando este año, le restan tres temporadas de contrato a Carr. Si los Raiders lo cortan al término de este año, el cargo por dinero muerto sería de apenas 2.5 millones de dólares, y si lo cortan antes del 2022, no habría tal cargo. Eso significa que, en esencia, Carr está jugando una temporada de contrato ahora.
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¿Tendrá Justin Herbert la oportunidad de jugar como titular durante su temporada de novato?
Si tuviera que apostar, diría que sí.
Es aparente que una de las piezas que requieren los Chargers para convertirse en invitados frecuentes a playoffs es la de quarterback.
Por ello, el equipo invirtió su alta selección de primera ronda en Herbert, un pasador con buenas herramientas físicas que probablemente necesita más trabajo de pulido que cualquier otro quarterback elegido en la parte alta del pasado draft.
Después de despedirse del veteranísimo Philip Rivers, la franquicia ha apostado por Tyrod Taylor como su quarterback titular. Taylor no ha sido titular regular desde la campaña del 2017, cuando estaba con los Buffalo Bills. Se trata de un pasador versátil cuya mejor virtud podría ser el modo en que cuida el ovoide. La realidad es que la elección de Taylor como titular para iniciar la temporada no es mala, pero tampoco inspira gran emoción.
Típicamente, en una temporada normal, todos los equipos atraviesan un momento complicado donde se hilan algunas derrotas que obligan a cambios, ya sea de personal o de esquema. En condiciones normales, un quarterback firmemente establecido como titular no tendría que preocuparse por este tipo de rachas. Pero cuando hay un recluta de la parte más alta de la primera ronda, como Herbert, la paciencia para el titular, en este caso Taylor, suele ser corta.
Para los Bolts, ese tramo podría llegar justo después de la jornada de descanso, de la Semana 11 en adelante. Si en el cierre de campaña, las posibilidades de los angelinos de meterse a la postemporada lucen lejos, el equipo podría empezar a darle inicios a Herbert para ver cómo reacciona a la velocidad de juego real, y darle alguna base para construir en el siguiente receso de campaña.
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