Es tan reciente la última vez que Chiefs ganó el Gran Juego, que hasta parecería exagerado hacer una comparativa del mundo. Sin embargo, mucho ha cambiado desde entonces
Las fotos de esta pieza son exactamente del 2 de febrero de 2020. Elegimos estas fotos debido a que ilustran perfectamente el mundo antes de que globalmente se decretara la pandemia por COVID-19.
Son poderosas fotos que nos recuerdan que, no hace mucho, apenas hace un año o, para los propósitos de este trabajo, hace un Super Bowl, los aficionados de Kansas City Chiefs pudieron acudir a Miami para presenciar la victoria de su equipo, 31-20, sobre los San Francisco 49ers y festejar por todas partes, sin restricción alguna debido a cuestiones de salud pública, el segundo trofeo Vince Lombardi en la historia de la franquicia.
Las imágenes parecen tan lejanas; tan ajenas al mundo en 2021. No hay cubre bocas, no hay distancia social. Los bares, las calles de Kansas City se desbordaron durante y después del gran juego –no se diga para el desfile de celebración pocos días después, cuando miles se congregaron para celebrar junto a los jugadores. Por cierto, el Super Bowl LIV fue el último partido de la NFL que registró un lleno total en un estadio, y quizá haya sido uno de los últimos eventos deportivos en los Estados Unidos con lleno total.
La temporada que celebró el Super Bowl LIV fue la 2019 de la NFL. En aquel año –apenas un pequeño brinco en la línea del tiempo del siglo XXI- los estadios, arenas, cualquier complejo deportivo a nivel mundial, recibía gente sin restricciones sanitarias. Japón, en 2019, pudo acoger el mundial de Rugby. Un año después tuvo que posponer los Juegos Olímpicos veraniegos de 2020 –y no debería sorprender si se suspenden este año.
Obviamente el mundo del deporte es solo la punta del iceberg. En aquel 2019 hubo muchísimas más marchas o demostraciones por cuestiones de derechos civiles o políticas que en 2020, como la llegada de la joven activista ambiental sueca, Greta Thunberg, a Nueva York luego de una travesía por el Océano Atlántico, con las posteriores entrevistas cara a cara con la joven y la celebración de varias personas a fines en las calles. La pandemia limitó bastante la actividad social y política de la gente de a pie, pero aun así muchas personas salieron en 2020.
En 2019 los estudiantes podían acudir a clases presenciales y hacer ese gesto tan propio del aula de clase: levantar la mano, que el profesor los viera y les diera la palabra para participar o preguntar. Ahora es virtual, Zoom y classroom habilitaron los botones pertinentes. Y ya que estamos con las plataformas de videoconferencia, no es que no existieran en 2019 –Zoom desde 2011 y Google lanzó classroom en 2014- pero nunca en la llamada ‘era digital’, se necesitó tanto de esas plataformas.
En 2019, la gente iba a laborar en sitio. En 2019 las juntas, la gran mayoría, se hacían presenciales, sin descartar aquellas a larga distancia. Las entrevistas de trabajo eran presenciales. El cara a cara, en la sociedad humana, seguía siendo lo normal.
El 31 de diciembre de 2019 China informó a la Organización Mundial de la Salud la detección de un nuevo coronavirus, procedente de la ciudad de Wuhan. El 5 de enero de 2020 la OMS alertó al mundo del surgimiento de este nuevo coronavirus; el 31 de enero, el organismo internacional declaró al brote como “emergencia sanitaria de preocupación internacional”. El 4 de febrero, otra imagen muy ajena a los festejos por el Super Bowl ya invadía los medios de información y las redes sociales: Japón dejó un crucero de la línea Diamond Princess en cuarentena, en los muelles, después de 10 casos positivos por COVID-19.
El mundo, desde entonces, no ha vuelto a la normalidad de 2019…