Green Bay requiere armar una plantilla competitiva, pero rebasa actualmente por más de 47 millones de dólares el tope salarial fijado para la próxima temporada
GREEN BAY -- El mensaje de texto llevaba más puntos de exclamación que palabras.
En respuesta a un mensaje preguntando cuán contento estaba por la tarde del miércoles, después de que Aaron Rodgers había anunciado su regreso a los Green Bay Packers y el receptor abierto Davante Adams había sido retenido mediante la etiqueta de jugador franquicia, por ahora, un miembro del cuerpo de entrenadores respondió:
“Tan contento!!!”.
Y ahora, el receso de temporada realmente puede comenzar para los Packers.
No existe más preocupación respecto a tener que implementar un Plan A, B o C.
El gerente general Brian Gutekunst puede reducir su lista de jugadores a retener, cortar o reestructurar, y armar su plan de agencia libre, que comienza en una semana.
Y el vicepresidente de operaciones, Russ Ball, puede descifrar cómo hacer que todo funcione dentro de los confines del tope salarial.
No hay modo de saber exactamente cuánto trabajo requiere hacer todavía Ball con respecto al tope salarial hasta que sea finalizado el contrato de Rodgers. Antes de los eventos del martes, los Packers se encontraban 27.5 millones de dólares por encima del tope salarial para esta temporada. A eso hay que sumarle otros 20.145 millones de dólares, correspondientes a la designación de Adams como jugador franquicia.
En este punto, Rodgers y Adams se combinan para el 25.4 por ciento del tope salarial de los Packers.
Entonces, ¿cómo puede Green Bay armar una plantilla competitiva cuando rebasan por más de 47 millones de dólares el tope salarial, una semana antes del inicio de la agencia libre? Esos números no importan hasta el 16 de marzo, cuando los equipos deben estar en cumplimiento del tope salarial.
Sean cuales sean los términos contractuales en el nuevo acuerdo de Rodgers cuando sea finalizado, reducirá su impacto contra el tope salarial significativamente desde los 46.144 millones de dólares que actualmente se reflejan en los libros de los Packers para lo que es el año final de su convenio previo. Los Packers están atorados con el prorrateo del bono por firmar de 19.173 millones de dólares de su último contrato contra el tope actual, pero Ball puede reestructurar el convenio de manera tal que el cargo contra el tope llegue muy por debajo de la marca de 46.144 millones de dólares, quizás incluso recortándolo en un 40 por ciento.
E, idealmente, Adams acordará un acuerdo a largo plazo que llegue con un cargo menor contra el tope salarial que la designación de jugador franquicia.
La estructura de ambos acuerdos podría ofrecer pistas acerca de si Rodgers está jugando solamente año a año, o si el quarterback planea completar el nuevo acuerdo y retirarse en Green Bay a su término.
En julio pasado, cuando Rodgers regresó de su receso de temporada de descontento, dijo querer estar "involucrado en conversaciones que afectan mi habilidad para hacer mi trabajo". Enlistó una serie de jugadores veteranos –desde tipos como Charles Woodson a Julius Peppers y hasta Randall Cobb– que fueron cortados o a quienes no se renovó el contrato en varios puntos de su carrera, y cree que se le debió haber consultado acerca de esas decisiones.
Conforme progresó la temporada, Rodgers reiteradamente elogió a Gutekunst por sus movimientos, y dijo al término de la campaña que sostuvieron reuniones regulares para compartir ideas.
Eso nos trae al punto en que se encuentran ahora los Packers, con Rodgers de vuelta, y el equipo apuntando a recargar, en lugar de reconstruir. Recuerden, Rodgers dijo inmediatamente después de la temporada pasada que no quería ser parte de una reconstrucción.
Aun así, podrían tener que hacerlo sin varios veteranos. Una fuente dijo que el linebacker exterior Za'Darius Smith cree que será cortado. Smith, quien apenas participó en 18 jugadas la temporada pasada, posee el segundo cargo más oneroso contra el tope salarial del club (28.1 millones de dólares), y los Packers obtendrían 15.75 millones de dólares en espacio si lo liberan.
Cobb (6.8 millones de dólares de ahorro contra el tope salarial si es cortado ahora, u 8.25 millones si es cortado después del 1° de junio), el liniero ofensivo Billy Turner (3.142 millones de ahorro ahora, o 5.812 millones post-1° de junio), ala cerrada Marcedes Lewis (2.95 millones de ahorro ahora, o 4 millones post 1° de junio), y el pateador Mason Crosby (2.9 millones de ahorro ahora, o 3.4 millones post-1° de junio) ofrecerían el mayor alivio contra el tope salarial.
Podrían no tener que cortarlos, y también podrían reestructurar varios otros contratos. Veteranos sin gran peligro de ser cortados, como el linebacker externo Preston Smith y el safety Adrian Amos, también podrían ser candidatos a reestructuraciones. Luego, está el esquinero Jaire Alexander, quien actualmente tiene programado jugar bajo la opción al quinto año de su contrato de novato a cambio de 13.294 millones de dólares, pero quien casi con certeza firmará una extensión que reduciría su número contra el tope antes del arranque de la campaña.
Todo ello debe permitir a los Packers retener al menos a algunos de sus agentes libres clave: linebacker De'Vondre Campbell, esquinero Rasul Douglas, ala cerrada Robert Tonyan y receptor abierto Marquez Valdes-Scantling. Según agentes familiarizados con el mercado, Campbell debe atraer 10 millones de dólares anuales, Tonyan unos 7 millones, Douglas 5 millones, y Valdes-Scantling otros 5 millones. Además, el receptor abierto Allen Lazard es un agente libre restringido que posiblemente reciba ona oferta calificada de segunda ronda a cambio de unos 3.986 millones de dólares.
Si hay espacio o no para firmar a agentes libres de otro equipo o no, no se sabrá hasta que se haga todo este trabajo. Pero, por ahora, al menos se puede comenzar en ello.