Jaylon Ferguson murió a consecuencia del fentanilo y cocaína; dejó tres hijos, todos menores de cinco años
OWINGS MILLS, Md. -- El apoyador externo de los Baltimore Ravens, Jaylon Ferguson, murió a causa de los efectos combinados del fentanilo y la cocaína, según médicos forenses.
Un portavoz del Departamento de Salud de Maryland dijo que la muerte de Ferguson el 21 de junio fue declarada un accidente. Tenía 26 años.
Jaylon Ferguson murió después de que la policía acudiera a una casa en el distrito norte de la ciudad, donde lo encontraron inconsciente y siendo atendido por médicos. La policía de Baltimore dijo que no se encontraron signos de trauma y que no se sospechaba de una escena preparada.
"Nuestra prioridad se centra en el hombre que fue Jaylon y el impacto positivo que tuvo en tantos como padre, hijo, prometido, amigo y compañero de equipo", sentenciaron los Ravens en un comunicado emitido el viernes. "Sería inapropiado para nosotros comentar más mientras seguimos apoyando a su familia y compañeros de equipo, quienes están de luto por la trágica pérdida de un ser querido y celebrarán su vida [el sábado]".
El funeral de Ferguson se llevará a cabo el sábado en Bains, Louisiana, donde creció.
Jaylon Ferguson, una selección de tercera ronda de los Ravens en 2019, trabajó duro para estar en la mejor forma de su carrera, perdiendo una cantidad significativa de peso. Jugó un papel más importante en la defensiva durante los entrenamientos de temporada baja del equipo esta primavera, mientras que los apoyadores externos titulares Tyus Bowser y Odafe Oweh se recuperaban de cirugías.
Conocido como "Sack Daddy" al salir de Louisiana Tech, Ferguson tiene el récord de FBS de capturas con 45. En tres temporadas en la NFL, totalizó 67 tacleadas y 4.5 capturas.
Ferguson tuvo tres hijos, Jyce, Jrea y Demi, todos menores de 5 años.
En una recaudación de fondos en línea organizada para los niños, se reveló que Ferguson y su familia habían sobrevivido recientemente a un incendio en la casa que se llevó muchas de las pertenencias de los niños. “Él trató desesperadamente de apagar el fuego para salvar las posesiones de sus hijos hasta el punto en que sus propios dedos de los pies se quemaron en el proceso”, recuerda la publicación.