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Cinco cosas que aprendimos en Man in the Arena de Tom Brady

En esta semana del Super Bowl LVIII, es buen pretexto para que mires por Star + la vida y carrera de Tom Brady y cómo pasó a convertirse en el mejor mariscal de campo de todos los tiempos

Sea amado u odiado, esto es un pasaje extraordinario en la vida deportiva y personal del mejor quarterback, Tom Brady, en Man in the Arena.

Star + te entrega una visión diferente y nunca plasmada del exjugador de Patriots y Buccaneers, con los que ganó siete Super Bowls.

Aquí te dejamos las cinco cualidades que aprendimos de The Goat en Man in the Arena.

Resiliencia: Brady se adaptó a toda circunstancia. La capacidad para responder en un entorno desconocido es el rasgo más representativo del QB. Esto quedó en evidencia cuando fue elegido hasta la sexta ronda (puesto 199 global) del Draft de la NFL en el 2000.

Liderazgo: Dicho por sus compañeros y coaches, la personalidad que reflejaba Brady en situaciones críticas era admirable. En cada juego, sobre todo en el Super Bowl LI, no perdió la calma y empujó a sus coequiperos a nunca darse por vencidos.

Responsabilidad: En cada victoria, pero más en cada derrota, Brady asumía la culpa. Si no se ejecutaba el plan de juego, Tom no se escondía y daba las razones. Esto queda de manfiesto en Man in The Arena cuando habla de sus tres derrotas en el Super Bowl.

Disciplina: Esto lo llevó a jugar 23 campañas en la NFL en un gran nivel. Todo esto se reflejó en su labor realizada fuera del campo. El ejemplo más claro es que a los 43 años aún seguía ganando Super Bowls.

Competitividad: Brady quiso ser el número 1 y lo consiguió. Pero para lograrlo, el exmariscal impulsaba a sus compañeros a dar el máximo en cada entrenamiento y partido. De no haber sido así, quizá Tom pudo haber sido un mariscal de campo más en la NFL.