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Patrick Mahomes parece que no tiene techo con los Chiefs

El quarterback busca su tercer título de Super Bowl con Kansas City en una carrera que ha ido en constante ascenso


El próximo domingo en el Allegiant Stadium de Las Vegas, el quarterback de los Kansas City Chiefs, Patrick Mahomes, peleará por su tercer trofeo Vince Lombardi sin haber cumplido todavía los 30 años, asentado como el jugador más representativo de la NFL y decidido a agregar un nuevo glorioso capítulo en una carrera ya legendaria.

No parece tener techo Patrick Mahomes, un jugador que, con su talento, clase y liderazgo, está construyendo una auténtica dinastía en Kansas City. Disputará a los 28 años el cuarto Super Bowl de su carrera e intentará vencer de nuevo a los San Francisco 49ers, la franquicia contra la que conquistó en el 2020 su primer anillo de campeón.

En los distintos medios ya se abrió el debate sobre si se le puede considerar superior a una leyenda como Tom Brady, siete veces campeón, pero Patrick Mahomes, con aparente simplicidad, consigue mantenerse alejado del ruido exterior, enfocado únicamente en el próximo partido.

"Hay que tener continuidad, no conformarse, hacer lo que tienes que hacer. No puedes decir que es una dinastía hasta que se ha acabado. Para mí se trata de ser grande hasta el final en mi carrera", reconoció Patrick Mahomes en una conferencia de prensa.

Originario de Tyler, Texas, Patrick Mahomes es hijo de Pat Mahomes, lanzador en las Grandes Ligas (MLB) entre la década de 1990 y principios del 2000. Creció en Texas jugando al béisbol y al fútbol americano, antes de elegir el segundo deporte como prioridad.

Fue elegido en el turno global N° 10 en el draft del 2017 por los Chiefs y, tras ser sustituto de Alex Smith el primer año, se abrió las puertas del equipo con base en talento, ética laboral y liderazgo.

Superó las 5,000 yardas lanzadas en su primer año como titular y en el 2020 guió a los Chiefs hacia la conquista del Super Bowl contra los propios 49ers, sus rivales del domingo en el Allegiant Stadium

Tras conquistar el MVP y el Super Bowl del año pasado en Glendale, Arizona, a costa de los Philadelphia Eagles de Jalen Hurts, Patrick Mahomes afrontó un nuevo desafío en la presente temporada.

El año inició con las dudas sobre la continuidad del líder defensivo Chris Jones, quien finalmente se quedó en Kansas City, y con una derrota en casa contra los Detroit Lions.

Pocos pensaban en ese momento que los Chiefs tendrían el poder suficiente para hacer frente a las demás potencias de la NFL, ya que los propios 49ers, Eagles, Dallas Cowboys, Buffalo Bills y Baltimore Ravens iniciaron con grandes ambiciones.

Los Chiefs no tuvieron una temporada regular sobresaliente y acabaron con 11 victorias y seis derrotas, con lo que les alcanzó para reclamar un lugar en los playoffs, pero los obligó a tener un camino muy complicado.

Sin embargo, con Patrick Mahomes al mando, los Chiefs supieron aumentar el nivel en el momento de la necesidad. Vencieron en casa a los Miami Dolphins en la Ronda de Comodines y derrotaron a domicilio a los Buffalo Bills y Baltimore Ravens, considerados favoritos para ganar el Super Bowl LVIII.

Patrick Mahomes dio la cara una vez más en los momentos clave de la temporada y se ganó una nueva oportunidad para agrandar su legado. Se la jugará en Las Vegas, de nuevo contra los 49ers, para dar un paso más hacia la gloria eterna en la NFL.