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Gerhard de Beer continúa su transición del disco al fútbol americano

ORCHARD PARK -- Gerhard de Beer arribó a la Universidad de Arizona el 30 de julio del 2013 como un lanzador de disco sudafricano de 6 pies con 7 pulgadas y 240 libras, con la intención de convertirse en jugador de fútbol americano.

Llegó al campo de prácticas de los Buffalo Bills el 14 de junio como un tackle ofensivo de 320 libras luego de haber completado su primer minicampamento de la NFL a más de 8,000 millas de su ciudad natal de Pretoria.

De Beer, quien cumple 24 años de edad el jueves, intenta unirse al ex pateador de Pro Bowl, Gary Anderson, y al ex receptor abierto Jerome Pathon, como parte de un pequeño grupo de sudafricanos que practican un deporte muy poco familiar en su país.

El viaje a la NFL para de Beer significó sacrificar su abdomen marcado y dejar en espera su prometedora carrera en pista y campo para explorar una curiosidad acerca del fútbol americano. Significó aguantar noches de vomitar malteadas de proteína y dormir erguido para no perder su dieta diaria de unas 8,000 calorías. Significó sentarse en horas interminables de reuniones con el asistente graduado de Arizona, Cory Zirbel, para edificar desde cero su conocimiento del juego.

Pero cuando de Beer cumplió el siguiente paso de su sueño de fútbol americano al firmar con los Bills como novato no reclutado en mayo, nada de lo que hizo en los cinco años previo de trabajo pudo prepararle para una conversación sostenida con el entrenador en jefe de los Bills, Sean McDermott, durante las actividades organizadas del equipo... acerca del whiffle ball.

"[De Beer] volteó con los chicos y preguntó, '¿Qué es whiffle ball?'", recordó McDermott con una risa el mes pasado. "Empiezas allí y dices, 'Ey, gran reto [para él en los Estados Unidos]'".

"Me miraron como si estuviera bromeando", dijo de Beer a ESPN. "[Dije], 'No, en serio. ¿Me lo dirá alguien o lo debo investigar?'. Así que me explicaron que es como el béisbol, pero la pelota tiene aire adentro. Eso suena muy difícil".

No tan difícil como aprender la cultura de un país extraño, ya ni hablemos de un deporte que admite "no sabía nada" antes de mudarse a los Estados Unidos.

"No existe un manual sobre '¿Cómo hacerlo en América, 101'", dijo el mes pasado. "Es algo que se debe experimentar y aprender conforme pasa el tiempo. Apenas ayer, aprendí un término derogatorio que probablemente no deba usar. Simplemente son cosas que no sé. No intento ofender a nadie; solo es hacer conversación.

"Pregunté [a un compañero] sobre [la palabra] y me dijo, '¿Cómo me llamaste?'. Le dije, 'No, no, no, no intento ser grosero, pregunto para referencias futuras'".

De Beer no solamente intenta formar parte de un vestidor con otros 89 jugadores que llevan una vida jugando el deporte, sino también quedarse en la plantilla de un equipo en una liga que rechaza incluso a algunos de sus prospectos más pulidos.

Se trata de una tarea difícil para una persona cuya exposición en Sudáfrica al fútbol americano consistió en ocasionalmente jugar del video juego de 'Madden' y seguir algunos partidos en televisión.

"Pienso, '¿Qué diablos sucede aquí?'", admitió de Beer. "Y digo, 'Oh, atrapó el ovoide, eso está bien'. Lanzan un pañuelo, '¿Para qué es el pañuelo? ¿Qué hizo?'. Muy muy difícil de seguir simplemente porque no comprendía nada".

Lo que de Beer sí entendía eran dos deportes en particular: rugby y lanzamiento de disco. Jugó ambos en su preparatoria, Afrikaanse Hoër Seunskool, y saltó a la escena internacional al imponer marcas nacionales sub-16 y sub-18 en lanzamiento de disco y capturando una medalla de bronce en los IAAF World Junior Championships de España en el 2012.

Su desempeñó atrapó la atención de los principales programas de pista y campo de la NCAA, pero de Beer deseaba un mayor reto que aquello que ya le era familiar. Luego de leer una historia sobre el lanzador de disco estonio Margus Hunt, quien se convirtió en recluta de segunda ronda para los Cincinnati Bengals en el 2013 y ahora juega como tackle defensivo para los Indianapolis Colts, de Beer deseaba explorar la posibilidad del fútbol americano.

Una opción era SMU, donde jugó fútbol americano Hunt y el primo de de Beer participaba en pista y campo. Pero de Beer prefirió el programa de pista y campo en Arizona, cuyo entonces entrenador en jefe de fútbol americano Rich Rodriguez cumplió el deseo del sudafricano de jugar al fútbol americano, una oportunidad que casi ningún otro programa colegial estaba dispuesto a ofrecer.

La curva de aprendizaje fue monumentalmente inclinada, iniciando con de Beer descifrando cómo colocarse las hombreras. Probado por los coaches primero como liniero defensivo y más tarde como ala cerrada, de Beer debió aprender que "bloquear al esquina" significaba ir a bloquear al esquinero, y no ir a la esquina de las diagonales.

Luego de una redshirt en su primer año y pasar el 2014 en el equipo de scouteo, de Beer vio el campo en el 2015 iniciando cuatro partidos como guardia. Se mudó al tackle derecho para sus dos campañas finales, iniciando 10 partidos la temporada pasada y atrapando la atención de los visores de los Bills con su ética de trabajo.

"En la universidad, la información que recibimos es que estaba allí afuera después de cada entrenamiento perfeccionando su juego", dijo McDermott. "Aquí [en Buffalo], con el tiempo que se nos permite, [no ha sido] diferente".

Si de Beer es capaz de quedarse en la plantilla de 53 hombres o escuadra de prácticas de los Bills después del campamento de entrenamiento, el cual comienza el 26 de julio, entonces McDermott puede colocar palomita junto a la posición de pateador de despeje de emergencia, también.

"Con el rugby, puedo patear el balón bastante bien", presumió de Beer. "Estuve allá despejando para Arizona. Mi primer año, recuerdo que salí allá y dije, 'Ey coach, puedo despejar'. Me dijo, '¿Puedes?'. Y dije, 'Sí, algo puedo patear'. Así que decidieron darme unos zapatos luego de la práctica. Diferentes de los zapatos para linieros, porque el balón no se lanza desde allí. Pateé una 75 yardas".

¿Y si el experimento de de Beer jugando al fútbol americano no funciona?

"Mi argumento es que siempre puedo probar el fútbol americano y si --toco madera-- no tengo éxito en ello, puedo tomar un disco y lanzarlo muy lejos y generar algo de atención nuevamente", dijo de Beer. "Pero si dejo el fútbol americano por la pista, nunca puedo volver al fútbol americano. Hay muy pocos tipos --un puñado de tipos-- que pueden salir de la liga por un año y regresar y ser exitosos. Solamente un año. Olvídate de toda una carrera en pista y campo. Por eso el fútbol americano es muy importante para mí, ahora".