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Tres históricos se adueñan de la Semana 8 de la NFL

La jornada dominical de la Semana 8 correspondió a los históricos.

Un trío de futuros miembros del Salón de la Fama alcanzar marcas importantes en sus celebradas carreras este día.

El corredor Adrian Peterson de los Washington Redskins se colocó noveno en la lista de corredores más prolíficos en la historia de la liga, superando con sus 149 yardas del día al miembro del Salón de la Fama, Tony Dorsett, y sus 12,739 yardas.

Peterson ingresó al encuentro con 12,714 yardas a ras de tierra, y de entre los jugadores en activo, solamente Frank Gore de los Miami Dolphins acumula más que él, con 14,411 yardas tras su actuación el pasado jueves por la noche.

El acarreo con el que Peterson saltó a Dorsett en la lista ocurrió a mediados del segundo cuarto, y fue solamente para 4 yardas. Más adelante, Peterson hizo recordar a todos de sus mejores momentos cuando consiguió una escapada de 64 yardas para touchdowns que, a la postre, selló el triunfo de Washington por 20-13 sobre unos New York Giants que siguen sin encontrar la brújula a su temporada.

Una semana más, Washington es el único equipo con marca ganadora en la Este de la Conferencia Nacional.

En el desierto, Larry Fitzgerald de los Arizona Cardinals también dio un paso importante en los libros de récords de la NFL. Con una atrapada de anotación de 13 yardas al arranque del cuarto periodo, 'Fitz' atrapó su pase de touchdown N° 112 para dejar atrás el empate que sostenía con Tony Gonzalez --otro que no tarda en develar su estatua de bronces en Canton, Ohio--, en el séptimo puesto de la lista histórica de la liga.

En este momento, Fitzgerald se coloca segundo entre los jugadores activos, únicamente por detrás de Antonio Gates, quien ostenta el sexto sitio con 115. Los cinco jugadores que se encuentran adelante ya tienen su efigie en los pasillos de Canton: Jerry Rice, Randy Moss, Terrell Owens, Cris Carter y Marvin Harrison. Fitzgerald no tarda un unir su nombre a esa lista de inmortales.

Por si fuera poco, la anotación de Fitzgerald, y una conversión de dos puntos exitosa que atrapó luego de un pase de touchdown que atrapó el novato Christian Kirk, ayudaron a los Cards a darle la vuelta a los San Francisco 49ers para rescatar una sufrida victoria y dejarlos en solitario en el sótano de la Oeste de la NFC.

El récord más importante de la jornada fue el que consiguió Adam Vinatieri, en la victoria de los Indianapolis Colts por 42-28 sobre los Oakland Raiders.

El longevo pateador de lugar --en medio de su temporada N° 23 en la liga-- convirtió sus dos intentos de gol de campo y sus cuatro intentos de punto extra de la tarde para hacerse con el primer lugar absoluto en la lista de puntos anotados en la historia de la NFL. Con 2,540 puntos anotados hasta antes del duelo dominical, Vinatieri estaba a tan solo 4 puntos de Morten Andersen --otro dueño de una codiciada chaqueta dorada--. Los 10 puntos de Vinatieri en el partido le dejan con 2,550 de por vida, y uno de los récords que más tiempo podrían tardar en volver a caer. Para dar un poco de perspectiva, consideremos que después de Vinatieri, el siguiente jugador en activo en la lista es Sebastian Janikowski, en el décimo puesto, con 1,844 puntos, incluyendo los 4 que anotó hoy para los Seattle Seahawks.

Tradicionalmente, el Salón de la Fama tenía sus puertas prácticamente selladas para jugadores de equipos especiales. De 1963 al 2013, el recinto de Canton admitió únicamente a un pateador puro: el noruego Jan Stenerud de los Kansas City Chiefs fue enaltecido en 1991. Recientemente, las cadenas parecen haber caído. En el 2014, Ray Guy fue el primer pateador de despeje puro en ser ingresado, y el año pasado, Anderson fue elegido al máximo honor individual de la NFL.

Andersen preparó un video donde felicita a Vinatieri por haberle superado en la consecución de la marca.

No quepa ninguna duda de que habrá, eventualmente, un busto de bronce para Vinatieri.

Otra marca relevante que cayó en la jornada fue una que pertenecía a Rice. La dejamos hasta el final porque el nuevo propietario de ese récord no tiene camino libre a Canton.

DeSean Jackson de los Tampa Bay Buccaneers consiguió su atrapada de anotación N° 24 de 60 yardas o más, para convertirse en el máximo jugador en la historia de la NFL en este rubro. Conocido sobre todo por su explosividad en jugadas grandes, DeSean Jackson está colocado en el sitio N° 47 en la lista histórica de la liga con 10,081, incluyendo las 68 que consiguió el día de hoy. Esa producción lo mantiene quinto entre jugadores activos, con Fitzgerald, Brandon Marshall, Gates, y Antonio Brown por delante, únicamente.

Quince de los jugadores 42 jugadores retirados que están colocados por delante de Jackson en la lista de yardas en recepciones ya han sido enaltecidos al Salón de la Fama, lo que indica claramente que hace falta algo más que yardas para abrir las puertas de Canton.

El pase del récord para Jackson ocurrió en el segundo periodo, de la mano derecha de Jameis Winston, quien más adelante sería enviado a la banca luego de tirar cuatro intercepciones, para dar lugar nuevamente al regreso de Ryan Fitzpatrick, como mariscal de campo. Los Bucs consiguieron empatar en los instantes finales a los Cincinnati Bengals, pero no pudieron evitar una eventual caída, por 37-34.

En el caso de Adam Thielen, parece demasiado prematuro proyectar si su carrera lo llevará hasta Canton pero, por lo pronto, el jersey de su partido de hoy sí será dirigido a ese destino.

Con una actuación de siete atrapadas para 103 yardas --que incluyó un touchdown y un balón suelto--, el receptor abierto de los Minnesota Vikings se convirtió en el único jugador en la historia de la liga en hilar ocho partidos consecutivos de al menos 100 yardas en recepciones para iniciar una campaña. Por si fuera poco, sus racha lo empata con Calvin Johnson por el máximo número de juegos consecutivos, en cualquier momento, con al menos la centena de yardas atrapando el ovoide. 'Megatron', lo consiguió en el 2012.

Con números así, no sorprende que Thielen actualmente lidera a la liga en yardas por recepciones, con 925, aunque, desafortunadamente, sus Vikes tropezaron ante los New Orleans Saints, por 30-20.

Finalmente, vale la pena cerrar esta nota con un comentario al margen, que no tiene que ver con jugadores, sino con coaches.

Desafortunadamente, me parece que la liga vive un momento de sequía importante en el rubro del talento, la hablar de entrenadores jóvenes. Seguro, Sean McVay la está rompiendo con Los Angeles Rams, invictos después de ocho jornadas y convertidos en el equipo ofensivo más electrizante de la NFL. Pero después de McVay, no hay mucho de dónde elegir.

Coaches como Vance Joseph, Sean McDermott, Kyle Shanahan, Steve Wilks, Pat Shurmur, Frank Reich, Matt Patricia, y Mike Vrabel tienen a sus equipos con más derrotas que victorias, y en la parte baja de la tabla en la liga, si hablamos de entrenadores con dos años o menos de experiencia. Si abrimos un poco más los parámetros, podríamos incluir también a Dirk Koetter, Hue Jackson y Doug Marrone.

Al lado opuesto, solamente McVay, Matt Nagy y Anthony Lynn viven la situación opuesta.

El primer instinto sería tratar de explicar este fenómeno de la siguiente manera: los equipos con plantillas desprovistas de talento y que vienen de temporadas malas, son los que han hecho cambios de coach recientemente. Por lo tanto, estos coaches con poca experiencia necesitan tiempo para que sus proyectos puedan despegar.

Eso es cierto, pero hasta cierto, y no en todos los casos. Algunos de los equipos dirigidos por los personajes mencionados arriba vienen de apariciones recientes de postemporada. Y por si fuera poco, McVay, Nagy y Lynn ofrecen evidencia de que no todos los equipos tienen que sufrir con un entrenador en jefe de experiencia limitada.

No estamos tratando de condenar a nadie. De los ocho coaches mencionados arriba entre los que han demostrado poco en su actual posición, con toda seguridad habrá más de uno que le dé rumbo eventualmente a su carrera. Tampoco se propone aquí limitar las oportunidades a rostros nuevos. El recambio es fundamental para promover la innovación en la liga.

El desarrollo del talento, a cualquier nivel, nunca es uniforme. Algunas generaciones son mejores que otras. Algunas camadas son más limitadas que las previas. Basta con recordar la primera ronda del draft del 2013, si trasladamos la discusión a jugadores.

Simplemente, llama la atención que prácticamente casi la mitad de la liga está siendo dirigida por entrenadores en jefe con, a lo mucho, tres años de experiencia en el puesto, y los resultados han dejado qué desear.

Se trata de una situación que hace valorar más el trabajo de gente como McVay, quien va que vuela para su segundo premio como Coach del Año.