<
>

Chiefs-Rams, el mejor juego de la historia en temporada regular

Si te perdiste el juego de lunes por la noche entre Kansas City Chiefs y Los Angeles Rams, deja de leer y rectifica es problema inmediatamente. Haz lo que tengas que hacer. Repórtate enfermo al trabajo. Siéntate al fondo del salón de clases y pretende que estás poniendo atención a lo que está ocurriendo al frente. Cómprale una copia a tu amigo. Esto seguirá aquí cuando vuelvas y te sentirás mucho más contento tras haber pasado tres horas en éxtasis.

Tomará el resto de la temporada para desmenuzar lo que ocurrió. Fue el primer juego en la historia de la liga en que ambos equipos superaron los 50 puntos y que de alguna manera fue decidido por el pateador de despeje Johnny Hekker y por el hecho que Travis Kelce no pudo sostener su bloqueo sobre Samson Ebukam, quien quizá fue el Jugador Más Valioso del partido. Ambas ofensivas tuvieron jugadas espectaculares y dejaron oportunidades en el campo. Los dos entrenadores tuvieron grandes llamadas y aún así sufrieron para manejar el reloj en la recta final del último cuarto. Fue un partido que tuvo de todo para cualquiera excepto para los dueño de Fantasy de Todd Gurley.

¿Fue el mejor partido de temporada regular en la historia?

No estoy seguro que haya una forma concreta y cuantitativa de responder esa pregunta. No imagino que exista una persona que vio el triunfo por 54-51 de los Rams que piense que no fue divertido, pero estoy seguro que hay quien prefiere una batalla defensiva en temperatura bajo cero. Si tu sueño es el Seahawks-Vikings en los playoffs del 2015, vive con ello, pero para mi no lo es.

En un intento por responder ese cuestionamiento, repasé juegos de temporada regular desde la fusión para encontrar otros que se pudieran comparar con el clásico instantáneo que nos regaló el lunes por la noche. Estoy seguro que algún partido puede entrar en la conversación, pero buscaba algunos criterios en específico:

  • Muchos puntos en el juego: Lo siento por aquellos que ponen el Seahawks-Vikings. Mi límite es de al menos 35 puntos para cada equipo. Cualquier cosa inferior a ello no se compara.

  • Ambos equipos debieron meterse a playoffs: No quiero echarle una maldición a ninguno, pero estoy muy seguro que veremos a ambos en enero. Le daré un crédito extra a los duelos en que ya sabíamos que ambas franquicias eran buenas por su marca en ese momento o por el hecho que en la campaña anterior se habían metido a la postemporada.

  • Al menos un cambio en el liderato en el último cuarto: Creo que no puedes estar tan emocionado si un equipo va ganando por múltiples anotaciones y el otro de repente tiene un regreso en el que se queda corto.

  • El margen final debe ser de siete puntos o menos: Lo ideal es que el equipo que al final carga con la derrota debe tener una oportunidad al final para ganar el compromiso o que al menos lo empate.

  • Sin empates: Me rehuso

  • El partido no debe tener suplentes o ser en la Semana 17 cuando descansan los titulares: Esta regla va directamente contra el Lions-Packers del 2011 cuando Matt Flynn tuvo 480 yardas y seis anotaciones en su último juego con Green Bay antes de probar suerte en la agencia libre.

Encontré 17 juegos con mis criterios aunque hubo algunos con los que fui flexible para llegar al Top 10 que les presento. Si tienen una idea diferente, está bien. Esto es lo que yo pienso y me siento cómodo sugiriendo que la calidad de partidos en la NFL es mejor de lo que era en el pasado.

Finalmente, deben tener en mente que son los mejores partidos y no los mejores finales. De otra forma, entonces el ganador hubiera sido el Saints-Jaguars del 2003 donde New Orleans tuvo con éxito muchos pases laterales para anotar el touchdown aunque John Carney los dejó sin playoffs al fallar el siguiente punto extra.


10. Chargers 41, Chiefs 38 (Semana 12, 2013)

Los Chiefs aparecen varias ocasiones en esta lista y lamento reportar que no les va bien aquí. Aquí nos remontamos a la temporada en que Andy Reid debutó con el equipo. Tras iniciar 9-0, perdieron con los Broncos y posteriormente con los Chargers en este juego que marcó la mitad de la campaña.

Tenían la ventaja 28-24 en el último cuarto, pero la ventaja cambió de manos tres veces en los últimos ocho minutos y un par cuando restaban 82 segundos en el reloj. Una anotación de 60 yardas de Ladarius Green puso al frente a los Chargers 34-31, pero los Chiefs aprovecharon una buena posición en el campo para visitar las diagonales a través de Dwayne Bowe con 1:22 por jugar y en ese momento poner el marcador 38-34. Fue entonces cuando Philip Rivers conectó tres envíos con Antonio Gates y un par con Danny Woodhead, pero tras la captura de Eric Berry, el mariscal de campo encontró en una ruta de 26 yardas a Seyi Ajirotutu con 31 segundos para quedarse con la victoria.

La única razón por la que no está más arriba en la lista es por el hecho que los Chargers parecían eliminados de playoffs en ese momento. Tras el juego quedaron con marca de 5-6, perdieron la siguiente semana con los Bengals, pero posteriormente Rivers y compañía se encendieron con cuatro éxitos consecutivos, incluyendo otro triunfo ante los Chiefs en la Semana 17 para colarse. Desde entonces no son capaces de vencer a Reid.

9. Packers 38, Giants 35 (Semana 13, 2011)

De nuevo, a simple vista pareciera que este juego tiene mayor relevancia debido al hecho que los Giants tuvieron su revancha en la postemporada ante los Packers en camino a su victoria al Super Bowl XLVI. Por otro lado, el compromiso tiene un peso adicional porque Green Bay llegaba invicto con marca de 11-0. Nadie había estado tan cerca de vencerlos ese año y los campeones reinantes llegarían a 13-0 antes de caer con los Chiefs.

Técnicamente no tuvo un cambio en el liderato en el último cuarto, pero sí incluyó algunas jugadas heroicas en la recta final. Los Packers estaban arriba 28-24 cuando inició la locura, pero tras el gol de campo de Lawrence Tynes, el touchdown de Donald Driver le dio a Green Bay la ventaja de ocho puntos con 3:34 por jugar. New York armó una serie de nueve jugadas y 69 yardas que finalizó con la conexión de Eli Manning y Hakeem Nicks de dos yardas con 1:02 en el reloj. La conversión de dos puntos de Danny Ware puso el marcador 35-35, pero Aaron Rodgers rompió los corazones con cuatro pases completos en cuatro intentos para 68 yardas y Mason Crosby conectó el gol de campo de 30 yardas para mantener el invicto. Tanto Manning como Rodgers superaron las 340 yardas y también, cada uno, tuvo tres pases de anotación. El mariscal de campo de los Packers eventualmente ganó el premio de Jugador Más Valioso del año y Manning fue nombrado el MVP del Super Bowl.


8. Patriots 38, Giants 35 (Semana 17, 2007)

Otra famosa derrota de los Giants de la cual se desquitarían en el Super Bowl. No tengo problema seleccionando este juego de la Semana 17 por el contexto del mismo. Los Patriots ya tenían asegurado el primer lugar de la Conferencia Americana, pero con una marca de 15-0, estaban jugando por la temporada perfecta y hubo transmisión de tres cadenas diferentes. New York ya tenía el título divisional en la bolsa, pero Tom Coughlin empleó a sus titulares para que New England no impusiera la marca.

La narrativa es legendaria, pero lo que se pierde en la historia es lo que vendría a continuación. Fue muy diferente a lo que ocurrió en el Super Bowl XLII, donde los Giants acosaron a Tom Brady en un juego de pocos puntos. En esta ocasión, la defensiva de Steve Spagnuolo sólo la capturó en una ocasión y Eli Manning compitió con él palmo a palmo gracias a cuatro pases de anotación. El N°12 tuvo 356 yardas y dos touchdowns.

Los Giants tenían la ventaja 28-16 en el tercer cuarto y se aferraban a la ventaja 28-23 cuando llegaron al último, pero Brady encontró a Randy Moss en un pase de 65 yardas para ponerse al frente 31-28, posteriormente vino la única intercepción de la noche para Manning y los Patriots la aprovecharon para ponerse 38-28 gracias a Laurence Maroney. Los locales anotarían gracias a Plaxico Burress con 1:08 por jugar y fue entonces cuando New England recuperó la patada corta para sellar la temporada regular invicta. ¿Qué ocurrió después?


7. Eagles 43, Rams 35 (Semana 14, 2017)

Este finalmente lo elegí porque realmente se trataba de un juego de dos puntos, pero Brandon Graham recuperó un balón suelto en una jugada de pases laterales con el reloj en cero y lo regresó a las diagonales. Este duelo inclusive es más famoso porque es en el que Carson Wentz se desgarró los ligamentos, lo que supuestamente ponía fin a sus sueños de Super Bowl, pero ya sabemos qué fue lo que pasó.

El mariscal de campo de los Eagles ya no apareció en el último cuarto y aún así finalizó con 291 yardas y cuatro touchdowns. Todd Gurley visitó un par de veces las diagonales y los Rams taparon una patada de despeje que devolvieron a las diagonales para mantenerse en la pelea. Un touchdown de Gurley con 13:58 por jugar los puso al frente 35-31 y fue ahí cuando Nick Foles armó una serie que culminó en gol de campo. Posteriormente Chris Long capturó a Jared Goff y provocó el balón suelto para quedar en posición ideal. De alguna forma sólo avanzaron 10 yardas pero consumieron cuatro minutos y 23 segundos, aunque un castigo de Aaron Donald les volvió a entregar el ovoide, lo que les permitió más jugadas y nuevamente conectar el gol de campo. Posteriormente obligaron a los Rams a despejar para acabarse finalmente el reloj.

6. Patriots 43, Chiefs 40 (Semana 6, 2018)

Si quieren acusarme por algo que sucedió hace poco, está bien. Este juego se ajusta a mis criterios. Es probable que ambos equipos lleguen a la postemporada. Son equipos de playoffs con una historia propia, incluido un clásico en la Semana 1 de la campaña 2017 que estuvo cerca de hacer el corte. El último cuarto tuvo dos cambios de ventaja y un touchdown de Tyreek Hill de 75 yardas que empató el marcador a 40, luego Rob Gronkowski tuvo una recepción de 39 yardas que preparó el gol de campo del triunfo de Stephen Gostkowski. Si hay algo que reclamar es el hecho que quizá deba estar más arriba.


5. Rams 41, Broncos 36 (Semana 1, 2000)

En general, me abstengo con los partidos de la Semana 1 porque no tenemos una idea completa del nivel de los equipos durante el transcurso de una temporada completa. (Como recordatorio, recuerden que los Bucs vencieron a los Saints 48-40 en la Semana 1 esta campaña). Sin embargo, tuvimos un buen enfrentamiento entre unos Broncos que vivieron una temporada decepcionante tras un par de triunfos consecutivos en el Super Bowl y unos Rams que aprovecharon esta situación y se referían a sí mismos como the Greatest Show on Turf.

El Domo vio un partido vibrante tras revelar el banner del Super Bowl y también fuimos testigos de algunos de los problemas que plagaron a los Rams en el 2000; mientras que St. Louis contaba con tres receptores de 100 yardas ese día, Kurt Warner tuvo tres intercepciones: los Rams sumaron 35 entregas al final de la temporada. Una de esas fue cortesía de Terrell Buckley con 6:35 por jugar, lo que le dio a los Broncos la ventaja 36-35 pese a que en algún momento perdían 35-20. Sin embargo, un acarreo de 30 yardas de Marshall Faulk abrió el camino a la anotación de Robert Holcombe. Posteriormente, la defensiva de los Rams capturó dos veces a Brian Griese para que Denver enfrentara una 4&33 para poner fin al juego.


4. Bucs 38, Rams 35 (Semana 16, 2000)

Quince semanas más tarde, los Rams jugaron otro gran partido donde competían por un lugar en los playoffs con Tampa Bay. Ambos equipos estaban en la búsqueda de la ronda de comodines y el enfrentamiento parecía una pelea entre la ofensiva de Mike Martz y la defensiva de Tony Dungy.

Sin embargo, vimos a los Bucs apoyarse en su ofensiva para brindar un enorme compromiso. Warrick Dunn acumuló 198 yardas y tres anotaciones, incluyendo un acarreo de 52 yardas que puso a los Bucs arriba 31-21 al final del tercer cuarto. Warner lanzó tres intercepciones de nuevo, pero brilló en el último cuarto. Acercó a los Rams a tres puntos tras cosechar una serie de siete jugadas y 73 yardas, y tras la intercepción de Shaun King en la zona roja de los Rams, Warner conectó con Torry Holt un pase de touchdown de 72 yardas para tomar la ventaja 35-31.

Los Rams detuvieron en cuarta oportunidad y sólo necesitaban un 1&10 para sellar el juego, pero Martz fue conservador y corrió tres veces con Marshall Faulk. King llevó a los a los Bucs 80 yardas en 79 segundos, incluyendo una jugada en cuarta oportunidad con cuatro yardas por avanzar, y Dunn finalmente consiguió la anotación del triunfo. Warner, que había tenido 6-de-6 para 143 yardas en el último cuarto, lanzó un pase que fue interceptado por John Lynch con 34 segundos para que terminara el juego.

3. Raiders 40, Cowboys 38 (Semana 8, 1983)

Este fue un enfrentamiento gigantesco entre dos equipos que llegaban en un alto nivel. Los Cowboys de Tom Landry tenían marca de 7-0 y los Raiders, que en esa misma campaña otorgaron tres juegos dignos de esta lista, tenían un registro de 5-2. El equipo de Tom Flores acababa de cambiar de mariscal de campo, Jim Plunkett por Marc Wilson luego de que este último firmara una extensión de contrato de cinco años.

Los informes de la época básicamente pintaron este juego como extremadamente divertido. Los Raiders tuvieron seis entregas y, en parte, se impusieron gracias a un engaño de gol de campo justo antes del medio tiempo que resultó en una penalización por interferencia de pase en la zona de anotación. El marcador era 31-24 al intermedio y aunque los puntos disminuyeron drásticamente tras el reposo, Los Angeles estaban 34-24 al comienzo del cuarto periodo, pero los Cowboys consiguieron dos anotaciones a través de un pase de Danny White y el quinto balón suelto de la tarde.

Un gol de campo acercó a los Raiders y puso el marcador 38-37 con 9:40 por jugar. White intentó atacar la doble cobertura pero sufrió una intercepción. Wilson recuperó el ovoide en su propia yarda 25 con cuatro minutos y montó una serie en la que llegaron a la yarda 8 del rival para que el cuarto gol de campo del compromiso de Chris Bahr les otorgara la victoria.


2. Bills 47, Oilers 41 (OT) (Semana 3, 1989)

Aparte del hecho que este encuentro se llevó a cabo en la temporada de 1989, tenía casi todo lo que se podía esperar de un clásico. Fue un enfrentamiento entre dos futuros miembros del Salón de la Fama, Jim Kelly y Warren Moon, en su mejor momento. Los equipos ya tenían historia tras la victoria de los Bills en los playoffs de 1988, aunque el más famoso de ellos vendría tres años después de esto cuando Frank Reich fue protagonista en la victoria de 41-38 durante la postemporada de 1992.

En 1989, vimos dos ofensivas explosivas en el Astrodome. Tanto Moon como Kelly superaron las 330 yardas aéreas. Para poner las cosas en contexto, este fue solo uno de los seis juegos durante toda la temporada de 1989 en el que ambos mariscales de campo superaron las 300 yardas en el mismo duelo. Kelly aportó cinco pases de touchdown, y Moon en realidad lanzó más intercepciones (dos) que pases de touchdown (uno). Los Bills devolvieron un gol de campo bloqueado para touchdown, mientras que los Oilers respondieron con otra anotación tras bloquear una patada de despeje.

Los intercambios de la ventaja en la recta final lo llevan a una posición tan alta. Los Bills ganaban 34-24 en el último cuarto después de que Andre Reed consiguiera un touchdown de 78 yardas, pero su ventaja no duró. Los Oilers anotaron dos touchdowns para irse arriba 38-34, pero Buffalo respondió con un acarreo de 26 yardas de Thurman Thomas y colocó el marcador 41-38.

A partir de ahí, reinó el caos. Los Oilers empezaron con un pase a Haywood Jeffires, a quien Nate Odomes le robó el balón y Darryl Talley devolvió a la zona de anotación pero los árbitros determinaron que el avance de Jeffires había sido detenido. Houston continuó su recorrido con una recepción en la que Curtis Duncan en un principio no había recibido el crédito por la misma, pero los oficiales se reunieron y cambiaron la decisión de la misma. Sin repeticiones para revisarla, los Oilers se tuvieron que conformar con un gol de campo de 52 yardas para irse a tiempo extra.

Las cosas se mantuvieron menos dramáticas en el tiempo extra. Los Oilers colocaron a Zendejas en zona de gol de campo. Su intento de 43 yardas fue bloqueado, pero Houston se salvó por un castigo contra los Bills. En el posterior gol de campo, Zendejas cargó la patada hacia la izquierda. Los Bills retomaron la posesión y fue entonces cuando Kelly tuvo dos pases para 33 yardas antes de un envío corto que Reed convirtió en una jugada de 28 yardas para quedarse con la victoria.

1. Rams 54, Chiefs 51 (Semana 11, 2018)

Creo que se puede decir que este fue el mejor juego de la temporada regular en la historia. El marcador, obviamente, esta en otro nivel. L.A. y Kansas City llegaron con marca de 9-1, que en sí mismo es un raro enfrentamiento de equipos tan dominantes. Ambos tenían a la mayoría de sus estrellas sanas y activas, aunque los Chiefs podrían muy bien recordar sus dos ausencias en lo que va de temporada y preguntarse si habrían ganado con un Eric Berry saludable debido a la forma en que Rob Gronkowski en su momento atacó a Josh Shaw en la Semana 6 y ahora los Rams probaron a Daniel Sorensen en sus últimas dos anotaciones del lunes por la noche.

Lo que hace que este juego se destaque es lo dramático que fue. Este es el único partido en la lista que tuvo cuatro intercambios en el marcador durante el cuarto periodo, y que incluyó un regreso de los Chiefs cuando perdían por 10. En la mayoría de los casos, cuando un último cuarto tuvo múltiples cambios en el marcador, usualmente incluía un equipo que anotaba al final del juego sin dejar a su oponente una oportunidad significativa de ganar. Los Chiefs perdieron 54-51 con 1:49 por jugarse y en realidad tuvieron dos oportunidades reales de quedarse con la victoria, pero Patrick Mahomes fue interceptado un par de ocasiones.

Los números son casi cómicos. Mahomes lanzó para 478 yardas y seis anotaciones, convirtiéndose en el segundo mariscal de campo en la historia de la liga en sumar dos juegos de seis anotaciones en una sola temporada. Jared Goff acumuló 413 yardas y cuatro touchdowns. Entre 1990 y 2009, sólo hubo un juego de temporada regular en el que ambos mariscales superaron las 400 yardas.

Los equipos se combinaron para 14 touchdowns, uno más que los Bills a lo largo de 10 compromisos en el año y también igualaron los que consiguieron los Colts en toda la campaña de 1991. Las defensivas fueron superadas y pese a ello también sumaron tres visitas a las diagonales. El compromiso también tenía pronosticado la mayor cantidad de puntos en la historia (63.5) y lo superaron por 41.5.

Decir que es el juego del año es obvio, pero viendo más allá, parece sumamente razonable señalar que acabamos de presenciar el mejor juego de temporada regular, o al menos el más emocionante, en la historia de la NFL.