CLEVELAND -- Separados por una corta distancia geográfica y seis títulos de Super Bowl, los Pittsburgh Steelers y Cleveland Browns mantienen una ancestral y acérrima rivalidad, que en años recientes ha dejado de ser desigual y se ha vuelto un poco más competitiva.
Pero el desprecio no merma.
"Es un partido importante. Son los Browns contra los Steelers", dijo el corredor Kareem Hunt, nacido en Cleveland, quien está por recibir por primera vez una probadita en el campo de la rivalidad que existe desde hace mucho entre estos dos equipos. "He estado mirando esto toda mi vida".
Se medirán el jueves por la noche por ocasión N° 135, renovando su profundo desdén mutuo frente a una audiencia nacional televisiva en lo que han sido temporadas inesperadas para ambos clubes.
Los Steelers mantienen a flote su campaña. Cleveland todavía tiene trabajo por hacer.
"Todo está en juego amigo", dijo el cornerback T.J. Carrie de los Browns. "No tenemos más tiempo que perder".
Ya sin margen para el error debido a una serie de penalizaciones, balones perdidos y jugadas cuestionables del entrenador novato Freddie Kitchens en varias derrotas decepcionantes al principio de la temporada, los Browns (3-6) intentarán mantener vivas sus tenues esperanzas de avanzar a los playoffs al enfrentar a los Steelers (5-4).
Mientras tanto, Pittsburgh recurrió a toda su jerarquía de excampeones para reagruparse después de la partida de Le'Veon Bell y Antonio Brown y luego de perder al quarterback Ben Roethlisberger en la segunda semana de la temporada debido a una lesión. Encabezado por una defensa que se ha destacado por hacer que los rivales pierdan balones, los Steelers han dejado atrás un arranque de 1-4 en la temporada.
"Aún estamos esforzándonos por aquí y por allá para concretar esto y seguir ganando partidos y seguir acumulando victorias y dejar que las cosas sigan su curso", dijo Mason Rudolph, quarterback en su segundo año, que ya se siente firme en el puesto tras reemplazar a Big Ben. "No estamos en una posición en que podamos tomarnos a la ligera a nadie".
El talento y los patrocinios comerciales no han rendido los frutos suficientes en Cleveland. El equipo más publicitado de la NFL en la pretemporada no ha estado a la altura de las expectativas.
Pero los Browns, que el domingo rompieron una racha de cuatro derrotas con su primer triunfo de locales en la campaña al vencer a los Buffalo Bills, tienen una serie de partidos relativamente fáciles por delante y no se han dado por vencidos en su intento por poner fin a la sequía más larga de un equipo sin llegar a los playoffs, la cual se remonta a 2002.
Sin embargo, si vuelven a perder pueden despedirse de sus posibilidades de ir a la postemporada.
Para Cleveland la clave será conservar el balón. Los Steelers ocupan el segundo lugar en la liga en robos, con 26, la mayor cantidad para un equipo de Pittsburgh luego de nueve partidos de la temporada desde 1987.
"Últimamente están concretando muchas jugadas", dijo el quarterback de los Browns, Baker Mayfield, que no ha lanzado para intercepción en dos partidos tras haber sufrido 12 en siete encuentros, la mayor cantidad para un equipo en la campaña.
Durante su racha de victorias, los Steelers han obligado a 14 pérdidas de balón, y el safety Minkah Fitzpatrick ha devuelto dos para touchdown. Fitzpatrick llegó a Pittsburgh en un canje con Miami y ya lleva cinco intercepciones y un fumble recuperado en siete encuentros.
Al guardia Joel Bitonio de los Browns no le sorprende la recuperación de los Steelers. Es su estilo.
"Sé que mucha gente probablemente intentó darlos por muertos al principio del año cuando perdieron a todos estos tipos y tuvieron la lesión de Ben", señaló. "Pero dan pelea... Cerraron filas con su defensa y aprovecharon su cultura (de ser un equipo ganador) y dijeron: 'Ey, no nos vamos a dar por vencidos esta temporada'. Realmente ha sido impresionante verlos".