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Las derrotas de NFL también ofrecen lecciones valiosas a los equipos

Uno de los mejores consejos que me dio mi madre Cristina (QEPD), es “se aprende más de los errores que de los aciertos”. Me lo dijo una vez que estaba abatido por no haber ganado un concurso académico. Tenía 10 años, pero recuerdo esa plática como si hubiera sido ayer. El tema principal era entender por qué no salieron las cosas como quería, aprender qué hice bien, qué hice mal, o que dejé de hacer, y lo más importante, qué conclusiones saqué que me podrían ayudar en el futuro. Esas reflexiones me ayudaban a digerir el amargo sabor del fracaso, y me servían de aliciente para seguir adelante.

Lo mismo se puede aplicar a la NFL.

Semana tras semana, uno de los ejercicios favoritos, no sólo de ESPN, sino de todos los medios que cubren la NFL es ofrecer un Power Ranking. Puede ser por conferencia o general. Nunca he sido partidario de los Power Rankings, pero los hago porque tener feliz al productor del programa es CASI tan importante como tener feliz a tu esposa. Me fastidian los Power Rankings porque, por lo general, se basan en quién ganó en la semana, y si algo he aprendido habiendo sido jugador de la NFL, y ahora como analista, es que no siempre gana el mejor equipo, y que, aunque la derrotas son dolorosas, pueden dar lecciones que son inestimables

Haciendo los mentados Power Rankings, mis compañeros me debatían el por qué colocaba un equipo delante de otro a pesar de haber sido derrotado por el mismo. Caso concreto, después de la Semana 13 puse a Minnesota un par de lugares arriba de Seattle después que habían sido derrotados por los Halcones Marinos en "MNF". Lo mismo sucedió cuando Seattle derrotó a San Francisco. Hay muchos factores que se conjugan para que gane o pierda un equipo de la NFL. En ocasiones, el rival es simplemente superior. Otras veces no cuentas con elementos valiosos, o pierdes a uno durante el partido. En otras se cometen errores o se toman decisiones equivocadas que son las que duelen.

Mencioné a Seattle, no porque les tenga ojeriza, sino porque empiezo a ver grietas en su armadura. Han tenido grandes victorias esta temporada como las mencionadas ante San Francisco y Minnesota, el primer partido contra LAR y contra Pittsburgh. Todos ellos tienen marca ganadora. Sus derrotas han sido contra New Orleans (10-3), Baltimore (11-2) y LAR (8-5).

Son un excelente equipo, pero dependen, diría yo, en un 80 por ciento del desempeño de Russell Wilson. Después del partido de MNF contra SF, Wilson ha sido inconsistente. Desde entonces, las últimas cuatro semanas, “DangeRuss” ha sido capturado en 18 ocasiones, ha lanzado cuatro touchdowns con cuatro intercepciones y ha tenido tres fumbles. En esos partidos, el esquema ofensivo de Seattle había enfatizado el ataque terrestre, pero la defensiva de LAR los paró en seco. Se complicó la situación con la lesión de Rashaad Penny que estaba empezando a marcar diferencia.

No todo es negativo. La defensiva ha tenido también problemas, pero empezaron a jugar mejor en la segunda mitad contra LA permitiendo tan solo 7 puntos y logrando dos intercepciones incluyendo un “pick-6”. Todavía están dentro de los playoffs, y partidos en Carolina y contra Arizona deberán asegurar su clasificación antes del partido la última semana contra San Francisco que podría definir el título de división, pero necesitan mejorar, sobre todo ofensivamente, si quieren llegar lejos en postemporada.

Otra ofensiva que no ha jugado del todo bien es la de Kansas City. Patrick Mahomes no ha mostrado el nivel que tuvo en 2018, cuando fue el MVP de la NFL, y eso viene desde antes de la lesión que sufrió en la Semana 7 contra Denver. Parece haber recuperado la movilidad que tenía, pero no estoy seguro que esté jugando con la misma confianza. Sigue lanzando pases increíbles, pero ha fallado otros que normalmente completaba.

A diferencia de los dos últimos partidos que jugaron contra Pats en 2018 cuando explotaron en las fases complementarias, la ofensiva de Kansas City fue neutralizada el segundo tiempo anotando tan solo 3 puntos. Mahomes completó 12 de 15 intentos, pero fueron para sólo 57 yardas. El ataque terrestre de los Jefes es paupérrimo. Por otro lado, la defensiva ha jugado mejor y ha sido oportunista con nueve robos de balón (un balón suelto y ocho intercepciones) desde la Semana 11. La defensiva secundaria está usando más coberturas individuales y los esquineros y el nickelback lo han hecho muy bien. En general la defensiva secundaria ha sido de primer nivel y la mancuerna de Tyrann Mathieu y Juan Thornhill ha sido excelente.

San Francisco ha sido, en mi opinión, el mejor equipo de la NFL hasta el momento. Enfatizo hasta el momento porque las lesiones tienden a cambiar la fisonomía de los equipos. Tuvieron dos pruebas de fuego en semanas consecutivas y las superaron con autoridad. Contra Baltimore, en malas condiciones climatológicas, jugaron contra el mejor equipo de la Conferencia Americana y estuvieron en posición de ganar el partido.

En la nota de la semana pasada hablé del impacto que pueden tener las decisiones y lo que le costó a los 49ers haber fallado en cuarta y 1. Contra New Orleans la situación pudo haber sido diferente salvo dos decisiones cuestionables de Sean Payton. La primera fue por buscar 2 puntos después del segundo touchdown que anotaron, y la otra, fue un engaño fallido en una patada de despeje, casi al terminar el tercer cuarto que le dio excelente posición de terreno a San Francisco. De ahí aprovecharon para ejecutar una serie ofensiva de 14 jugadas en la que Jimmy Garoppolo demostró que ya domina el esquema de Kyle Shanahan completando ocho pases en 11 intentos. Al final, faltando un minuto en el partido y cuando su equipo lo necesitaba, Jimmy G fue capaz de generar una serie ofensiva, incluyendo un pase en cuarta y 2 con George Kittle que prácticamente definió el partido.

La victoria fue costosa para San Francisco ya que cuatro titulares clave sufrieron lesiones: Weston Richburg que estará fuera el resto de la temporada, y Richard Sherman, Dee Ford y K’Waun Williams que se perderán partidos.

Sean Payton estaba desolado después de caer ante los 49ers porque sabe que él fue una razón importante en la derrota de su equipo. En 2018, por fin tuvieron la oportunidad de ser anfitriones del Campeonato de Conferencia, algo que no habían hecho desde la temporada 2009, pero perdieron, en un partido con una decisión arbitral muy discutida contra LAR. Ahora se ve difícil que vuelvan a tener la “localía” en postemporada, pero su equipo demostró que está al nivel de cualquiera.

Hubo cosas positivas de parte de los Santos. Protegieron bien a Drew Brees, aún con Andrus Peat fuera, ante una de las líneas defensivas más poderosas de la NFL. Brees no sufrió captura y le pegaron sólo tres veces. Pudieron correr con efectividad y lo más importante, anotaron 46 puntos contra la defensiva N° 1 en yardas y N° 2 en puntos permitidos. Esta derrota, aunque dolorosa, deberá servir para afinar varios detalles, sobre todo a la defensiva. No se olviden de los Santos.

Buffalo también cayó como se dice, “con la cara al cielo”. Su ofensiva sigue siendo modesta y eso les va a costar en el cierre de temporada. No han establecido todavía una filosofía ofensiva. Sean McDermott quisiera correr con poder, pero no tienen los jugadores para hacerlo. Frank Gore es un futuro miembro del Salón de la Fama, pero está en su decimoquinta temporada y no tiene la resistencia para ser un corredor que asuma tal carga ofensiva. Devin Singletary es un jugador peligroso, pero es más de situaciones que de protagonista. Josh Allen parece tener madera de buen quarterback, pero todavía muestra inconsistencia en sus decisiones y en su accionar. La defensiva está entre las mejores de la liga y el domingo frustraron a Lamar Jackson quien se vio forzado a lanzar pases con baja probabilidad de ser completados.

Pittsburgh sigue, como se dice, “pian pianito” hacia la postemporada con una gran defensiva y con Devlin “Duck” Hodges, el único quarterback titular invicto en la NFL, al frente de su ofensiva. Tienen una prueba muy difícil ante Buffalo en SNF. Será una batalla de defensivas, lo cual me lleva a la siguiente pregunta: Buffalo, New England y Pittsburgh tienen defensivas de primer nivel, pero ofensivas que tienen producción limitada. ¿De estas tres opciones, a cuál ofensiva escogerían?

Dos equipos que están cerrando fuerte, pero que necesitan ayuda de otros equipos son LAR y Chicago. Se enfrentaron en la Semana 11 y ambos equipos daban lástima, pero tanto Mitchell Trubisky como Jared Goff han subido de nivel y las defensivas están retomando su paso. Serán difíciles de vencer y podrían tener gran impacto en cómo quedan definidos los puestos de postemporada.

Finalmente, es positivo aprender de nuestros errores, fracasos y derrotas y así poder corregir el camino. Los equipos de la NFL tienen la temporada regular para hacerlo. En playoffs la situación es diferente, porque una derrota marca el fin de la temporada. Perder porque el otro equipo fue mejor sigue siendo duro, pero se acepta. Perder una mala preparación, por cometer errores mentales o por indisciplina, es algo que duele para siempre y no se olvida con nada.

¡Hasta la próxima!