Los Raiders se mudarán a Las Vegas, "la ciudad del pecado", y haciendo honor al mayor atractivo de la ciudad, decidieron ir "all-in" con Derek Carr para la próxima temporada, una apuesta atrevida y sin escala de grises, será negro o blanco, ganar o perder, con o sin playoffs. Así es, el éxito o fracaso del equipo estará en las manos de su actual quarterback.
Ya han pasado varios años desde aquel 2016 en el que Derek Carr vivió su mejor temporada al conseguir un récord 12-3 y llevar a su equipo a la postemporada, sin embargo, una lesión en la última semana lo marginó de disputar el juego de la Ronda de Comodines contra los Houston Texans, el cual perdieron 27-14.
En ese entonces, Carr contaba con los receptores Amari Cooper y Michael Crabtree, quienes eran sus mejores armas al frente y fueron parte fundamental para que el equipo entonces de Oakland llegara a los playoffs, después de aquella campaña el mariscal de campo ha sufrido de altibajos, no ha logrado consolidarse y los aficionados están esperando que dé el salto al siguiente nivel.
EL NUEVO EQUIPO DE RECEPTORES
La temporada pasada, Carr contó con Tyrell Williams como su receptor principal, pero las lesiones no lo dejaron brillar como se esperaba; también tenía a Darren Waller, quien fue el jugador que más yardas aéreas sumó, y además el novato Hunter Renfrow dejó un buen sabor de boca.
Aun así, los Raiders sabían que debían darle mayores armas a su mariscal de campo y eso hicieron durante la agencia libre y en el Draft.
El ahora equipo de Las Vegas tenía a todos los receptores disponibles y eligió a Henry Ruggs III con su primer turno en el draft. Considero que no fue la mejor elección, ya que estaban disponibles CeeDee Lamb y Jerry Jeudy, quienes terminaron en los Dallas Cowboys y Denver Broncos, respectivamente. Ruggs posee una velocidad impresionante y tiene manos seguras, además que es capaz de sumar varias yardas después de la recepción, pero, a mi parecer, no era la mejor opción y más teniendo a todos los receptores disponibles. Pero ya el tiempo dirá si fue la decisión acertada.
Además del jugador de Alabama, también seleccionaron a Lynn Bowden, un corredor que es sumamente versátil y puede funcionar como válvula de escape o jugar de receptor; y a Bryan Edwards, quien destaca por su capacidad para atrapar el balón pese a estar cubierto.
Por si no fueran suficientes las fichas que estaban poniendo sobre el cuerpo de receptores, en la agencia libre añadieron a Nelson Agholor, procedente de Philadelphia Eagles, y al veterano de mil batallas Jason Witten.
Carr no puede quejarse del armamento que tendrá sobre el emparrillado.
DIVISIÓN DONDE NO EXISTE EL 'BLUFF'
Las Vegas no la tienen nada fácil en el Oeste de la Conferencia Americana, pues están con los actuales campeones de la NFL, Kansas City Chiefs, unos Denver Broncos que vienen al alza y con Los Angeles Chargers que comienzan una nueva era con Justin Herbert en los controles.
En esta división nadie 'bluffea', todos ya mostraron sus cartas y sus rivales saben a lo que se enfrentan. No hay mucho que decir de los Chiefs, quienes cuentan con un equipo formidable y un quarterback fuera de este mundo.
Por su parte, Denver tendrá a un recuperado Drew Lock, quien en los últimos cinco partidos de la temporada pasada consiguió cuatro victorias y solo una derrota, además de sumar 1,020 yardas y siete pases de anotación. Y para darle más punch a la ofensiva, durante el Draft seleccionaron a uno de los mejores receptores, Jerry Jeudy, y a KJ Hamler, quienes aportarán mucho al ataque de este joven quarterback.
Además de estos dos grandes rivales, también están los Chargers, quienes comenzarán una nueva etapa con Justin Herbert, considerado uno de los mejores mariscales del pasado Draft.
¿EN JUEGO LA TITULARIDAD DE CARR?
Derek Carr tiene contrato con Las Vegas Raiders hasta la temporada 2022, pero no sabemos si entrenadores y directivos le tendrán tanta paciencia si no tiene éxito en un futuro cercano.
Pese a esto, todo parece indicar que las apuestas están con Carr, pues en el pasado draft prefirieron ir por un receptor en lugar de intentar escalar puestos y pelear por alguno de los quarterbacks disponibles como Tua Tagovailoa o Justin Herbert. Sin embargo, el equipo decidió tener a un jugador de reserva que pueda entrar de emergencia si las cosas no están funcionando, por eso firmaron a Marcus Mariota.
Mariota fue la segunda selección global del draft en el 2015 y tuvo temporadas interesantes con los Tennessee Titans, hasta que en el 2019 perdió la titularidad con Ryan Tannehill. El mariscal de campo es un reemplazo de calidad para Carr, pero si recibe oportunidades y demuestra más efectividad que el actual quarterback titular, podría terminar arrebatándole el puesto.
ES MOMENTO DE LA VERDAD
Como lo dije al inicio, el éxito o fracaso de Las Vegas Raiders está en las manos de Derek Carr, y la pregunta del millón es si logrará dar el salto para llevar a su equipo a mejores lugares, lo cual lo veo muy difícil. Dudo que Carr dé el brinco que le falta para convertirse en el mariscal de campo que el equipo necesita, no ha podido demostrarlo más que en el 2016, y no puede culpar la falta de equipo, pues los grandes quarterbacks demuestran que son los mejores con lo que tienen. Creo que le quedará grande el nuevo estadio y toda la reestructuración que está haciendo el equipo.
Ahora la incógnita es si esta será su última temporada con los Raiders.