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Ravens necesitan extraer lecciones importantes de la derrota en MNF

Ante la posibilidad de que se repita un enfrentamiento contra los Chiefs, en playoffs, los Ravens deben aprovechar todo lo aprendido en la paliza de MNF

Para vencer a los Kansas City Chiefs de Patrick Mahomes, se requiere de un partido perfecto y, aun así, no todos los equipos tienen el talento para lograrlo.

Los Baltimore Ravens sí poseen ese talento, pero su actuación en el "Monday Night Football" de la Semana 3 no fue perfecto. De hecho, fue una de sus peores salidas en mucho tiempo.

La defensiva no logró presionar a Mahomes con suficiente consistencia, y las pocas ocasiones en que hubo penetración, el quarterback de los Chiefs siempre encontró una avenida de escape para lanzar, o incluso hacer jugadas con las piernas, con bastante facilidad.

A eso, hay que sumarle que pocos como Andy Reid crean espacio para sus receptores abiertos con combinaciones de rutas fantásticas. En muchas ocasiones, son de lento desarrollo, pero cuando es tan poco la presión sobre Mahomes, como esta noche, son mortales. El pase de anotación de 49 yardas de Mahomes a Mecole Hardman es un ejemplo perfecto, con la única presión que llegó al quarterback siendo cortesía del esquinero Marlon Humphrey en una carga, pero no antes de que el receptor abierta se sacudiera la mala cobertura con un doble movimiento en ruta vertical.

Además de eso, los Chiefs abrieron el partido lanzando toda clase de pases pantallas, obligando a los Ravens a correr horizontalmente con bastante frecuencia. Nuevamente, tratar de vencer a Mahomes sin presionarlo dentro del bolsillo, suena a 'Misión Imposible'.

Ofensivamente, las cosas tampoco fueron del todo espléndidas para Baltimore, tampoco. Los Ravens recorrieron todo el campo en la primera serie del partido. Pero, contra su propia naturaleza agresiva, optaron por conformarse con un gol de campo en vez de su usual estrategia agresiva de cuarta oportunidad, particularmente cuando Lamar Jackson había conseguido avanzar el ovoide con tanta facilidad en esa posesión. Esa decisión, de alguna manera, influyó en un partido en el que, por momentos, parecía que Baltimore jugaba con miedo a no perder, en lugar de jugar a ganar.

Hacia el final de la primera mitad, cuando Kansas City dominaba de manera más clara, los Ravens pasaron por una racha de 19 pases contra tres carreras, nuevamente, alejándose de su identidad cuando no solamente no era necesario, sino también resultó contraproducente.

Como en la derrota ante los Tennessee Titans en los pasados playoffs --cuando abandonaron de la misma manera su identidad--, quedó de manifiesto que Baltimore carece de suficientes armas en el juego aéreo para poder virar hacia ello en casos desesperados. Un pase de desesperación a las diagonales en el cuarto periodo a Miles Boykin es suficiente evidencia de ello.

Hasta Mark Andrews, el mejor jugador atrapando pases para los Ravens, tuvo una noche complicada, con dos pases dejados caer en la primera mitad, según ESPN Stats & Information, y uno más, en las diagonales, en el tercer periodo. Andrews, quien suele ser seguro, no puede ser el punto focal de la ofensiva. Su mejor trabajo se despliega cuando Jackson y el backfield están haciendo daño. Pero con apenas 12 acarreos totales entre los tres corredores --ninguno de ellos después del tercer periodo--, la amenaza de Jackson por tierra se disminuye, y con ello Andrews pierde peligrosidad.

Por supuesto, Jackson tuvo sus errores, también. En la penúltima serie ofensiva de Baltimore --que de facto, fue la última trascendente--, Jackson se permitió ser capturado en una segunda oportunidad en la que claramente, tenía los ojos puestos en la presión y no en sus receptores. A eso le siguió una captura en tercera oportunidad donde dos jugadores de los Chiefs penetraron sin ser tocados, desembocando en el desesperado pase en cuarta y una milla para Boykin. Unos momentos antes, había dejado corto un pase a Marquise Brown, quien ya había dejado atrás a su defensivo, que hubiera resultado en touchdown.

En contraste, Kansas City tuvo un partido relativamente limpio. Fuera del pateador Harrison Butker, quien erró un punto extra y un gol de campo, los Chiefs funcionaron bien en conjunto. Como equipo, le tiraron solamente un pase en la noche a Mahomes, y la ofensiva brilló con 10 conversiones exitosas de 13 intentos en tercera oportunidad, contrastando con las tres conversiones exitosas en nueve intentos de los de casa.

Hay dos maneras de ver este partido. Por un lado, el lado optimista para Baltimore señala que no se entrega ningún trofeo en el mes de septiembre en la NFL, que hay suficiente tiempo para reagruparse y aprender de una noche en la que fueron superados en prácticamente todas las facetas del juego, y que, mirando hacia adelante, y una cita en contra del Washington Football Team el próximo domingo parece ser el antídoto perfecto para una mala actuación como la de esta noche.

Por el otro, para los Chiefs, está el hecho de que han vencido ya en tres ocasiones a Jackson y los Ravens --de las cuatro derrotas que ha sufrido como quarterback titular en temporada regular--, y al menos esta noche, la diferencia entre las escuadras fue amplia, comenzando con las bancas. No es un detalle menor el hecho de que, con solamente el primer sembrado de cada conferencia asegurando semana de descanso en la Ronda de Comodines a partir de la siguiente postemporada, Kansas City ahora tiene a favor el criterio de desempate en contra del equipo que, esperamos muchos, sean la mayor competencia por ese primer lugar en la siembra.

De cualquier modo, espero que este duelo se repita, ahora sí, en los playoffs, y espero también que los Ravens sean capaces de extraer lecciones importantes del "Monday Night Football" que acaban de perder. Este duelo posee todos los elementos necesarios para regalarnos la próxima gran rivalidad de NFL pero, hasta ahora, la balanza se mantiene muy inclinada a favor de Kansas City.