A decir verdad, nunca ha existido un jugador exactamente como Julian Edelman en la historia moderna de la NFL
NOTA DEL EDITOR: Esta historia apareció originalmente el 5 de febrero del 2019, después que Julian Edelman fuera nombrado Jugador Más Valioso del Super Bowl LIII. Edelman anunció este lunes su retiro después de una carrera de 12 temporadas con los New England Patriots. Registró 6,822 yardas en 620 recepciones, pero realmente brilló más en los playoffs: ranquea segundo histórico en yardas y touchdowns de postemporada.
ATLANTA -- Julian Edelman estaba trabándose, a punto de las lágrimas, y necesitó de un segundo para recobrar la compostura para poner en perspectiva lo que acababa de suceder. Se hincó, en el centro de una caótica celebración, y comenzó a jugar con el diminuto confetti que caía a sus pies. El momento casi parecía demasiado grande para procesar. El chico que solía llorar en los brazos de su padre por las noches, maldiciendo sus genes familiares por ser siempre el más bajito en todos los equipos en los que jugó, de algún modo creció para ser nombrado Jugador Más Valioso en el Super Bowl LIII.
Mientras Edelman sufría para procesar el momento, un pequeño pero muy vocal grupo de fanáticos al fútbol americano a lo largo del país decidieron tratar de convertirlo en algo mucho más grande. Inexplicablemente, un debate un tanto absurdo surgió:
¿Es Edelman un futuro miembro del Salón de la Fama?
Normalmente, es bobo elevar esta clase de debates más allá del pantano de contenido que es Twitter y la radio deportiva porque cada vez es más difícil separar la sinceridad en los argumentos de las personas en esos medios del aburrimiento, las súplicas de atención o el trolleo. Pero la improbable candidatura al Salón de la Fama de Edelman ganó un poco de credibilidad esta semana cuando fue respaldada por un par de aliados sorpresivos: Jerry Rice y Boomer Esiason.
"El tipo responde en los juegos más importantes", dijo Esiason previo al Super Bowl LIII. "No sé qué más decirles. Es, a mis ojos, verdaderamente la definición de un miembro del Salón de la Fama: logra la jugada cuando la jugada se requiere en los partidos más importantes para ganar".
Rice, el único receptor abierto en la historia de la NFL con más yardas de postemporada que Edelman, también dijo que merece consideración para Canton.
El hecho de que el potencial enaltecimiento de Edelman sea incluso tema de discusión, en esta etapa de su carrera, probablemente deba ser citado por futuros historiadores como ejemplo perfecto de cuán corta era nuestro rango de atención en el 2019. Somos prisioneros del momento, y el momento nos engaña para afirmar argumentos sin sustento.
¿Es Edelman uno de los mejores jugadores en la historia de la postemporada? Ciertamente, en especial si se considera el rol que desempeñó en victorias de Super Bowl para los Patriots frente a los Seattle Seahawks (atrapó el touchdown decisivo), los Atlanta Falcons (logró una atrapada circense increíble en el cuarto periodo durante la remontada de New England), y Los Angeles Rams (fue el único jugador ofensivo efectivo por gran parte de la noche). Pero te recargas demasiado en la palabra "fama" si piensas que esos momentos deben ganarle una plaza en Canton. No se trata de un Kurt Warner, un jugador que brevemente fue el mejor en su posición. Edelman nunca ha sido elegido a un Pro Bowl.
Encima de eso, cualquier argumento que se haga a nombre de Edelman parece olvidar o ignorar convenientemente el hecho de que fue suspendido por los primeros cuatro partidos del 2018 por arrojar positivo por una sustancia vetada en temporada baja. Ahora, es seguro asumir que, luego de perderse la totalidad del 2017 por una rotura de ligamento anterior cruzado, cualquier uso de sustancias para mejorar el rendimiento habría sido un intento por ayudar en su recuperación. Pero, incluso es más seguro afirmar que cualquier candidatura de Edelman, que ya es tambaleante, considerando que es el jugador N° 248 de todos los tiempos en yardas por recepción (5,390) y N° 148 en atrapadas (499), se vería significativamente perjudicada --o destruida-- por este elefante en la habitación.
Incluso si crees, como muchos, que la NFL moderna se ha vuelto tan violenta que los jugadores de la NFL deben ser permitidos tomar lo que sea que se requiera para mantenerse sobre el campo, sería un insulto increíble para todo receptor abierto de la NFL que insistió en jugar limpio si el mejor argumento de Edelman incluyera una campaña en la que cumplió una suspensión por no cumplir las reglas. Imaginen cómo sentiría el ex receptor abierto de los Rams, Isaac Bruce, viendo argumentos en favor de Edelman. Bruce acumuló 1,024 recepciones, 15,208 yardas y 91 touchdowns, y ha sido ignorado tres veces.
También dice mucho acerca de esta era que, en respuesta al enorme apoyo para Edelman, muchos de nosotros nos sentimos obligados a enfocarnos en sus limitaciones en lugar de sus hazañas, justo cuando ha alcanzado el que probablemente será el punto más alto de su carrera, atrapando 10 pases para 141 yardas en su tercer triunfo de Super Bowl. Los Patriots sospecharon que los Rams iban a sufrir para cubrir a Edelman el domingo, en parte, porque es tan bueno disfrazando sus rutas y encontrando los huecos en la cobertura de zona.
"Trabaja muy duro en hacer que muchas cosas luzcan igual, incluso si son diferentes", dijo el coordinador defensivo de los Patriots, Josh McDaniels, al término del partido. "Tiene movimientos de contra a sus movimientos, tiene grandes desprendimientos, y sabe cómo batallar. Al final del día, si juegas como receptor, y quieres el ovoide, debes estar descubierto. No importa cómo. A veces golpea a los defensivos, a veces empuja, a veces recorre sus rutas un poco más corto de lo que debe ser, pero siempre está descubierto. Entiende el juego, y nos ha entregado todas las cosas que le hemos pedido, y más. No me sorprende esta noche que haya jugado como lo hizo".
A decir verdad, nunca ha habido un jugador exactamente como Edelman en la era moderna de la NFL. Podrá no haber sido el mejor receptor de ranura de su tiempo, pero definitivamente está en la conversación, y eso es notable para alguien cuyas posibilidades de NFL alguna vez fueron tan mínimas, que consideró convertirse en bombero después de la universidad.
Cuando los Patriots tiraron los dados con él en la séptima ronda del draft del 2009, se quedaba tan tarde en las instalaciones que el personal de equipamiento tenía que echarlo. "Simplemente amaba estar ahí", dijo Edelman. "Me quedaba allí todas las noches mirando mi casco porque lo amaba tanto".
También es probable que nada de esto hubiera sucedido de no haber sido porque Tom Brady estaba tan inquieto durante un receso de temporada en la Costa Oeste, que llamó a Edelman para ver si quería atrapar pases. Eran compañeros de equipo, en cierto modo, pero apenas se conocían. Brady ya era parte de la realeza de la NFL: Edelman intentaba aferrarse a un puesto de plantilla. Todo lo que Edelman podía pensar era, "Solía fingir que era tú cuando jugaba tochito con mis amigos en la secundaria".
En esa primera sesión Edelman corrió tan duro y atrapó tantos pases que vomitó al final. Brady quedó impresionado. Una hermandad adquirió forma. "Es un vínculo que se ha forjado a través del trabajo duro, confianza y respeto", dijo McDaniels. "Julian igualó su ética de trabajo y le mostró que podía confiar en él a lo largo del tiempo. No obtienes eso al primer día, ni al primer año".
Cada vez que alguien del grupo de coaches le informaba a Edelman que su dominio sobre una plaza de la plantilla era tenue, entendía que la creciente fe de Brady en él era lo que podía salvarle el empleo. Sea o no cierto, se dijo a sí mismo que un pase dejado caer en la práctica o un partido podría ser la diferencia entre tener una larga carrera en la NFL o trabajar al lado de su padre, Frank, en el taller mecánico de la familia en Mountain View, California.
"Es un peleador, hombre", señaló Brady. "Estoy tan orgulloso de él. Ha sido un jugador increíble para este equipo en los playoffs, y se acaba de cimentar, de nuevo, en la historia de la NFL por sus logros".
Edelman estaba tan preocupado por ahorrar dinero al inicio de su carrea que él y su compañero, Matthew Slater, rentaron una casa en Foxborough juntos, viviendo como chicos en la universidad y compartiendo gastos y tareas domésticas. "Era terrible vivir con él", bromeó Slater el domingo por la noche. "No sacaba la basura, siempre dejaba los platos".
Pero a Slater no le importaba, al final, por las conversaciones que terminaban compartiendo por las noches, compartiendo sus dudas y temores respecto a vivir en los límites de una plantilla de NFL. En el 2011, cuando los Patriots pidieron a Edelman y Slater pasar al lado defensivo del balón, creyeron que era una señal negativa para sus respectivos futuros.
"Ese fue un punto bastante bajo", admitió Slater. "Nos seguimos diciendo uno al tro que debíamos trabajar duro, seguir creyendo en esto, y quizás algún día resultaría para nosotros... vernos pasar de ser dos chicos de California viviendo juntos para ahorrar a verlo convertido en un JMV del Super Bowl es bastante especial".
A Edelman le gustó tanto vivir con Slater que, después de cuatro años cuando Slater se casó y decidió mudarse, Edelman le pidió que preguntara a su esposa si podían darle un cuarto en su hogar nuevo.
"Mi esposa dijo, 'De ningún modo vamos a vivir con Julian'", recordó Slater. "Y Julian respondió, 'No, dile que podemos hacer que funcione'. Pero en serio, lo amo como a un hermano. Mi esposa lo ama. Mis hijos lo aman ha estado allí en tantos momentos importantes de mi vida. así que aprecio mucho su amistad".
Al final, si Edelman entra o no al Salón de la Fama parece irrelevante, considerando que Brady terminará como el mejor quarterback de todos los tiempos en la NFL, y no se puede contar la historia de Brady --particularmente la segunda mitad-- sin mencionar a Edelman. Cuando los dos se abrazaron en el campo al término del partido, con el confetti pegado a sus uniformes y sobre la barba desaliñada de Edelman, era claro cuán significativa era su relación.
"El abrazo fue simplemente dos chicos del área de la bahía que aman el fútbol americano, aman competir, y viven sus sueños", expresó Edelman, poniéndose sentimental antes de cerrar con un comentario humorístico. "Creo que él me abrazó. Yo no lo abracé".
Después del partido, en el vestidor de los Patriots. el propietario de New England, Robert Kraft, presentó al equipo con una caja de puros de 50 años, invitando a los jugadores a tomar uno mientras se dirigían a la fiesta de celebración. Kraft insistió que Edelman fuera primero, dado que había sido el Jugador Más Valioso del partido, y Edelman hizo caso, cortando la punta y colocándolo en su boca.
Todavía seguía en su boca 15 minutos más tarde cuando se abrió camino a la salida, sonriendo como un hombre al que no le importaba nada su posible legado, pero feliz por disfrutar la improbabilidad del presente.