El gesto se realizó como un reconocimiento a la afición de los Bengals, que impuso récord de asistencia en el partido del sábado
CINCINNATI -- El head coach de los Cincinnati Bengals, Zac Taylor, deseaba entregar un balón de juego a la ciudad, después de que la franquicia ganó su primer partido de playoffs en 31 años.
Taylor se cercioró de entregar ese reconocimiento personalmente. De camino a casa después de la victoria del sábado por 26-19 sobre Las Vegas Raiders, el entrenador en jefe de tercer año se detuvo en un bar local y entregó el balón honorario, blanco con marrón, con el logo del equipo como símbolo de agradecimiento por el apoyo de la ciudad.
"Fue grandioso", dijo Taylor el día después del histórico triunfo de Cincinnati. "Fue, honestamente, como te lo imaginas cuando quieres que suceda".
Taylor dijo que había pensado en la idea desde el momento en que fue contratado como head coach del equipo en el 2019. Dijo que durante su traslado de casa al Paul Brown Stadium en el centro de Cincinnati, y de regreso, a menudo pensó en el tipo de gesto que hizo después de la primera victoria de playoffs del equipo desde enero del 1991.
El bar por el que usualmente pasa, Mt. Lookout Tavern, a menudo está lleno de aficionados de los Bengals en noches movidas. Así que, después de la victoria del equipo frente a los Raiders, se dirigió a la Mt. Lookout Tavern junto con el pateador de despeje Kevin Huber para dar un pequeño discurso y un balón de juego.
"Se trata del primero de muchos juegos de playoffs que ganaremos aquí", sentenció Taylor en el escenario, en un video que se hizo viral el sábado por la noche.
Taylor dijo que sus dos hijos y un par de amigos de la niñez estaban en el automóvil con él, y se ofrecieron a grabar el encuentro. Taylor dijo que no quería que eso sucediera.
"Seguro, me meto allí, y hay miles de celulares", dijo Taylor este domingo durante una conferencia de prensa. "No sé qué estaba pensando que podría suceder".
Con respecto a tomar medidas preventivas en contra del COVID-19, Taylor dijo que intentó mantener sus interacciones por debajo de los dos minutos y se mantuvo sobre el escenario en la Mt. Lookout Tavern. Añadió que también salió "tan pronto como fue posible".
Fue parte de una noche de júbilo que Cincinnati no había celebrado desde que el equipo que dirigía Sam Wyche superó a los Houston Oilers hace más de tres décadas. El ala cerrada de los Bengals, C.J. Uzomah, también paró por la Walt's Hitching Post en el cercano Fort Wright, Kentucky, como parte de la nueva tradición de balón de juego anunciada por Taylor durante la celebración post-partido en el vestidor.
El safety de los Bengals, Jessie Bates III, estuvo sorprendido de que Taylor fue uno de los repartidores el sábado por la noche. El día después del juego, Bates dijo que el gesto de su coach habla sobre lo especial que es el equipo de este año.
Tampoco pudo haber un mejor día para honrar a los fieles y sufridos aficionados del equipo. La asistencia del sábado de 66,277 fanáticos fue la mayor para un partido de los Bengals en casa.
"Fácilmente, podría haber entregado todos esos balones a los tipos en el vestidor", reveló Bates. "Pero, el modo en que los aficionados dieron el paso al frente ayer, estoy seguro de que fue más fuerte que nunca en mi tiempo aquí".
Taylor dijo que no fue nada que haya visto hacer a otro coach antes. Pero, la visión en su menta era una que iba a poder manifestar al término de una noche histórica para la ciudad y el equipo.
"Repartimos tantos balones de juego, probablemente como cualquier otro equipo de la NFL", dijo Taylor. "Pensé que era una gran oportunidad para compartir el momento".