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River no jugó bien pero logró llevarse un empate en Tucumán jugando con diez futbolistas

River Plate igualó 1-1 ante Atlético Tucumán en la fecha 14 del Torneo de la Liga y llegó a nueve partidos seguidos sin conocer la derrota. El Millonarios tuvo que sobreponerse a la expulsión de José Paradela y encontró el empate en un gol en contra de Joaquín Pereyra, que se encaminaba a ser la figura.

Al Millonario le sale todo, incluso cuando no lo busca. Su desempeño en el estadio José Fierro distó mucho de lo que venía demostrando en las últimas fechas que lo habían colocado como líder indiscutido con seis puntos de ventaja. A favor de Demichelis, hoy el once inicial también fue muy diferente al usual: se rotó para cuidar jugadores de cara a una semana de compromisos vitales a nivel local e internacional.

El primer tiempo se jugó al ritmo de Atlético. Se luchó en mitad de cancha, los canales de juego de River no pesaron y fue Mateo Coronel quien se encargó de demostrar que Armani podía ser abatido y abrió el marcador para terminar el invicto de ocho fechas seguidas sin recibir goles. Para colmo, José Paradela recibió dos tarjetas amarillas en un minuto y dejó al equipo con diez a los 22 del primer tiempo.

Con todo este contexto, River trató de volver a encontrar a su mejor versión, la que arrolló rivales y dominó en cada terreno de juego. No apareció, aunque se vieron chispazos de esa asociación que trata de imponer Demichelis en cada juego.

Prácticamente no inquietaron a Marchioni, que tuvo en una atajada a Palavecino desde un tiro libre prácticamente su única intervención clave. Mientras tanto, Atlético buscó con sus dos mosquitos en la ofensiva, Coronel y Estigarribia, aumentar el marcador ante una defensa totalmente alterna que paró Micho.

El tiempo transcurría y, al paso que crecía la figura de Joaquín Pereyra como gran conductor en los locales, la desesperación en River empezó a aflorar. Solari fue quien mostró mayor lucidez en los Millonarios durante los segundos 45 minutos buscando desequilibrar por la banda izquierda. Los tucumanos desperdiciarion varias contras y situaciones claras para llegar a Armani, lo que terminarían pagando caro cuando el pitazo final estaba próximo a consumarse.

Así de impredecible es el fútbol. El que mejor jugaba, el que ponía paños fríos en un partido caliente y el que con cada intervención generaba algo, terminó marcando en contra la igualdad de River. Desde una pelota que llegó a través de un córner, Pereyra saltó a despejar pero generó el efecto opuesto: 'anticipó' a Marchiori, desvió la pelota y la mandó a guardar para el grito de desahogo de River, que prácticamente se encontró con el gol.

Ante este impacto anímico, River no aflojó e intentó marcar al gol de la ventaja definitiva, que no terminó llegando. Ante todo pronòstico y cuando parecía que la seguidilla postivia iba a cortarse con una derrota, el Millo de Demichelis se topó con un gol imprevisto y apretó el puño de cara a una semana caliente que tendrá que afrontar: visita a Fluminense y Superclásico ante Boca.