La visita de Independiente a Mendoza le dio continuidad a su caída libre: estar vez perdió por 1-0 con Independiente Rivadavia, gracias a la figura de Sebastián Villa, en la octava fecha del Torneo de la Liga
La jerarquía del polémico atacante colombiano alcanzó para sacar la diferencia en favor de la Lepra ante un rival, demasiado golpeado anímicamente y al que, esta vez, sus chicos tampoco pudieron rescatarlo.
El equipo de Julio Vaccari había conseguido un leve dominio en los primeros 20 minutos del encuentro, con mayor tenencia, pero sin llegada. Con una salida desde el arco y en apenas tres toques, el conjunto local derrumbó al Rojo.
Ezequiel Centurión sacó con la mano desde su área para Ezequiel Ham, que por la izquierda, lanzó el pase largo para Sebastián Villa, que encaró al área y definió ante la salida casi hasta el borde del área de Rodrigo Rey.
El gol noqueó al conjunto de Avellaneda, al que le costó reaccionar, se desordenó y le regaló muchos espacios a su rival para que le genere más de un susto. A los 40, le anularon el 2-0 a Franco Romero, por estar en offside.
Desorientado e inconexo, cuando Independiente consiguió sumar algunos pases, Alexis Canelo casi consigue el empate, aunque, de nuevo, el tanto fue invalidado por una fina posición adelantada.
No fue una buena tarde para Santi López, como para ninguno de los vestidos de blanco en el estadio Bautista Garganti. Villa logró inquietar en más de una ocasión, aunque la segunda parte del partido careció de emociones, excepto por la salvada que tuvo que realizar Rey para evitar el 0-2, luego de la pérdida de Joaquín Laso ante Mauricio Asenjo, a metros del área. A esa altura, Independiente ya jugaba con 10, por la expulsión de Adrián Sporle. El defensor fue con demasiada vehemencia a cortar a Romero, muy lejos de la zona se riesgo, y se ganó la segunda amarilla (34').
Vaccari utilizó sus cambios, pero no encontró respuestas en el banco, como tampoco las tuvo dentro del campo.
Vale recordar que el entrenador apenas lleva tres partidos al frente y ni siquiera puede disponer de sus refuerzos. Y una nueva derrota, ciertamente, no lo ayudará para trabajar con tranquilidad.