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Los vaivenes del ciclo de Diego Martínez en Boca

El Superclásico complicó aún más el rumbo del ciclo de Diego Martínez como técnico de Boca Juniors. Hubo golpes muy duros, realmente impactantes, que comprometieron al entrenador, y la caída en Avellaneda ante Racing y la mala imagen con derrota incluida en el Superclásico con River Plate en La Bombonera por el Torneo de la Liga fueron tremendas.

Empezó Martínez en Boca con una sonrisa, cosechando algunos buenos resultados con otros realmente muy positivos, llegó a estar invicto de local en el año hasta el duro traspié del sábado pasado contra River. En el medio, ante los otros grandes del fútbol argentino, había logrado dos victorias sobre San Lorenzo, una contra River y otra frente a Racing, más un empate con el Millonario, hasta que perdió estos dos seguidos.

En el rubro futbolístico, en lo mostrado sobre el campo de juego, el equipo tuvo algunas etapas favorables, sin brillar, pero sí dejando conformes a muchos hinchas. De hecho, venía bien e ilusionó a la mayoría con el triunfo 3-2 ante River en Córdoba, en abril, por los cuartos de final de la Copa de la Liga. Aunque acto seguido, en lugar de afianzarse, empezó a padecer golpes muy fuertes.

Estudiantes, el primer dolor de cabeza

Por errores puntuales, imprudencias en definiciones claves y fallas a la hora de convertir, el equipo de Martínez sufrió más de la cuenta. Tras esa gran alegría en el Superclásico, dominaba a Estudiantes de La Plata, el posterior campeón, en semifinales, pero la increíble expulsión de Cristian Lema complicó su situación (patada alta) y lo llevó a los penales, donde tropezó y se quedó con las manos vacías. Así dejó escapar una gran oportunidad de clasificarse a la Libertadores de 2025.

Luego le igualó sobre la hora Fortaleza en La Bombonera y desperdició la chance de avanzar directo a octavos de final al no poder ganar su grupo en la CONMEBOL Sudamericana y debió disputar un repechaje. Allí superó con lo justo a Independiente del Valle, cuando se pensó que podía quedar afuera, con el agravante de que un retraso administrativo insólito provocó que los refuerzos no pudieran jugar esa repesca, ni en la ida ni en la revancha. El plus fue que Martínez pretendía reemplazar de alguna manera al tridente del mediocampo, de Equi Fernández, Cristian Medina y Kevin Zenón, que se fueron con la Selección Argentina Sub 23 a los Juegos Olímpicos de París, donde el equipo conducido por Javier Mascherano cayó ante Francia en cuartos de final.

El DT ya no recuperó a ese mediocampo que sostenía el juego de Boca: Equi se fue seducido por los millones del fútbol árabe, Zenón volvió, pero todavía no recuperó el nivel anterior a París, y Medina expresó su deseo de irse en el próximo mercado de pases. Estuvo cerca en la ventana pasada y de enero no pasaría su estadía con la camiseta auriazul.

Tampoco seguirá Pol Fernández, jugador que ha sufrido varios altibajos en su rendimiento, que ya anunció que a fin de año se iría a Brasil, y no por eso Boca decidió "colgarlo" como ha hecho con otros futbolistas.

Otro golpe fuerte, ante Cruzeiro

De las caras nuevas, Gary Medel, Tomás Belmonte, Milton Giménez, Brian Aguirre, Agustín Martegani, Ignacio Miramón y Juan Barinaga, el único que rápidamente le dio grandes respuestas a Martínez fue Giménez, el delantero exBanfield, quien estuvo a la altura de las necesidades al aportar goles y un nivel alto. También Aguirre hizo ilusionar a algunos, pero a la vuelta del parate por la Copa América y la cita olímpica, Boca debió ganarle por mayor ventaja a Cruzeiro en la ida de octavos de final de la Sudamericana. Ya en la vuelta, en Brasil y sin Cavani por lesión, padeció la tarjeta roja directa antes del primer minuto de juego a Luis Advíncula. Fue lapidario, pese a que mejoró en la segunda etapa y estiró, con un gol de Giménez, la definición a la vía de los penales. Allí justo Merentiel, pieza clave, erró su disparo y se hizo añicos otra ilusión copera.

Por eso, Boca sufrió con fallas de jugadores experimentados, no puntualmente de juveniles sin roce, lo que complicó al equipo en momentos claves de 2024. En el medio, el DT cortó la relación con Darío Benedetto, un goleador con renombre en el Xeneize, con el que todo terminó mal y el delantero se fue al fútbol mexicano. El jugador hizo su cumpleaños e invitó a varios líderes del plantel, como Marcos Rojo y Lema, y a la mañana siguiente al festejo Pipa tuvo un intercambio con el entrenador que no gustó en el seno del cuerpo técnico. Fue marginado del partido posterior y en un careo entre ambos Martínez le hizo saber que no lo tenía en cuenta porque "no lo veía bien" en cuanto al juego.

Los errores ante Racing y la mala imagen contra River

Ya sin el título local ni el de la Sudamericana, el Xeneize apostaba a superar a Racing y a River para recuperar protagonismo, escalar en la tabla y dar pelea en el Torneo de la Liga, aspirando a conseguir el pasaje soñado a la Libertadores del próximo año. Claro, todavía tiene otra chance, ya que está en carrera en la Copa Argentina, donde se medirá con Gimnasia La Plata en cuartos de final y, de avanzar, le tocará en semifinales con Independiente o Vélez, actual líder del certamen doméstico.

Pero empezó bien contra Racing, pero dos errores importantes de Sergio Romero lo pusieron en serios problemas al perder ese duelo. Acto seguido, con Cavani volviendo tras un mes inactivo por un problema físico, Zenón y Advíncula volviendo de leves inconvenientes, Boca mostró en cancha a jugadores claves que no estaban "a pleno". Además, el técnico optó por la experiencia de Rojo en lugar del presente de Aaron Anselmino, cuando actualmente el pibe es el mejor defensor central del plantel y apenas lo incluyó cerca del desenlace. Falló otra vez Romero con el rebote en la jugada del gol de River y en el primer tiempo se vio la peor versión del Xeneize de Martínez, además la más floja del equipo en mucho tiempo.

Solo el empuje lógico de la gente y algunos arrebatos le permitieron soñar, pero ni así pudo igualar contra el Millonario con mayoría de suplentes, ya que los titulares fueron cuidados por Marcelo Gallardo para la revancha ante Colo Colo, por los cuartos de final de la CONMEBOL Libertadores. Así había arribado el DT al Superclásico, en la cuerda floja. Y lo mostrado en La Bombonera fue realmente malo, lo que agravó más su situación. Habrá que ver si tiene el apoyo suficiente de la dirigencia y por cuánto tiempo. Los hinchas están muy enojados y varios se mostraron disgustados con Juan Román Riquelme, el presidente del club, y el Consejo de fútbol. Lo cierto es que el equipo perdió el rumbo y la confianza.