Parecía que se escapaba esa lejana, pero ilusión al fin llamada Torneo de la Liga Profesional con un empate con sabor a poco frente a Independiente RIvadavia. Hasta que a los 42 minutos del segundo tiempo, Juanfer Quintero le dijo 'Yo lo pateo' a Luciano Vietto y con su excelsa zurda metió la pelota pegada al palo derecho de Ezequiel Centurión para el agónico y necesario 2-1 de Racing Club en el Cilindro.
La Academia de los contrastes, con paso arrollador para alcanzar la final de la CONMEBOL Sudamericana 2024 y en levantada a nivel local después de un andar bastante irregular, jugó un interesante primer tiempo en el que se recuperó rápidamente del gol de la Lepra mendocina y hasta pudo irse en ventaja al descanso.
Con todos sus titulares salvo Marco Di Césare, una fija en la defensa, el equipo de Gustavo Costas sufrió un cachetazo a los 8 minutos de juego. Mientras los jugadores protestaban por una supuesta falta sobre Adrián Martínez, Independiente Rivadavia armó una contra letal de arco a arco. Sebastián Villa aprovechó las dudas de Agustín Almendra sobre el lateral, se escapó por derecha y cruzó la pelota para Victorio Ramis, quien definió con un zurdazo cruzado y de primera.
Apenas ocho minutos más tarde, Juanfer dio muestras de que era su tarde-noche. Sacó rápido un córner por derecha, Gastón Martirena metió un centro pasado, Maravilla Martínez le ganó en el salto a Franco Romero y estampó el 1-1 para tranquilidad de su gente, que contó con aforo reducido tras la sanción -luego morigerada- que tuvo el club por su impactante y espectacular recibimiento en la previa de la vuelta de semifinales que le ganó a Corinthians.
Racing se volcó al ataque y fue el gran protagonista de esa primera mitad. Pudo haber aumentado a los 42, cuando Quintero tocó con Almendra y el exmediocampista de Boca metió un derechazo de primera que provocó una espectacular volada de Centurión.
Ya sin Maravilla, que se golpeó con el poste en el momento del gol y fue reemplazado en el entretiempo, el dueño de casa perdió referencia de ataque. El ingreso de Agustín Urzi no le aportó demasiado a un equipo sin ideas, que repetía la fórmula y no podía entrarle a un conjunto de Alfredo Berti que se empezaba a enamorar del punto en el primer enfrentamiento frente a La Academia en 45 años (Racing lo goleó 4-0 en 1979).
A los 7 del complemento, Martirena encontró una pelota suelta en el área y no acertó al arco. Mientras tanto, la visita aprovechaba los huecos que dejaba su rival en el fondo y trataba de explotar la velocidad de Villa. A los 18, le anularon un gol al colombiano por offside y tres minutos después, un derechazo del ex-Boca se fue apenas ancho.
A Racing se le escapaba la victoria y probablemente una de las últimas chances de pelear por el título. Pero llegó lo dicho. El tiro libre cerca del área, la convicción de Juanfer para hacerse cargo y la magia de su zurda para el delirio de una hinchada que no quiere despertar.
Se sabe: la cabeza está puesta en el 23 de noviembre. Asunción es el destino más deseado y el sueño es volver a gritar campeón a nivel internacional frente a Cruzeiro. Ahora, el tercer triunfo al hilo en el certamen lo deja en carrera, a cinco puntos de los líderes Vélez (un partido menos) y Huracán a cinco fechas del final. Y con el ánimo por las nubes, nadie se anima a robarle la ilusión.