El delantero Luis Miguel Rodríguez, reconocido como Pulga en el ambiente del fútbol, jugador de Gimnasia y Esgrima La Plata, pasó por por el estudio de ESPN F90, donde habló de sus comienzos, de su familia, de su paso por la Selección, de su actualidad y de cómo ve el futuro.
Así, con su habitual sencillez, dejó sus impresiones sobre muchos temas:
"Me gustaría en algún momento volver a vivir en mi pueblo, Simoca, porque la pasé muy bien durante mi niñez. La pelota era el único juguete que teníamos, pero llegar a ser profesional es duro, después te tenés que mantener. cuando venís de no tener nada hay que tener cuidado de no marearse".
"Yo sabía que en Simoca no podía triunfar. Por eso a los 13 años me fui a probar al Inter y no me quería volver porque quería llegar. Tuve un contrato con Oris en Milán, después de que se rompió el contrato me fui a Rumania al Craiova de donde me tuve que ir al mes por un problema de papeles”.
"Cuando tenía 18 años quería dejar de jugar al fútbol y mi papá que era albañil me llevó a trabajar con él para que viera lo que era el trabajo. No era bueno lo que estaba haciendo, los fines de semana iba a jugar partidos clandestinos por plata, me peleaba, jugaba con medias bajas, botines y a tratar a la guerra".
"Una vez tuve una situación especial cuando estaba en Atlético Tucumán y me fui a jugar un partido porque faltaba uno. En un momento fui a recibir una pelota y me golpearon con los dos pies las piernas de atrás. Me podría haber arruinado la carrera, ahí decidí que si quería ser profesional no podía seguir jugando afuera del club".
"Me pone muy contento, estoy muy tranquilo de haberle podido dar a cada uno de mi familia un lugar para vivir, era lo que quería lograr. Es el sueño más importante que cumplí. Con mis hermanos somos muy unidos, cada vez que estoy en Tucumán nos juntamos a comer, en la mesa somos 22 personas y mi vieja es la reina de la familia".
"Cuando era chico, en mi casa muchas veces faltaba la comida, a veces comíamos los chicos y los grandes decían que comían pero no lo hacían".
"Mis primeros botines me los compró mi papá en la feria del pueblo y me tenían que durar hasta hoy, imaginate que me los compró 39 y yo calzaba 32".
"Yo quiero que mis hijos elijan lo que quieren hacer, les doy las herramientas para que estudien y se formen para el futuro".
"Hace unos días, mi hijo más chico estaba pateando y me pongo a atajar y me grita: 'Gol de Sarmiento. 'Yo soy de Sarmiento', me dijo porque le había ganado a Gimnasia ese día. Milo me hace acordar a Mateo Messi. Cuando en las figuritas le toca uno de Sarmiento, se pone como loco. Hasta el día de hoy es de Sarmiento".
"Antes de salir a los partidos me acuerdo de todo lo que me costó llegar acá y me pone contento. Soy medio calenton y me gusta ganar siempre, pero después de lo difícil que fue llegar quiero disfrutar de lo que me queda".
"Hay que enseñarles a los más chicos que los dos equipos se entrenan para ganar y sólo es fútbol".
"A ningún futbolista que llega a Primera le aseguran nada, es el trabajo y la capacidad de reinventarse lo que te sostiene. A veces lo difícil no es llegar sino mantenerse".
"El fútbol cambió y me tuve que reinventar. Cambiar la forma de jugar, entrenar más, cambiar la alimentación, cuando uno va creciendo tiene que ir bajando de peso para mantener la agilidad”.
"Sueño con retirarme en Atlético Tucumán, aunque todavía no pienso hacerlo. Voy viendo cómo termino cada partido, si puedo entrenar al día siguiente y por ahora no tengo nada que me diga que no puedo seguir jugando, no pienso en retirarme".
"Trato de ubicarme bien dentro de la cancha para poder sacar provecho de cada situación sin enfrentar a nadie. Del fútbol casi veo sólo los goles porque me ayuda a pensar en cómo puedo definir".
"Tuve la suerte de vestir la camiseta de la Selección, cuando me llamó Macuso no lo podía creer, creía que me estaban cargando. Tengo todos los recuerdos en la memoria, como si fuera ayer, disfruté mucho de mis charlas con Diego (Maradana)".
"Mi ídolo era Maradona. Cada vez que llego a Gimnasia voy a la utilería a escuchar historias de lo que vivió Diego ahí, cuando estuvo bien y cuando lo tuvieron que ayudar".
"Eduardo Domínguez es muy buen técnico porque no se casa con nadie y porque tiene un cuerpo técnico que entrena muchísimo, con gran calidad".
"Facundo (Farias) pasó un momento muy complicado, perdió a la abuela, al padre y después le dio covid y se perdió la final, yo estaba todo el tiempo encima de él porque no hablaba entonces lo acompañaba".
El delantero de Gimnasia recordó la vez que lo llamaron para jugar en la albiceleste y los consejos de Maradona.
La figura del Colón campeón y actual jugador de Gimnasia, habló de sus hijos y de la forma que busca transmitirle todo lo que le tocó vivir.