La influencia de Pep Guardiola en el futbol va más allá de los títulos que ha ganado y de los que están por llegar. Es un docente, un maestro, un transformador de futbolistas.
A lo largo de los 15 años que lleva como director técnico, no son pocos los jugadores que han expresado su admiración, reconocimiento y agradecimiento hacia el catalán por haberlos cambiado, por hacerlos mejores o porque gracias a que fueron dirigidos por él le encontraron el verdadero sentido al futbol.
El mismísimo Leo Messi relató una significativa anécdota que pinta a Guardiola de pies a cabeza: El 1 de mayo de 2009, el entrenador llamó a la casa del argentino pasadas las 10 de la noche: “Leo, soy Pep, tengo algo muy importante que decirte. Ven ahora, ya”.
El delantero llegó a la Ciudad Deportiva del FC Barcelona a las 10:30, en donde solo quedaba Guardiola en su oficina con una videocasetera encendida. Quería explicarle el plan que daba vueltas en su cabeza y que decidió que aplicaría al día siguiente en el Clásico ante el Real Madrid en el Santiago Bernabéu.
“Leo, mañana vas a empezar por la banda como siempre, pero si te hago una indicación te vas a la espalda de los mediocampistas y te mueves por esa zona que te acabo de enseñar. Cuando Xavi o Andrés te pasen el balón, te vas directo a la portería”.
El misterio y la cita uno a uno obedeció a que se trataba de un secreto, mismo que conocieron a 10 minutos del inicio del partido Xavi e Iniesta, los encargados de hacerle llegar el balón a ‘La Pulga’.
Y conforme a lo establecido, con el juego en desarrollo, el estratega mandó a Samuel Eto’o a la banda, Messi se colocó como ‘falso 9’ y los centrales del Madrid (Cannavaro y Metzelder) cayeron en la confusión.
El resultado del encuentro fue un 2-6 inolvidable con doblete de Leo que, de paso, le aseguró el título de Liga a los culés. Ese es Pep Guardiola, el mismo que incluso fue capaz de mejorar al mejor.
En varias ocasiones el capitán de la albiceleste ha declarado que Guardiola fue el entrenador que más lo marcó, al tiempo de expresar su admiración y sorpresa “porque un día antes del partido te decía lo que iba a pasar, y después pasaba”.
Barcelona, Bayern Munich y Manchester City tienen un antes y un después de Guardiola, y no son los números (trofeos o títulos) los únicos que definen la huella del originario de Sampedor.
Pep cumple a cabalidad aquella máxima de los entrenadores que dicta que “a los jugadores no hay que decirles solo lo que tienen que hacer, si no por qué deben hacerlo”. ¡Convencerlos!
Y el estilo (tiki-taka) que ahora se replica —o al menos se intenta copiar— en múltiples sitios, fue una apuesta de Pep desde antes que se convirtiera en el técnico que es hoy, un referente de todos los tiempos en el balompié.
Enumerar a todos los jugadores en los que ha influido resultaría interminable, pero hay que recordar que estuvo a punto de cometer la más grande de sus ‘locuras’, pues llegó a contemplar que el histórico guardameta alemán Manuel Neuer jugara como medio de contención debido a su extraordinario manejo del balón con los pies.
GREALISH Y AKÉ SON ‘OTROS’
Para citar solo un par de casos recientes en el City, hoy Jack Grealish debe estar viviendo el mejor momento de su carrera y no es casualidad que Pep sea su entrenador.
El inglés fue fichado en agosto de 2021 en una cifra récord de 118 millones de euros que le pagaron los ‘Citizens’ al Aston Villa. Y su primera temporada en el club resultó decepcionante.
No logró hacerse de la titularidad, jugó poco y en un rol secundario, situación que incluso le afectó en la selección inglesa, en donde tampoco fue considerado como titular.
Con todo y que es Guardiola no tiene una varita mágica que catapulta a los futbolistas a las primeras de cambio y con Grealish le costó trabajo, pero hoy está convertido en referente y en un hombre fundamental en el esquema de los ‘Sky blue’.
Aporta desequilibrio por los costados, es un virtuoso de cara al arco ya sea con asistencias o definición; aprendió a sacrificarse y suele tener un gran desgaste físico debido a que apoya en la marca, y lo más importante, sabe generar sociedades con el resto de los ‘artistas’ del equipo.
Se sabe que es afecto a la fiesta y no tan apegado a la disciplina, pero de momento está rindiendo y su aporte resulta invaluable. Dejó de ser ese futbolista bravucón empeñado en encararse con los rivales y preocupado por sujetar su cabello, para convertirse en un crack y desquitar los millones de euros que pagaron por él.
Mérito de Grealish, claro está. Y mucho de Pep, también, porque ni en sus mejores momentos en el Aston Villa se le vio la madurez que hoy ostenta el atacante.
El otro caso es el holandés Nathan Aké. Lo ficharon en agosto de 2020 procedente del Bournemouth y pagaron 45 millones de euros por él, una cantidad muy elevada si se considera que se trataba de un defensa central.
Es hasta esta tercera temporada que el jugador se hizo de un sitio en el ‘11’ titular, pero no en su posición natural que es la defensa central, si no como lateral izquierdo ante la salida del ucraniano Oleksandr Zinchenko, quien en busca de más minutos se marchó al Arsenal.
Desde que llegó la Premier League, con todo y que está haciendo historia con el Manchester City al sumar un título tras otro, la demanda es ganar la Champions League y menos de eso es un “fracaso’ para sus detractores, que se dan gusto haciendo sumas de todos los millones que ha invertido el club sin lograr el gran objetivo.
Este martes empieza una nueva historia en la búsqueda de la ‘orejona’, nada menos que con el Real Madrid enfrente. Los ‘Citizens’ llegan en mejor forma, con un funcionamiento impecable y una ‘bestia’ en ataque (Haaland) que les da un poder extra.
Suena muy romántica toda la historia del Guardiola profesor y transformador, pero esta vez toca derrumbar al gigante de la Liga de Campeones. A final de cuentas Pep ya tiene su legado y nunca dejará de ser un auténtico docente para honrar a otros grandes que con ese ejemplo predicaron desde el sitio de entrenadores.
“A lo único que le doy importancia en el futbol es a poder quitarle un defecto o agregarle algo al futbolista. Ese es el placer más grande para mí, de golpe ver que el tipo que jugaba al revés, juega bien. Para mí, eso no tiene precio”, dijo César Luis Menotti hace varios ayeres.