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La suerte por fin le sonrió a Manchester City en UEFA Champions League

Manchester City cumplió al pie de la letra el refrán que dicta "para saber festejar hay que saber sufrir" este sábado en Estambul, donde convirtió a su arquero brasileño Éderson en figura estelar sobre el epílogo y venció 1-0 a Inter para gritar campeón por primera vez en UEFA Champions League.

Tras un primer tiempo prácticamente sin inquietar la resistencia del equipo inglés, el conjunto dirigido por Simone Inzaghi avanzó sus líneas y mereció marcar por lo menos un gol, pero se encontró con las manos del guardameta formado en San Pablo, quien mantuvo el arco en cero con grandes salvadas.

La primera sucedería a los 13 del complemento, cuando el encuentro aún se encontraba igualado y el defensor suizo Manuel Akanji sobró un pase del volante portugués Bernardo Silva, permitiéndole al delantero argentino Lautaro Martínez controlar en el borde izquierdo del área grande, zona en la que enfrentó al número '31' Citizen, que le achicó el ángulo y le negó la apertura del marcador con su brazo izquierdo.

Ya con el resultado a su favor, el equipo comandado por Pep Guardiola le cedió la posesión de la pelota al "neroazzurro", replegándose en su campo y erigiendo al nacido en Osasco hace 28 años, de 188 centímetros de estatura, como el héroe de la noche, que a los 88 le contenería un cabezazo al potente belga Romelu Lukaku sobre la línea con la rodilla izquierda, firmando probablemente una de las atajadas de la competición.

Sumado a las grandes intervenciones del arquero, el equipo de Pep también gozó un poco de esa suerte que necesitan todos los equipos campeones. Tras el gol de Rodri, el lateral izquierdo Federico Dimarco conectó un cabezazo bombeado dentro del área y estrelló la pelota en el travesaño, que salvó a los ingleses.

Por último, por si aún quedaban dudas de su injerencia en el marcador, Ederson se consagraría en la historia grande del club: a los 95, cuando hasta el guardameta camerunés André Onana había subido en busca del empate, desactivó un frentazo potente del carrillero alemán Robin Gosens, imprimiendo sus puños para alejar el peligro a un costado y asegurar el triunfo inolvidable.