Lewandowski jugó 72 minutos en los que, debiendo marcar diferencia, pasó como un fantasma por el césped rematando apenas una vez a puerta y sin tener ninguna incidencia en el juego, globalmente desastroso, del Barça.
AMBERES -- Robert Lewandowski, su presencia en el once inicial del Barcelona, personalizó en Bélgica el insólito momento que se vive en el club azulgrana. Insólito fue ver al delantero polaco en el terreno de juego 48 horas después de que el Barça publicase la lista de convocados sin su presencia, entendiéndose que Xavi había decidido darle descanso, junto a Araújo, Gundogan y De Jong, pensando en el partido del sábado en Mestalla, donde, ante el Valencia, el Barça se juega media Liga.
Y del sofá, del descanso, acabó situado en la punta del ataque, 24 horas después de que el entrenador argumentase su convocatoria a última hora en el deseo de hacer grupo pero aseverando que "lo más normal" es que los jugadores de mayor peso específico, el máximo posible, descansasen. No llegó a saberse a ciencia cierta la razón del cambio. Solo se quedó en Barcelona, oficialmente por fiebre, De Jong, y de los 24 desplazados no se vistió Araújo, pero Lewandowski no tuvo ese descanso que había insinuado necesario Xavi.
"He hablado con los futbolistas y Robert me dice que no está cansando, que está bien y que quiere jugar. Pues, adelante" explicó antes del partido el técnico, evitando entrar en polémicas después de que en la previa reconociera que el cambio de convocatoria lo decidió junto a Deco y al mismo presidente Laporta, lo que provocó tantas suspicacias como dudas acerca de su capacidad de mando e independencia al frente de la plantilla.
Y jugó, es un decir, durante los primeros 72 minutos (hasta ser sustituido por el joven Marc Guiu) en los que debiendo marcar las diferencias pasó como un fantasma por el césped rematando apenas una vez a puerta y sin tener ninguna incidencia en el juego, globalmente desastroso, del Barça.
Quedó en entredicho Xavi por su cambio de opinión al citarle horas después de darle descanso sin saberse a ciencia cierta quien decidió realmente esta circunstancia. Y quedó en entredicho el propio Lewandowski, cuya actuación rozó lo lamentable.