TER STEGEN. Salvador. En frío, apenas transcurrido un minuto, salvó el 0-1. A partir de ahí tuvo una noche más tranquila de lo esperado. En la segunda mitad intervino en dos ocasiones con acierto… Sin tener capacidad de respuesta al magnífico disparo de Sancho que representó el 3-1.
SERGI ROBERTO. Firme. Bien posicionado en defensa, se sumó con audacia al ataque por su banda. Profundo y rápido en la recuperación de la posición.
UMTITI. Solvente. Recordó al central de sus mejores días, excelente en la colocación y la anticipación. Poderoso por arriba y frío en la salida de balón. Si acaso no estuvo ágil en cerrar la defensa en la jugada del 3-1.
LENGLET. Lúcido. Se entendió a la perfección con Umtiti en la colocación. No perdió ningún balón y acudió rápido a las ayudas en banda.
JUNIOR FIRPO. Atareado. Nervioso de entrada, le costó hacerse con el partido, impreciso a la hora de sumarse al ataque, se benefició de las ayudas de Lenglet en defensa.
BUSQUETS. Acompañado. Se le notó más tranquilo con la compañía y colaboración de Rakitic, pudiendo mandar en el inicio de jugada y resguardando su zona con calma.
DE JONG. Enorme. Recuperó el balón que desembocó en el 2-0 y estuvo en todas partes, defendiendo, creando, desdoblándose, jugando de primeras, combinando. Una lección en todos los sentidos.
RAKITIC. Entregado. Su segunda titularidad de la temporada, primera en la Champions, la aprovechó con rabia y consistencia. Cometió un fallo, bestial, en el primer minuto pero se recuperó de inmediato, llegando desde atrás, ayudando a Busquets, combinando con Messi y De Jong y ofreciendo un rendimiento magnífico hasta que le sustituyó Vidal.
DEMBÉLÉ. Lesionado. Dos pérdidas, dos regates, un remate sin peligro y fuera. La enésima lesión desde que fichó por el Barça le sacó del campo a los 26 minutos, entrando Griezmann en su lugar.
MESSI. Magnífico. Celebró sus 700 partidos con majestuosidad. Asistente en el 1-0, marcó el 2-0, asistió en el 3-0 y dirigió como el líder futbolístico que es, siendo el primero en la presión arriba y combinando con acierto con sus compañeros, a los que regaló pases que se adivinaban definitivos sin ser aprovechados. Redondeó una noche para enmarcar. Otra.
SUÁREZ. Enchufado. Abrió el marcador tras un desmarque sensacional, poco después de que se le anulase un gol, y asistió a Messi en el 2-0. Peleó sin descanso, provocó nervios en la defensa rival con su movilidad y estuvo activo sin descanso hasta marcharse un minuto antes de la conclusión.
GRIEZMANN. Liberado. Entró por Dembélé, ocupando esa banda izquierda en la que no es un secreto su incomodidad pero colaboró en todas las facetas necesarias, tanto en defensa como en ataque y anotando su primer gol como azulgrana en Champions.
VIDAL. Refresco. Salió por un exhausto Rakitic en cuanto el Borussia marcó el 3-1 con la misión de reforzar el centro del campo.
WAGUE. Debutante. Entró por Suárez en el tiempo añadido, debutando en el torneo.