Tras sus tres derrotas consecutivas, dos de ellas antes sus más clásicos rivales, era obligatorio para Colo Colo empezar la segunda rueda de la Liga de Primera con una victoria.
No cabían para los albos más margen, en especial porque la reivindicación era en su casa, y ante un rival como La Serena que, más allá de su buen andar en la Copa Chile, ha andado por la ruta de la irregularidad en el campeonato nacional.
Y Colo Colo finalmente se quedó con los tres puntos, pero tuvo que sacar la máquina pesada para conseguirlo porque los nortinos dieron pelea. Más de la esperada.
Pese a tener la posesión de la pelota, forjarse al menos tres ocasiones de gol y tener en Lucas Cepeda y a Claudio Aquino a muy buenos asistidores, los albos incluso bien pudieron irse en desventaja en el primer tiempo luego de una jugada que inventó Jeisson Rojas para dejar solo a Matías Pinto, y que terminó con un pésimo remate de éste, ante un ya batido Fernando de Paul.
Ese fue, a la larga, un aviso y también la motivación que requería La Serena porque entró en el segundo tiempo a pelearle el partido al conjunto de Pedrero.
De hecho, el cuadro de Cristian Paulucci logró adelantarse en el marcador con un tanto de Ángelo Henríquez, con un gol que pareció poner de rodillas a Colo Colo, al punto que la banca comenzó a mover el equipo -lo que significó el enojo de Arturo Vidal quien fue relevado por Víctor Felipe Méndez- para intentar dar vuelta el marcador.
Y lo consiguió con una sola fórmula: asistencia de Cepeda, y goles (uno de derecha y otro de izquierda) de Vicente Pízarro, la gran figura del elenco de Jorge Almirón, el DT que respira tras los duros reveses en semanas consecutivas y que aspira a levantar cabeza para lo que resta del campeonato.
