Paulo Autuori renunció a Atlético Nacional a una semana de un semestre con octavos de Conmebol Libertadores y liga local. Su idea de juego fue cuestionada.
Cada uno de sus 38 partidos en 2023 tuvo reproches. Los del fútbol colombiano, los de Copa, los de la Superliga. Su pragmatismo táctico chocó contra el paladar exigente de los hinchas.
En este semestre ganó 17 partidos, igualo 16 y perdió cinco. Fue finalista, clasificó con anticipación a la segunda ronda del torneo continental, consiguió un título. Las formas lo condenaron.
Lo señalaron de defensivo. Sin embargo, arrancó el año con línea de tres y laterales adelantados. El equipo cedió equilibrio. Expuesto atrás se llevó un susto ante Pereira en el Atanasio Girardot que lo obligó a volver a jugar con cuatro.
Nacional se hizo sólido en el fondo. Rocoso. Impasable. Las quejas aparecieron en ataque. Dependió demasiado de la experiencia de Dorlan Pabón. Efectivo, pero no vistoso. Sin respuestas para desplegar más dominio ofensivo. Con la posesión de la pelota de lado.
Pasó a la final con lo justo en un cuadrangular liviano con Águilas, Alianza Petrolera y Deportivo Pasto. Se cuidó en exceso tras hacerle gol a Millonarios en el último partido de Bogotá. Con el 1-1 apostó a penales y vivió una comedia de errores con los cambios. ¿Desautorización de los capitanes?
Esa derrota por el título lo dejó herido.
“Por perder una final no tengo que pedir disculpas, para nada. Tengo respeto a todos y el respeto no se ve cuando se gana o se pierde”, dijo Autuori.
Una semana después dio un paso al costado. Fue el décimo técnico en irse desde 2018.