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Duele, pero la credibilidad del proyecto Lorenzo en Colombia sigue en pie

James fue el mejor jugador de la Copa América 2024. AP

Colombia jugó por dentro, perdió la pelota, dejó la defensa abierta y el campeón del Mundo ratificó que es un equipo imposible. Un parpadeo, devoró la resistencia. El cansancio a los 116' presente desde el segundo tiempo la desconcentró en el momento más inoportuno. El gol de Lautaro Martínez rompió la ilusión que tejió con talento de artesano durante toda la Copa América.

Nada por reprochar. Hace dos años se reconstruyó de la indiferencia de los hinchas. Sedujo de nuevo sin traicionarse. Al fútbol técnico le sumó ambición. Inspiró por carácter y amplió su repertorio de variantes con el juego aéreo que lastimó rivales. Devolvió los aplausos, celosos entre las dudas de etapas anteriores.

Un análisis más frío sentenciará que quizá hubo malas elecciones en los cambios cuando James perdió energía, que aguantó demasiado a Luis Díaz, confundido sin desequilibrio y que la salida de Jefferson Lerma dejó sin orden la zona en que permitió el 1-0 letal. Subrayará en rojo más errores que permitirán mejorar para lo que viene.

"Duele. Después de un gran torneo que hizo todo el equipo, no es de merecimientos. Tenemos que hacer el trabajo, hay mucho que trabajar para ganar. Tenemos que darle gracias a la gente, son muchos sueños. Hay que seguir", reflexionó Davinson Sánchez.

Claro que duele. Porque la recuperación futbolística del capitán merecía otro final. Porque le faltó el máximo premio al temperamento con que superó a Brasil, a Uruguay. Porque posicionó a Richard Ríos como futuro caudillo y encontró soluciones en el 4-3-1-2. Por la comunión con la gente.

El fútbol sigue. No da espera y asoma la Eliminatoria, de la que es tercero. Vendrán mejores cosas. La credibilidad de este proyecto sigue de pie.