La Selección Argentina venció 1-0 Colombia en la gran final y se consagró bicampeón de la Copa América 2024. De esta manera, estiró una hegemonía que no tiene techo y que ya la sitúa entre las mejores de todos los tiempos.
El equipo dirigido por Lionel Scaloni y capitaneado por Lionel Messi logró el domingo en Miami algo que jamás se había conseguido: ganar dos Copas América consecutivas con una Copa del Mundo en el medio. Esta hazaña solo había sido conseguida por España, que entre 2008 y 2012 también ganó dos títulos continentales y el Mundial.
La diferencia en favor de la Albiceleste por sobre la Roja es que también ganó la Finalissima, una copa oficial entre los campeones de América y de Europa. Lo hizo con una gran goleada 3-0 sobre Italia en Wembley. Es decir, suma cuatro coronas en tres años.
La importancia histórica de esta Selección Argentina
Este logro múltiple e inédito le da a Argentina el brillo de los trofeos, pero su trascendencia histórica supera a los resultados. Porque este equipo también juega como para ser considerado el mejor de todos los tiempos. Su sitio en el firmamento del fútbol ya es muy importante y lo puede ser aún más.
En tres años, Argentina ha vencido a Brasil en el Maracaná dos veces, al campeón mundial reinante Francia en la final del mundo más emocionante y espectacular, a Italia en otra final con una exhibición de juego, a Uruguay. También ostenta la segunda racha invicta más larga de la historia (36 partidos) y es el número 1 del Ránking FIFA.
Los resultados están a la vista, pero lo que eleva a este equipo es su juego y su personalidad. Nadie le gana a Argentina a la hora de jugar y tampoco a la hora de disputar los partidos en el terreno mental. Tiene futbolistas de jerarquía que también hacen gala de su temperamento. Se ha llevado por delante a todos sus rivales con toques y gambetas y también con carácter. Con la distinción de Alexis Mac Allister y Enzo Fernández y también con el temple de Dibu Martínez, Cuti Romero y Rodrigo De Paul.
Así quedó demostrado en todas las finales. Ante Brasil en 2021 luchó frente a un rival que llegaba mucho mejor y le ganó en su casa con autoridad. Además, en aquel partido también jugaban los 28 años sin títulos oficiales. Sacarse ese peso también fue fundamental para cimentar este presente glorioso.
Contra Italia en Londres fue una demostración de fútbol desde el primer minuto. Argentina demolió al campeón europeo con la prepotencia de su juego. No hubo equivalencias.
La final ante Francia en Lusail tuvo todo. Fue el partido infinito. Durante 80 minutos se vio una exhibición y una superioridad inédita en el fútbol moderno. Con un juego colectivo deslumbrante y excelentes actuaciones individuales, el equipo sudamericano pasó por arriba del cuadro europeo, que reaccionó en el final y lo empató con dos apariciones de Kylian Mbappé. Luego, en el alargue y en los penales se vio la personalidad y la valentía de Argentina para quedarse con la tercera estrella.
Ante Colombia fue una final muy dura. En el torneo en el que menos brilló, el bicampeón ganó con la camiseta y con el sudor en ella. Tuvo inteligencia y resiliencia para superar la lesión de Messi y en esos minutos jugó aún mejor. Justificó la victoria por prepotencia futbolística y espiritual.
Además de todo eso, la presencia de uno de los cinco mejores futbolistas de la historia como capitán y líder impulsa todavía más a este equipo y lo alza en la historia del fútbol. Sin él, ya sería un equipo legendario. Con Messi es el más grande de la historia.
¿Uruguay en los veinte y treinta? ¿Argentina en los cuarenta? ¿Brasil de Pelé? ¿Alemania Federal en los 70? ¿Argentina de Maradona? ¿España en los 2000? La lista de los selecciones más grandes de la historia no es muy larga. Tal vez sea difícil ordenarlos en un podio. Pero está claro que este bicampeón de América ya forma parte de ese selecto grupo. Y todavía puede crecer más.