Vélez Sarsfield recibió a Fortaleza por el choque de vuelta de los octavos de final de la CONMEBOL Libertadores 2025 y el partido tuvo la particularidad de disputarse sobre un césped que sufrió largas horas de una lluvia intensa.
Desde temprano que la preocupación por la constante caída de agua estuvo presente en Liniers. El campo de juego se mostró en óptimas condiciones desde la visual, pero el equipo arbitral apenas llegó al estadio José Amalfitani hizo rodar una pelota para comprobarlo.
La lluvia fue tan fuerte que, de manera excepcional, la organización permitió que los hinchas ingresen con paraguas. Estos debían ser cortos y sin punta.
Desde CONMEBOL fueron claros: se necesita un normal desplazamiento del balón y que las adyacencias de la cancha permitan un libre tránsito para la llegada de los simpatizantes. Estos dos ítems se mantenían aceptables, al menos en la previa del encuentro.
Lo futbolístico también es modificado por esta condición. Algunos especularon con la participación de Imanol Machuca para aprovechar su velocidad en un campo de juego que seguramente iba a estar más rápido de lo habitual. Y Guillermo Barros Schelotto, por dicho motivo o no, optó por el exfutbolista de Unión. Vélez eligió al mencionado mediapunta y a Maher Carrizo, tal vez sus dos jugadores más veloces para ocupar las bandas del ataque.
Durante el encuentro el estado del césped fue determinante a simple vista. Si bien no mostró falencias el campo, se pudo ver correr rápido al balón y ambos equipos acumularon muchas faltas a raíz de esta situación. El primer tiempo terminó con cinco amonestados.
De todas maneras hay que destacar que la interminable lluvia no causó problemas durante los 90 minutos, algo que habla bien de un campo de juego muchas veces criticado en los últimos dos años.
