Golazo, liderazgo y un mensaje claro a la Tricolor: el atacante fue clave en la remontada ante Motagua y Óscar Ramírez reveló el esfuerzo que hay detrás de su repunte
En Tegucigalpa, Joel Campbell encendió la llave de la clasificación.
Con un golazo y una actuación de jerarquía, el delantero de Alajuelense lideró la remontada 1-2 frente a Motagua para sellar el pase a semifinales de la Copa Centroamericana.
El resultado llega con doble lectura: la Liga sigue soñando con el tricampeonato y Campbell alzó la mano, justo cuando Miguel Piojo Herrera decide la lista para los duelos eliminatorios ante Honduras y Nicaragua.
“Yo hago mi trabajo y siempre ha sido un orgullo representar a la Sele. Si me toca, lo daré todo; y si no, apoyaré a los que estén”, dijo Campbell, enviando un guiño directo al banquillo tricolor.
La radiografía del “Macho”: esfuerzo, recaída y recuperación
El técnico rojinegro Óscar Macho Ramírez contextualizó el repunte del atacante con detalles que no se ven el día del partido:
“Lo de Joel… cuando lo perdí contra Guadalupe me molesté, porque hizo mucho esfuerzo por recuperarse: dieta, trabajos extra. Ver que se nos lastimó fue difícil. Fue otra vez una lucha contra el tiempo; por acelerado volvió a recaer. El viernes ante Puntarenas lo utilicé 60 minutos y ahora ya este partido”, explicó.
Óscar Ramírez también subrayó el peso futbolístico de Campbell:
“Joel es capaz de dejar a un delantero frente al marco. A nivel Selección, él quiere estar ahí”.
La frase no es menor. En un entorno que pide experiencia y temple, el Macho certifica que Campbell está físicamente de regreso y mentalmente enfocado.
Aunque Herrera no incluyó a Campbell en el microciclo, dejó claro que eso no implica descarte para la convocatoria definitiva. Con la eliminatoria cerrada y la obligación de sumar 6 puntos en octubre, una versión influyente de Joel—gol, pausa, lectura y vestuario—encaja con las urgencias de La Sele.
“La Selección siempre está por encima de los nombres; es lo máximo que tenemos como país”, recordó el atacante. Un mensaje que pesa tanto como su volea en el Chelato Uclés.
