El costarricense, que asumió la titularidad tras la lesión de Washi, firmó una actuación memorable y le dio a Macho su primer título en esta nueva etapa
Alajuelense empató a un gol, fue a penales, y en el Estadio Cementos Progreso se proclamó tricampeón de la Copa Centroamericana, al vencer a Xelajú, Chucho López y Steven Cárdenas fallaron para los locales, Bayron Mora se lució.
Alajuelense salió a imponer condiciones desde el pitazo inicial, mientras que Xelajú nunca encontró claridad con la pelota.
El equipo chapín dependió casi por completo de lo que pudiera generar Chucho López, quien pasó largos tramos del partido aislado, intentando conectar y sostener a un equipo que lucía desordenado y sin ideas para aspirar al título centroamericano.
La Liga, en cambio, fue a proponer.
El conjunto dirigido por Óscar Machillo Ramírez sabía que debía ir al frente para recuperar la ventaja que otorgaba el gol de visita, por lo que adelantó líneas y buscó el arco con determinación.
Uno de los futbolistas más destacados fue Guillermo Villalobos. El zaguero manudo no solo estuvo sólido en defensa, sino que también se convirtió en una pieza clave en ataque: protagonizó tres remates de cabeza, incluido uno que se estrelló en el poste.
El dominio rojinegro era total. Xelajú esperaba agazapado, buscando lastimar en el contragolpe, pero la zaga eriza se mantuvo ordenada y prácticamente no dejó espacios.
La opción más peligrosa de los guatemaltecos llegó en un cabezazo de Manuel Romero, pero Celso Borges salvó sobre la línea en una acción determinante.
Para el segundo tiempo, Alajuelense mantuvo la presión alta que caracteriza su propuesta. Además, los ajustes desde el banquillo abrieron el juego por las bandas, dando más vértigo y profundidad. En medio de ese dominio llegó la jugada que cambió el rumbo del encuentro.
El árbitro Salgado no dudó en señalar un penal al 72’.
Ronaldo Cisneros asumió la responsabilidad y esta vez lo ejecutó con categoría, poniendo a la Liga al frente en una final que venía controlando de principio a fin.
Obligado, Amarini Villatoro volcó a su equipo al ataque en busca del empate. El técnico apostó por Juan Luis Cardona para que fuese al ataque, quien remató de fuera del área para marcar el 1-1 al 82’, reanimando por completo a los chapines.
Con la paridad instalada, el cierre del encuentro se volvió tenso y abierto. Ninguno logró romper el empate en los 90 minutos, por lo que el partido se fue al alargue.
En los tiempos extra, Alajuelense sufrió más de la cuenta. La salida de Celso Borges desacomodó al equipo rojinegro, que perdió el control del mediocampo y dejó de tener la pelota en un momento donde la administración de los tiempos era vital.
La Liga se replegó y apostó por resistir. El objetivo era claro: retener el balón lo suficiente para estirar la final hasta los penales, donde confiaban en su especialista, Bayron Mora, quien ya había sido determinante en series anteriores.
Y el joven guardameta volvió a emerger como figura. En el alargue sostuvo al equipo con dos atajadas monumentales a quemarropa, ambas en jugadas de cabezazo que llevaban sello de gol. Cada intervención levantó a la banca manuda y fue enfriando el ímpetu chapín.
La final crecía en dramatismo, con un Xelajú volcado al ataque y una Liga que resistía como podía, aferrada al desempeño de su portero y a la ilusión de definir desde los once pasos.
La intensidad, los choques y el desgaste marcaron un tiempo extra que tuvo de todo, y que dejó la sensación de que el título podía inclinarse para cualquiera.
En la tanda de penales, Bayron Mora se convirtió en leyenda. El guardameta rojinegro adivinó dos cobros decisivos, frustrando los lanzamientos de Chucho López y Steven Cárdenas, en una actuación monumental que definió la final.
Guillermo Villalobos definió de gran manera para darle a la Liga el tricampeonato.
Con su temple, su lectura y sus reflejos, Mora sostuvo a una Liga que llegó al punto máximo de tensión y la guió hacia la gloria. Fue el héroe indiscutible de la noche.
Porque hay un León centroamericano y hoy es tricampeón.
Liga Deportiva Alajuelense conquistó su tercer título consecutivo de la Copa Centroamericana, un logro histórico que la consolida como la institución más dominante de la región.
El jugador del partido fue, sin discusión, Bayron Mora. El portero costarricense, que asumió la titularidad tras la lesión de Washington Ortega, firmó una de las actuaciones más memorables de la historia rojinegra y le dio a Óscar Macho Ramírez su primer título en esta nueva etapa al mando del club.