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Lamine Yamal: Un recital para la historia

En plena adversidad ante el Inter, Lamine Yamal asumió las riendas del Barça para brindar un recital digno del mejor de los artistas, el cual tristemente, no pudo coronar con la victoria.


Lamine Yamal ofreció un recital ante el Inter de Milán que no pudo ser coronado con la victoria del FC Barcelona.

En el marco de su partido 100 celebrado el día del niño, el chico maravilla de La Masía fue presa de los contrastes: por un lado brindó una actuación que deslumbró al mundo, y por el otro, resultó insuficiente para llevarse ventaja a Italia en la semifinal de la Liga de Campeones.

En plena adversidad —con el 0-2 en contra—, Yamal tomó las riendas del Barça y gestó la reacción con un golazo que solo él pudo idear y ejecutar.

Se quitó a rivales de encima como si se tratara de conos, entró al área y con una caricia provocó que el balón pegara en el poste y terminara en la red.

Simone Inzaghi le mandó doble marca por la banda derecha, la cual resultó insuficiente ante la gama de recursos de Yamal que, sobre todo en el primer tiempo hizo pedazos a sus oponentes, incluso cuando se sumó un tercero.

Desbordes, asistencias, sacrificio defensivo, una ‘ruleta’, pases de tres dedos, dos balones en el poste que pintaban para goles históricos, y un protagonismo total, resumen el partido del juvenil de 17 años que no le tiene miedo a nada.

Y acabó frustrado, sí. Hansi Flick fue el primero que intentó consolarlo con un abrazo que Lamine apenas agradeció, y posteriormente el capitán Marc-André Ter Stegen apareció en la cancha para entregarle la camiseta con el número 100.

Se tomó la anecdótica foto con sus compañeros por el centenario de encuentros y apenas esbozó una sonrisa forzada. No estaba contento, quería ganar.

La inconformidad de Lamine tiene una buena lectura: es un chico ambicioso, ganador e inteligente, pues leyó perfectamente que el Barça debió llevarse por lo menos un gol de ventaja a Milán, luego de que en términos generales fue superior a un Inter que hizo gala de contundencia.

Haaland, Ferdinand y hasta Inzaghi, técnico del Inter, se rindieron ante la magia del artista que ofreció un recital para la historia.