El 12 de agosto de 2010, Diego Godín fue presentado como nuevo jugador del Atlético Madrid, club en el que terminó marcando una época. Repasamos su etapa en el Colchonero, institución de la que se fue como un ídolo en 2019.
El defensa había superado su revisión médica y firmado su contrato una semana antes, y el 12 de agosto compareció en conferencia de prensa en el estadio Vicente Calderón junto al presidente Enrique Cerezo. En esa ocasión, el dirigente dijo sobre el defensa: “Diego Godín representa en sí mismo todo lo bueno y lo característico del futbolista uruguayo: carácter, raza, fuerza y disciplina, todo eso que le llevó brillantemente, junto a su selección, a las semifinales del último Mundial de Sudáfrica”.
Por su parte, el propio Godín también ya dejó en claro en esa primera conferencia que no llegaba a los Colchoneros para ser uno más: “vengo a darlo todo vistiendo esta camiseta y me voy a dejar la vida en el campo. Espero en pocos días poder adaptarme bien al equipo y comenzar a jugar. Estoy en un club grande en España y en Europa. Llegar al Atlético de Madrid es un desafío para mí”.
El 30 de agosto de 2010, el defensa tuvo su debut oficial con esa camiseta logrando ya un título: el Atleti venció 2-0 al Inter de Milán en la final de la Supercopa de Europa el 27 agosto de ese año y levantó el trofeo europeo. Bajo la conducción de Quique Sánchez Flores, aquel equipo contaba con jugadores como Diego Forlán, Sergio “Kun” Agüero o David de Gea.
El zaguero fue un nombre fijo en la defensa del equipo desde que llegó, pero es lógico que su influencia en el equipo fue aumentando con los años a medida que ganaba experiencia y su juego evolucionaba a la par.
La primera temporada no tuvo más destaques que la obtención de la Supercopa, pero ya en el segundo año como jugador del Colchonero, Godín grabó su nombre en la historia del club con un título importante. Con el “Cholo” Simeone ya en el asiento de DT, Atlético Madrid hizo una campaña espectacular en la UEFA Europa League 2011/2012 y se quedó con el título al golear 3-0 al Athletic Bilbao de Marcelo Bielsa, consiguiendo así su segundo logro en esta competición en tres años. Godín fue titular indiscutido a lo largo del torneo, y así se pudo colgar su segunda medalla a nivel europeo.
El equipo iba en ascenso, tanto es así que la siguiente temporada los vio terminar en su mejor posición desde la llegada de Godín: fueron terceros y lograron clasificar a la UEFA Champions League. Además, obtuvieron la Copa del Rey ganándole la final a Real Madrid en el tiempo extra. El uruguayo formó una dupla defensiva férrea junto al brasileño Miranda, quien compartió cuatro temporadas a su lado.
La temporada 2013/2014 fue un antes y un después para Godín y para aquel grupo del Atlético. En una temporada de LaLiga que tuvo de todo, Barcelona lideró la tabla durante tres cuartas partes del certamen, pero se cayó sobre el final y el Atleti aprovechó una chance histórica para tomar la punta. Sin embargo, los Colchoneros tuvieron problemas para cerrar el título y llegaron a la última fecha con un escenario increíble: tenían tres puntos de ventaja sobre los culés y jugaban en el Camp Nou ante ellos el último partido. Si Barcelona ganaba era campeón por la diferencia de goles, pero el empate le daba el título al Atlético. En un partido que fue una durísima batalla, el Barça abrió el marcador y parecía que encaminaba el campeonato hasta que apareció Godín con un soberbio cabezazo para poner el 1-1 definitivo, y festejar así la obtención del título de LaLiga por primera vez desde 1996 para los rojiblancos.
Por si fuera poco, esa temporada los dirigidos por Simeone también alcanzaron la final de la Champions League, en la que enfrentó a sus vecinos del Real Madrid. Godín volvió a anotar en ese partido y su equipo llegó a los descuentos con ventaja en el marcador, pero los Merengues empataron de forma agónica y ganaron el título en el tiempo extra.
La temporada siguiente vio a Godín ser capitán del equipo por primera vez ante la ausencia de los primeros portadores de la cinta, lo que demostraba su ascendencia en el grupo y lo crucial que era para Simeone. Entre el final de la temporada 2017/18 y el principio de la posterior a esa, el uruguayo se afianzó como primer capitán del Atlético, rol que ya cumplía en la Selección nacional.
Tras algunos años donde el nivel de Godín lo hacía ser considerado como uno de los zagueros top a nivel mundial, pero en los que el Atleti no podía dar el salto para “robarle” algún título más a los gigantes de su país, en 2018 volvió a ser su momento. Luego de perder una segunda final de Champions contra Real Madrid en 2016, el Colchonero volvió a la gloria europea al quedarse con su tercera Europa League en 2018. El rival en la final fue Marsella y el resultado volvió a ser el mismo de 2011: 3-0 para los de Madrid y segunda medalla de oro en el certamen para Godín, que ya compartía zaga con su compatriota José María Giménez.
En sus últimos dos años en el Atleti, el equipo culminó en el segundo puesto en LaLiga, demostrando que ya jugaba al mismo nivel que los dos históricos del fútbol de ese país, y que Godín había tenido un rol preponderante para lograrlo.
En julio de 2019, con 33 años, luego de disputar nueve temporadas con los Colchoneros, el Faraón decidió dar un nuevo paso en su carrera y dejó el club para firmar con el Inter de Milán. Con la camiseta del Atlético Madrid jugó 389 partidos entre todas las competencias, marcó 27 goles y sumó ocho títulos.
En la conferencia de prensa en la que anunció que no continuaría en la institución, el defensa no pudo contener las lágrimas al comunicar que dejaría de vestir esa camiseta. “Son mis últimos días en el Atlético, era para comunicarles eso, por el cariño que le tengo a este club, a esta camiseta, soy un atlético más. Porque esto no es un club, es una familia, ha sido una forma de vivir, mi casa y es complicado despedirse de esto”, expresó por entonces el uruguayo, que a esa altura era el extranjero con más partidos en dicho club.
La huella de Godín en Atlético Madrid es imborrable para los hinchas, pero también para él, que reconoció que los años en el Colchonero fueron los mejores de su carrera deportiva. La unión entre el Faraón y el Atleti parecía forjada de nacimiento y generó muchas sonrisas en una afición que lo arropó como ídolo eterno.
