BARCELONA -- Luis Enrique quiere un lateral derecho para cubrir la baja de Aleix Vidal y la directiva del Barcelona es reacia a ficharlo, entendiendo que es una inversión arriesgada e innecesaria a estas alturas de la temporada por más que el entrenador considere lo contrario.
El asturiano tiene en el deportivista Juanfran al elegido, con el acuerdo de Robert Fernández, y el club considera que pagar los 8 millones de euros que cuesta su libertad no es ni adecuado ni, tampoco, lógico a estas alturas del curso, trasladándose la discusión al lunes, tras la visita, trascendental, al Vicente Calderón.
El desencuentro entre Luis Enrique y el club en este asunto deja al descubierto que la posición del técnico no tiene la fortaleza de antaño y hay quien en voz baja le echa en cara su apuesta decidida por Douglas, con el resultado conocido, y la nula confianza que durante muchos meses tuvo en Aleix Vidal, avalado personalmente por él en el momento del fichaje y cuyo impacto en el equipo fue durante muchos meses nulo, llegándose a especular con su salida antes de que comenzase a entrar en sus planes.
Si la operación refuerzos de los últimos tiempos ha dejado claro que los 200 millones de euros invertidos por el Barcelona han servido más para poblar el banquillo que para encontrar los titulares esperados por el nivel del gasto, ahora se entiende que con solo 13 jornadas por delante hasta el final de la Liga hacer una inversión de dudoso resultado en un riesgo innecesario.
Más aún cuando ese ‘fichaje’ solo podría jugar la Liga y por mucho que el entrenador pudiera justificarlo en ‘guardar’ a Sergi Roberto para la Champions, teniendo en cuenta que el futuro europeo más allá del partido frente al PSG es una quimera.
“Mascherano ha sido lateral en momentos puntuales y en el filial hay para elegir”, expone el discurso contrario al fichaje de un futbolista que pasaría un examen de tres meses, sin tiempo a ninguna adaptación al equipo y que, en el peor de los casos, se considerase inservible al acabar el curso.
El Deportivo de La Coruña, agobiado en la lucha por no descender, ni se plantea negociar una posible cesión de Juanfran, ni con opciones a compra ni con ninguna otra modalidad, y solamente dejaría marchar al jugador por esos 8 millones de euros, muy a su pesar desde un punto de vista deportivo aunque todo lo contrario desde el financiero, atendiendo a la terrible deuda que arrastra el club.
De momento todos los ojos están fijados en el Calderón y en el ese partido de innegociable victoria para el Barça. Después se verá… Pero lo indiscutible es que la opinión de la junta y la de Luis Enrique en este asunto chocan frontalmente.