El Barça recuperó el liderato el sábado, el Espanyol se catapultó a la segunda posición el domingo y transcurridas nueve jornadas del campeonato, la Liga está comandada por los dos equipos catalanes, con el Alavés, más sorprendente si cabe, igualado con los periquitos por detrás del líder azulgrana.
Desde la jornada 14 de la temporada 2004-05 no se veía una situación igual en el torneo, cuando el equipo periquito, dirigido en aquel entonces por Miguel Ángel Lotina, venció en Zaragoza (0-1) e igualó en la segunda plaza al Real Madrid, con el Barça de Frank Rijkaard destacado en el primer puesto.
Para encontrarse al Espanyol colocado segundo en solitario por detrás del Barça, habría que remontarse a la misma novena jornada de la temporada 1997-98, cuando el equipo de Louis Van Gaal, a la postre campeón, lideraba la tabla con 25 puntos y el conjunto blanquiazul que dirigía José Antonio Camacho se colocaba por detrás con 19 puntos, gracias a la derrota del Madrid en el Bernabéu, ante el Barça, por 2-3.
Ahora, a las órdenes de Francesc Rubi, el Espanyol empieza a abandonar el papel de sorpresa para instalarse entre los grandes con merecimiento. Le faltaba, aún, ganar lejos de Cornellá y ante un rival que estrenaba entrenador y se adivinaba revolucionado lo consiguió con una solvencia excelente, con doblete de Borja Iglesias y dominando el juego de principio a fin.
Allá, donde Rubi hizo dejó huella, ascendiendo por primera vez en su historia al Huesca a la máxima categoría, alcanzó el Espanyol una posición que hace apenas medio año no podía ni soñar.
En mayo, el club periquito no tenía entrenador ni goleador. Para muchos, ni tan sólo un proyecto con el que esperanzarse.
Llegó Rubi al banquillo, se apostó por el fichaje de Borja Iglesias y como tocado por una varita mágica, el equipo, con apenas retoques respecto a la pasada temporada, comenzó a funcionar: Darder despertó, Granero se iluminó, el joven Marc Roca se catapultó y el veterano Sergio García resucitó y convirtiendo su estadio en un fortín (4 victorias en 4 partidos), comenzó a dar que hablar.
Con el Barça al frente, rezando por la recuperación de Messi y esperando un Clásico en el que confía en hundir al Real Madrid, la Liga habla catalán por primera vez desde diciembre de 1997, con los dos equipos de Barcelona comandando la clasificación.
La lógica apunta a que los periquitos no tendrán mucho más recorrido que el que se aventura al magnífico Alavés de Abelardo, pero, mientras los ojos se fijan en la crisis del Real Madrid y contemplan al Valencia más cerca del descenso que de Europa, la acera modesta de Barcelona sonríe con una fortuna deportiva que aparta del plano la inseguridad institucional, con el empresario Chen Yansheng buscando inversores para comprar su propiedad.
Los periquitos vuelven a volar.