BARCELONA -- Dos visitas, un punto. Y gracias. Derrotado en Bilbao, el Barcelona no pasó del empate en Pamplona, ofreciendo una imagen entre discreta y lamentable en la que no fue capaz de, tras una primera mitad horrorosa, mantener el 1-2 con que le obsequió la entrada de Ansu Fati y Arthur. El jovencísimo canterano se convirtió en el goleador más joven del Barça en la historia de la Liga (16 años y 304 días) y el brasileño, inédito en las dos jornadas iniciales, marcó otro golazo para poner en ventaja al equipo de Valverde. Que, de pronto, volvió a derrumbarse.
“Por suerte solo llevamos tres jornadas”, se excusó al acabar el partido Sergi Roberto, pero lo cierto es que las sensaciones del campeón no pueden ser más preocupantes. Si la pasada temporada sumó los primeros 12 puntos disputados, en la actual, huérfano de Messi, solo lleva 4 de 9, habiendo perdido ya 5 y ofreciendo, lejos del Camp Nou, una tristeza impropia.
Perdido De Jong, que apenas mejoró durante unos minutos de la segunda mitad tras pasar sin noticias en Bilbao, el desempeño de Griezmann fue igualmente muy preocupante. Entregado a la presión y al colectivo, el francés no se asemejó en nada al que se pudo ver contra el Betis y el equipo, en general, pagó esa pérdida de protagonismo.
De hecho, Griezmann tocó 22 balones, 22, en todo el partido, cuando hace una semana, frente al Betis, lo hizo en 23 oportunidades durante el primer cuarto de hora frente al Betis. El dato es doblemente preocupante si se atiende a que Ansu Fati, que solo jugó la segunda mitad, combinó 23 balones (gol incluído). Más que el francés en 90 minutos.
Que a esta altura fueran Ansu Fati y Carles Pérez los dos jugadores más destacados, con apariciones puntuales de Arthur en la segunda mitad y de Rafinha en la primera, demuestra que algo pasa en el Barça. Será la mala pretemporada, será la ausencia de Messi, será la intranquilidad por el mercado o será todo a la vez pero la realidad es que las sensaciones no pueden ser más preocupantes.
EL EFECTO NEYMAR
A dos días de cerrarse el mercado de fichajes, alrededor del Camp Nou se habla más de Neymar que de fútbol. Incluso, y eso es una realidad tan certera como incomprensible, se habla más del brasileño que de la lesión de Messi, que debía ser baja por 20 días y habrá sumado, se supone, 40 cuando reaparezca el 14 de septiembre contra el Valencia.
Rakitic en el banquillo por tercer partido consecutivo, catapultó al plano, otra vez, las dudas que se mantienen respecto a su continuidad y, por más mensajes que se repitan en sentido contrario, mantendrán en el escenario el nombre de Neymar. Como si el díscolo delantero brasileño fuera por sí mismo la solución para un equipo que muestra tantos signos de agotamiento mental como de poca preparación física y táctica.
Llega el primer parón liguero por las selecciones y se adivina el momento ideal para hacer un resset en el disco duro para ver a otro Barça contra el Valencia y en el estreno de la Champions en Dortmund. Y, también, repensar el papel de Frenkie de Jong en un equipo en el que está llamado a ser estrella pero en el que ha tenido una presentación muy alejada de lo esperado.