Derrotado en sus últimas siete visitas ligueras al Santiago Bernabéu, el Celta dio este domingo un golpe sobre la mesa y rompió la mala racha para tomar impulso en su pelea por escapar del descenso.
Al mismo tiempo, el Celta encendió la lucha por el título al igualar el pulso entre el Real Madrid y el Barcelona.
Barça-Eibar y Levante-Real Madrid protagonizarán el próximo sábado la última jornada previa a un Clásico que, de pronto, se convirtió en el más apasionante de los últimos años, al estar los líderes de LaLiga separados sólo por un punto y en un duelo que llegará inmediatamente después de que hayan disputado la ida de los Octavos de Final de la Champions y con la lucha por un título de liga que se sospecha abierto hasta el último día.
Al equipo de Zidane se le atragantó el atrevimiento de un rival, el Celta, que se plantó en el Bernabéu decidido a retarlo con la pelota, valiente en la combinación y que se avanzó muy pronto en el marcador.
El equipo gallego no se rindió cuando el Madrid remontó ni dobló las rodillas ante ninguna adversidad, liderado por un excepcional Rafinha y catapultado en la recta final con una asistencia sensacional de Denis Rafinha.
Respuesta con sabor a ‘Barça’
Dirigido por Óscar García, entrenador de raíces azulgranas y que planteó el partido, tal y como había advertido en conversación a ESPN Digital, con la idea de ganar a través del futbol, el Celta supo sufrir todas las embestidas merengues y se puso al frente en el marcador con un gran pase vertical de Iago Aspas que el ruso Smolov, llegado en este mercado de invierno, colocó en la red con un excelente y ajustado disparo.
El conjunto gallego, lejos de encerrarse, trató siempre de retar al Madrid en el gobierno del juego. Sufrió ante la evidente superioridad global del líder, pero no rifó casi nunca la pelota en defensa y le dio la dirección a un Rafinha que, cedido por el Barça, se convirtió en el guía de su equipo y encontró en todo momento el lugar adecuado pese a padecer entradas durísimas.
La solvencia de Murillo y Néstor Araujo en la zaga tuvo igualmente mucha trascendencia para explicar el resultado final. Inconmensurables por alto, en todos los balones laterales, sacaron el balón con tino hacia el centro del campo para facilitar las combinaciones de sus compañeros.
El buen tino del entrenador García se demostró incluso en el momento de revolucionar a su equipo, con el 2-1 en contra, al dar entrada, primero, a Denis Suárez (otro ex azulgrana) y a Santi Mina después. Ambos fueron los protagonistas del 2-2 con la asistencia magnífica del primero que el segundo remató a la red.
El Celta se da un empujón para escapar del descenso, una semana antes de recibir en Balaídos al Leganés del Vasco Aguirre en un duelo que se presume trascendental y de forma indirecta, le dio un empujón al Barça de Quique Setién, que se queda a un punto del liderato a dos jornadas de visitar el Bernabéu en el Clásico que ya se presume entre los más apasionantes de los últimos tiempos.