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Koeman asegura 'hay que mejorar' tras triunfo sobre Tarragona y juega al despiste con Pedri

Ronald Koeman pareció disculparse de entrada al referirse a lo visto frente al Nàstic, consciente de que este nuevo Barça dejó más que una duda sobre el terreno de juego.

No es partido para sacar muchas conclusiones, se escuchó entre la crítica, en las primeras impresiones, rápidas, de una presentación que se olvidará pronto.

"Messi ha demostrado el mismo ánimo que tiene desde el primer día que ha vuelto. Está entrenando bien, vino un día de fiesta y sabe que físicamente tiene que mejorar, pero su calidad habla por si mismo", reveló el entrenador holandés al ser preguntado por el capitán.

Presentado pocos días después del desastre de Lisboa, Koeman tiene el desafío de despertar a un gigante entre dormido y deprimido. Y lo tiene por partida doble: en el campo, regenerando un juego que este sábado no mostró excesivos motivos de optimismo, y en el vestuario, mostrando un poder que sus antecesores fueron perdiendo, más ocupados en cohabitar con los jugadores o, como en el caso final de Setién, entregado a ellos sin remisión.

Koeman dejó, rápido, patente que el 4-3-3 no es para él y readaptó al Barça a un 4-2-3-1 que da la sensación será su libreto habitual. En él toma protagonismo especial Frenkie de Jong como eje del equipo. Se queda para la duda saber qué pasará con un jugador, Pedri, al que elogió aunque sin aclarar qué futuro le espera. "Es un gran talento, un fichaje importante de futuro que ha hecho buenos 45 minutos y ya veremos cuánto puede participar" sentenció.

Si de rendimiento cabe hablar para esperar su revolución, sin duda el canario se ganó su espacio, tal como Trincao en la segunda parte... De la misma manera que se entendió que, falto de ritmo, este Barça está lejos de lo que de él se espera. "Debemos mejorar, hemos trabajado mucho el aspecto físico y ahora nos toca hacer cosas más tácticas para que cada uno sepa qué debe hacer" reveló Koeman, admitiendo que "siempre hay cosas a mejorar" y advirtiendo la anormalidad de la pretemporada, "solo de cuatro semanas, incluso menos para algunos jugadores".