BARCELONA -- Lionel Messi llegó a Barcelona en la tarde de este miércoles, tras liderar a la selección argentina que venció en Perú, y en la terminal del aeropuerto sorprendió con unas breves declaraciones, una excepción puesto que nunca atiende a los informadores, en las que dejó patente que tres meses después de la tormenta que provocó su intento de marcha la relación con el Barça sigue sin ser la mejor.
Saliendo de la terminal de vuelos privados del aeropuerto, con el semblante cansado y mientras atendía a los aficionados agolpados firmando autógrafos en camisetas que le ofrecían, al crack argentino se le preguntó por las declaraciones del ex representante de Antoine Griezmann, Eric Olhats, en las que éste afirmó que Leo "lo controla todo. Estás con él o contra él en un régimen de terror", y la reacción del capitán no pudo ser más contundente. "Estoy cansado de ser siempre el problema de todo en el club”, explotó Messi fugazmente, sin decir nada más pero mostrando un enfado evidente.
Messi salió con más retraso de lo normal de la terminal, cerca de media hora, puesto que fue reclamado por los servicios de la aduana del aeropuerto durante unos minutos y cuando se acercaba al automóvil en el que le esperaba su esposa, Antonela Rocuzzo, expresó su fastidio.
"Encima, recién llego después de 15 horas de vuelo y me encuentro con los de Hacienda... Es una locura”, expresó Messi, quien tuvo que atender a los representantes de aduanas antes de abandonar el aeropuerto.
ALARMA
Apenas 20 horas después de mostrarse contento en Lima, asegurando sentirse "bien" y satisfecho con la victoria de la selección, al astro argentino le cambió el semblante en Barcelona, con una frase demoledora que devuelve al plano el divorcio que arrastra con el club azulgrana desde el pasado mes de agosto y que a pesar de la buena relación que parece mantener con Ronald Koeman no ha sido olvidado.
Leo, cuyo contrato acaba al finalizar esta temporada, se mantiene mudo y no ha dado ninguna pista acerca de sus intenciones futuras, teniendo en su mano la libertad de abandonar el Camp Nou en julio y, antes, de comprometerse oficialmente, a partir del mes de enero, con cualquier club interesado que no tendría que pagar ningún traspaso.
Con las elecciones a la presidencia a la vuelta de la esquina (el 24 de enero), todos los precandidatos han proclamado su intención de sentarse con Messi en caso de ganar las elecciones para convencerle de permanecer en el Barça, por más que la situación económica del club no es la mejor y cualquier renovación que pudiera firmar el argentino se entiende debería ser a la baja.
Pero más allá de cualquier consideración financiera, la incomodidad que arrastra Leo con la entidad desde el mes de agosto, cuando intentó por todos los medios abandonar el Barcelona, parece mantenerse en el escenario atendiendo a su breve pero contundente respuesta a su llegada desde Perú.
Este jueves la plantilla volverá a ejercitarse al completo y Messi se reencontrará con Griezmann, desde cuyo entorno ya se afirmó hace semanas que "no puede controlar lo que digan los demás" dejando claro que el delantero francés no comparte esas declaraciones.